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Maya Wiley: esta mujer quiere ser la primera alcaldesa negra de Nueva York

Maya Wiley estudió en la Ivy League, se hizo popular como analista en programas de televisión y ha trabajado con el alcalde De Blasio. Ahora, aspira a ser la candidata demócrata, en una carrera contra el exjefe de Policía Eric Adams. El resultado de las primarias se conocerá el 12 de julio.

El pasado junio, durante un acto de campaña en el vecindario Bedford Stuyvesant de Brooklyn.
El pasado junio, durante un acto de campaña en el vecindario Bedford Stuyvesant de Brooklyn.Getty

Alguien que se llama Maya y se presenta a la alcaldía de Nueva York tiene el eslogan resuelto. “Maya for Mayor” es el inevitable lema con el que  (Siracusa, 57 años) ha hecho campaña para postularse al cargo de mayor responsabilidad política de una de las ciudades más poderosas del mundo. Alguien que ha desarrollado su carrera entre el activismo, la academia, la empresa privada y la política tiene mucho terreno recorrido. Alguien que es mujer y racializada, si quiere, también. Si Wiley ganara en las elecciones que tendrán lugar en noviembre sería la primera mujer, y la segunda persona de color, en gobernar Nueva York y vivir en Gracie Mansion. La Historia está en juego.

Maya Wiley fue la revelación de las elecciones primarias que concluyeron el pasado 22 de junio. En una ciudad demócrata, quien gane entre los candidatos demócratas será, con probabilidad, quien ostente la alcaldía. Las encuestas las lidera Eric Adams, exjefe de la Policía de Nueva York, y Wiley, por ahora, ocupa la segunda posición. El resultado no se sabrá hasta el 12 de julio. Tras un inicio de campaña tímido ella aumentó su popularidad gracias, en parte, al respaldo de políticas como Alexandria Ocasio-Cortez o Elizabeth Warren. El hashtag #Mayamentum, que circula en Twitter e Instagram, revela el interés por esta mujer con cuyo rostro majestuoso ya se venden camisetas, y no solo las oficiales de su tienda online. Gane o no, Maya Wiley ya tiene presencia política y, casi, pop. No todos los políticos logran que The Strokes den un concierto (el primero que ha exigido vacunación completa entre el público) llamado The Strokes and Friends: A Concert for Maya Wiley.

¿Quién es esta mujer tan acostumbrada a los atriles y las aulas como a los platós de televisión? Esta neoyorquina procede de una familia de activistas por los derechos civiles; su madre, Wretha Frances, blanca, y su padre, el profesor George Wiley, negro, marcaron la carrera de su hija. Es un producto de la Ivy League: estudió en el Dartmouth College y se doctoró en Leyes en la Columbia Law School para seguir la tradición familiar y ser abogada especializada en derechos civiles. Tras desarrollar su carrera como jurista en instituciones y empresas, Bill de Blasio, el actual alcalde de Nueva York, la llamó en 2014 para formar parte de su equipo y la nombró counselor, el nombre de define a la abogada más importante del ayuntamiento. Duró dos años en el cargo: en 2016 dimitió por discrepancias con su política. Desde entonces ha continuado su labor como jurista en el activismo a favor de la igualdad racial y la justicia social y ha sido profesora en la prestigiosa The New School. También ha sido analista en cadenas de televisión como la MSNBC, donde su imagen comenzó a hacerse popular. Su conocimiento de las leyes, de la empresa pública y de la privada y de las bambalinas de la alcadía neoyorquina la convierten en una candidata casi natural al puesto de alcaldesa. El gran obstáculo se llama Roberts: un expolicía en el Nueva York de 2021 es difícil de combatir. Quien gane gobernará una ciudad devastada tras la pandemia, con las oficinas vacías, alquileres impagables y con unas cifras de enfermedades mentales y de criminalidad muy altas. Según El País, los homicidios aumentaron en 2020 en un 40% respecto al año anterior.

La web de Wiley expresa con claridad anglosajona su declaración política de intenciones: “Maya es la opción progresista para Nueva York: su visión es un Nueva York que emerge de las cenizas de dos pandemias gemelas: el coronavirus y el racismo sistémico que niega oportunidades a la gente de color”. Los demás candidatos de las primarias también se reivindicaron en campaña, en algún momento, como progresistas. Había más mujeres y otras personas de color aunque ella ha logrado apropiarse del relato de la raza y el género. Además, añade un complemento al nombre definiéndose como “la progresista outsider”, sin ser ella demasiado outsider.

