Fiestas… ¿pero para quién?
En Navidad la ansiedad sube como la espuma. Y los estudios dicen que aumenta más en las mujeres. Comprar los regalos, preparar la comida y mantener la paz (familiar) no es tarea fácil.
Según el último estudio sobre tendencias de consumo de la consultora TNS Ómnibus, en el 72% de los hogares españoles, son las mujeres quienes se encargan de los preparativos de Navidad. Un trabajo que roba una media de 12 días, 14 horas y 13 minutos, según cálculos de Wilkinson, una cadena británica de grandes almacenes. En 2013, el patrón promete repetirse. Según un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), el 66% de las féminas cocinará, el 52% comprará la comida y el 70% fregará los platos tras el festín. En la lista de tareas masculinas… ellos compran el décimo de la lotería. Según datos de Ventura24, líder en gestión de Loterías del Estado por Internet, siete de cada 10 compradores son hombres.
«Tradicionalmente ha sido la mujer quien se ha encargado del hogar y todo lo que conlleva. Es una visión machista, claro», explica Clara Calvo, psicóloga del cuadro médico de Sanitas. «Como en la Navidad todo gira alrededor de la familia y sus reuniones, es ella quien siente el peso de la responsabilidad». Si el 40% de las mujeres se resiste a dejar el trabajo en manos de su pareja, según la compañía Travelodge, no es por victimismo ni exceso de control. «Sabe que ella va a ser la juzgada si las cosas no salen bien», añade la experta.
No es de extrañar, por tanto, que el 42% vea la Navidad como el momento más crítico del año, según la APA. «Y en el caso de las trabajadoras, la sensación de desbordamiento es mucho mayor. A pesar de todos los intentos de conciliación, tienen doble carga: la familiar y la laboral», afirma Pablo Muñoz, director de Nascia, primer centro de salud especializado en el estrés y la ansiedad.
«Otro de los hándicaps es tener que contentar a todos con un presupuesto cada vez más ajustado», dice la doctora Calvo. «No poder comprarle a tu hijo el regalo que quieres o tener que cambiar el menú porque la economía no da más de sí son otras causas de estrés». El desembolso económico es la mayor preocupación navideña, según Nascia. Pero no el único. Le sigue de cerca el agotamiento generalizado, que aumenta ante la idea de tener que dejar todo en orden para cerrar el año y entrar (con buen pie, además) en el siguiente. Y a eso se suma el hecho de que «estas reuniones suelen ser las que mayor ansiedad producen debido a la incompatibilidad de caracteres con miembros de la familia o la necesidad de guardar las apariencias», afirma el doctor Muñoz.
En La joya de la familia (2005), Sarah Jessica Parker se afana por ser la nuera perfecta en Navidad.
Cordon Press
Insomnio, angustia e incluso taquicardias. Solo el 25% de mujeres se ve capaz de relajarse en el trajín navideño. De hecho, tras esta época, las consultas por separación aumentan. Y es que aunque siempre se ha hablado de septiembre como el mes fatídico en temas de pareja, entre enero y marzo las demandas de divorcio también aumentan en nuestro país –hasta un 30%, en Castilla y León a principios de este año–.
PASTILLERO A MANO. Junto con los gabinetes de abogados, las consultas de los psicólogos son otros de los lugares más visitados tras las fiestas. «No solo recibimos nuevos pacientes, sino que los que ya están en tratamiento piden citas adicionales», cuenta Calvo. El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta) confirma que en fin de año los casos de crisis tienden a intensificarse. Y echar mano de los ansiolíticos no es una respuesta poco común, según la directora del centro, Gabriela Martínez Castro. Así, la venta de psicofármacos como el alprazolam y el clonazepam se dispare alrededor de un 40% en estas fechas. Y los principales consumidores de estos medicamentos (siete de cada 10, para ser exactos, según el Instituto Nacional de Estadística) son mujeres.
¿El dato positivo entre tanto desaliento? «Ellas son más resistentes al estrés crónico y, en comparación con ellos, tienden a buscar respuestas de apoyo y unión», explica la doctora Zhen Yan, profesora del departamento de Psicología y Biofísica de la Universidad de Buffalo, en Nueva York. «Ahora hemos descubierto que se debe al estrógeno», la hormona femenina por excelencia. ¿De nuevo es el sexo débil el más fuerte?
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