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El hito de Monica Lennon: cómo la «mujer del tampón» se ha convertido en la gran estrella de la política británica

Menor de 40 años, madre, feminista y criada en una familia desestructurada. La diputada laborista que ha convertido Escocia en el primer país del mundo en universalizar los productos de higiene menstrual es la gran estrella emergente del escenario político.

A sus 39 años, Monica Lennon ha conseguido que Escocia apruebe una legislación pionera en todo el mundo.
A sus 39 años, Monica Lennon ha conseguido que Escocia apruebe una legislación pionera en todo el mundo.Getty (Getty Images)

«Escocia no será el último país en mandar la pobreza menstrual a los anales de la historia, pero ahora tiene la oportunidad de ser el primero». Con estas palabras concluía Monica Lennon cuatro largos años de cruzada política que han finalizado en un hito histórico de la igualdad entre hombres y mujeres. Gracias a su moción pionera, este 24 de noviembre Escocia se convirtió en el primer país del mundo en ofrecer acceso gratuito a los productos de higiene mensual. El proyecto de ley, que fue aprobado por unanimidad en el Parlamento, garantiza el suministro de compresas, tampones y otros productos de higiene en edificios de concurrencia pública a todo aquel que lo necesite. Varios estudios económicos estiman que el gasto medio que una mujer debe desembolsar a lo largo de su vida ronda los 6.000 euros.

El éxito de La Ley de Productos para el Periodo ha supuesto un importante espaldarazo para Monica Lennon, portavoz de salud del Partido Laborista escocés y gran figura mediática de una formación política que no gobierna en el país británico desde 2007. «No quiero ser recordada como la ‘mujer del tampón’, pero si voy a serlo, que así sea», comentaba en una entrevista el pasado mes de marzo, después de liderar durante cuatro años una campaña social que ha acabado siendo aprobada por el poder legislativo. En España, la promesa de la coalición de Gobierno de gravar con el 4% de IVA en lugar del 10% actual este tipo de productos ha quedado fuera del borrador final de los Presupuestos Generales del Estado.

Calificada por medios como The Guardian como «una estrella emergente» de la política, su vocación feminista –su despacho está decorado con carteles temáticos del movimiento– y proLGTB+, su uso de las redes sociales para viralizar sus iniciativas y la transparencia sobre su gestión y vida privada han hecho de ella un trasunto de Alexandria Ocasio-Cortez de las Highlands. Nació en Bellshill, una ciudad a unos 20 minutos en coche al este de Glasgow, es vegetariana y orgullosa dueña de Caillin, un cruce de labrador y caniche que copa su cuenta de Instagram. Casada y con una hija adolescente, se graduó en Planificación Medioambiental en 2001 y trabajó en varias compañías antes de sentarse en las Cortes. Entre sus vicios confesables están el chocolate, los revisionados de Love Actually y Noel Gallagher, su amor platónico de la infancia.

Una niñez marcada por el trauma de haber crecido junto a un padre alcohólico, que falleció con solo 60 años. «Murió en mayo de 2015, un año antes de ser elegida. La gente es etiquetada como alcohólicos y drogadictos, y pierden toda su identidad: el hecho de que fueran divertidos, inteligentes, que tuvieran sueños o esperanzas… Nadie es perfecto, pero a veces hablamos de las personas afectadas por el abuso de sustancias como si fueran otras personas, gente de otras familias, cuando, en realidad, podrían ser cualquiera de nosotros», defiende. Una vez aprobada con éxito la ley sobre los productos de higiene menstrual, Lennon tratará de abordar en sus próximos esfuerzos legislativos esta problemática tan personal mejorando el proceso de rehabilitación y ofreciendo apoyo a los hijos de adictos.

En 2017, Lennon también copó los titulares por atreverse a denunciar públicamente un episodio de agresión sexual dentro del Partido Laborista. En un evento de la organización celebrado en 2013, antes de que fuera elegida para el Parlamento, una de las principales figuras del partido «tocó una zona íntima de su cuerpo, sin permiso ni invitación», delante de otros políticos. Los testigos no solo pasaron por alto y menospreciaron el episodio, sino que bromearon sobre lo sucedido. «Uno de ellos dijo en voz alta, ‘Es tu culpa por venir aquí y hacer que se excite», manifestó en el Sunday Mail, confesando arrepentida que no dijo nada en aquel momento porque pensaba que sus denuncias no iban a ser escuchadas. Nunca desveló la identidad del agresor.

Su interés por la política nació a raíz de los efectos de la crisis económica entre las clases medias y del desplome de los socialistas a finales de la primera década del siglo. «Debo decir que me motivó más el miedo y la preocupación que la esperanza. Sentía que no me podía quedar sentada en casa quejándome por todo, tenía que hacer algo al respecto», explicó a la revista Holyrood. En los últimos años la socialista se ha enfrentado diametralmente a sus compañeros por su postura favorable a un segundo referéndum de independencia en Escocia, que la matriz inglesa del partido rechaza de pleno. Aunque es partidaria de la permanencia en el Reino Unido, Lennon ha llegado a amenazar con promover una escisión escocesa en la formación política, culpando a los líderes ingleses de la larga racha de derrotas electorales en el país norteño. «Los laboristas escoceses necesitan vencer o caer por sus propias decisiones. O seguimos a la merced de las distantes estructuras del partido británico o nos convertimos en una formación de pleno derecho», manifestó en la BBC. A tenor del éxito de una ley que parecía imposible de aprobar, quizá desde Westminster deberían empezar a escuchar –y a temer– a Monica Lennon.

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