La campaña de Maya Wiley  es obra del estudio de branding y comunicación política Tandem, y que también se encargó de la de Alexandria Ocasio-Cortez. Hay una similitud obvia entre ambas campañas porque, según Scott Starrett, socio de Tandem, la hay entre las dos políticas. Él declara a esta revista que “tanto la señora Wiley como la congresista Ocasio son decididas, implacables, pero compasivas en su estilo de liderazgo Ninguna de las dos tiene miedo de enfrentarse a sus creencias. Ambas lo dan todo por los demás”. El estudio, que diseñó la campaña en tiempo record, optó usar un color similar al de la campaña AOC 2020. “Decidimos que en lugar de huir de esa asociación, debíamos apoyarnos en ella”, afirma. En la campaña han querido, según Starrett, mostrarla “como una líder visionaria, como la heroína que necesita Nueva York ahora”. La imagen del poster de Maya Wiley

La imagen del póster es de Kristen Blush, especializada en fotografiar a políticas estadounidenses. Tras retratar a Hillary Clinton y Kamala Harris se ha convertido en la fotógrafa oficial de Wiley, a la que conoció en un acto en el que se presentó a mostrar su apoyo a la abogada. Blush cuenta a S Moda que le interesa destacar “su fuerza, su suavidad y su calidez”. Según ella, “a menudo las candidatas demócratas son calificadas como fuertes y, aunque eso es verdad, tienen muchas más dimensiones y son ellas las que quiero mostrar en su foto”. En el póster Wiley aparece con sus canas y sus rastas, dos elementos que construyen su imagen y que lanzan dos mensajes claros: experiencia y minoría. Lo hace vestida de rojo, desmarcándose de otro de sus rasgos definitorios: el color violeta. The New York Times publicó el pasado día 10 de junio un artículo finamente titulado “Maya Wiley and The Color Purple”, donde revelaba el origen de la apropiación del violeta. Ese era el color de Shirley Chisholm, la que fue primera congresista negra de Estados Unidos. Ella lo ha usado en campaña con distintos matices. Una de sus imágenes más difundidas la muestra con una americana lila de Anne Klein. Wiley ha definido su estilo como un cruce entre Boho y BAP (Black African Princess) y reconoce que el recurso a los colores fuertes tuvo su origen en el hecho haber desarrollado parte de la campaña por Zoom. Wiley parece tener a su imagen bajo control y sabe que le beneficia más potenciar su faceta de mujer pegada a la calle que la de burguesa.

Aquí radica parte de la controversia que despierta su figura y lo que le critican sus detractores, entre ellos medios como el Daily Mail. Estos reprochan a Wiley ser incoherente, ofrecerse como la candidata de las minorías: de las mujeres, los negros y los latinos, mientras ella lleva una vida privilegiada. La acusan de fingir estar pegada a la calle y a los barrios humildes cuando ella y su familia viven en una casa valorada en casi tres millones de euros y 400 metros cuadrados en una zona acomodada de Brooklyn, sus hijas se han educado en colegios privados y su pareja, Harlan Mandel, es el CEO del fondo de Media Development Investment Fund. Esto, y que Soros, antiguo jefe de Wiley, haya donado miles de dólares a su campaña, parece un escollo entre ciertos sectores. También le recriminan que coloque la raza y el género por encima de sus credenciales para el puesto. Una empresaria vecina de Chelsea que prefiere permanecer en el anonimato define su imagen como “hipócrita”, aunque reconoce que es atractiva, culta y articulada. “Nunca la verás fotografiada junto a su marido blanco”, recalca como resumen de su supuesta incoherencia. Y concluye: “Los que la adoran, la adoran y el resto dice: Wiley, jamás”.

Nada de eso importa quienes le han dado su apoyo, que abarcan desde el mayor sindicato de la salud del país, el SEIU 1119, a Gloria Steinem o la citada Alexandria Ocasio-Cortez. Algunos miembros del mundo del espectáculo también han respaldado a Wiley en esta campaña. En su web se leen nombres como el de Julian Casablancas, Bradley Whitford (Josh en El Ala Oeste), Debra Messing, Rob Reiner o Rosie O’Donnell. En sus redes sociales no hay deslices, sino un discurso organizado y donde no se cuela la improvisación. Si quieres ser la alcaldesa de Nueva York es lo más recomendable. A día de hoy, Adams va a la cabeza de las primarias con un 31,7% y Wiley le sigue con un 22,3% de votos . En julio se conocerá el resultado y entonces se comprobará si el “Maya for Mayor” fue una buena idea.

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