María Hervás: “Conocí a la víctima de La Manada. Es una mujer inteligente, con una luz extraordinaria”
La actriz explica cómo ha sido para ella vivir durante un año en la piel de la joven que sufrió una violación múltiple en Pamplona en 2016. La obra ‘Jauría’ está de gira en abril y mayo y se representará del 29 de abril al 4 de junio en el teatro Kamikaze de Madrid.
Hace un año del estreno de Jauría –la obra escrita por Jordi Casanovas a partir de las transcripciones del juicio de La Manada– en el Teatro Kamikaze. El 6 de marzo de 2019, María Hervás se subió por primera vez al escenario madrileño. Dos días antes de las multitudinarias manifestaciones feministas que tiñeron España de morado. Cuatro meses antes de que el Tribunal Supremo emitiera su sentencia (el 5 de julio de 2019). Nueve días antes de que la actriz celebrara su 32 cumpleaños, el 15 de marzo. Ahora, a punto de cumplir 33, explica cómo este papel, meterse en la piel de la víctima de una violación múltiple cada día durante un año, le ha cambiado la vida: «Me siento muy expuesta emocionalmente, me ha quitado capas de las corazas que tenemos los humanos para protegernos ante la vida. Ahora vivo en un estado de sensibilidad a flor de piel. Por eso estoy anclada en un presente absoluto, es la única manera de poder seguir haciendo esta función».
En su camerino, presidido por una fotografía de ella y sus compañeros de reparto, recuerda que cuando el director Miguel del Arco la llamó para interpretar a este personaje no dudó ni un segundo. «La primera respuesta fue inmediata, no racionalizada. Y luego me entró el miedo, dije ‘dónde me voy a meter’. Todavía no había salido la sentencia del Supremo, yo albergaba mis propias dudas sobre todo lo que había sucedido en ese caso. Fue un miedo moral. Me preguntaba si estábamos legitimados a entrar en este tema». A lo largo de este año se ha quitado esos miedos, incluso ha tenido la oportunidad de hablar con la persona real a la que interpreta. «La conocí un día. Me reafirmé en todo lo que pensaba de ella: es una mujer inteligente, con una luz extraordinaria, con un tipo de sabiduría que viene del alma, del corazón, es una mujer que sabe perdonar, es alucinante. Esto es lo único que voy a decir de ella», zanja Hervás. Su convicción de que el arte se debe involucrar en los problemas de la sociedad se impuso sobre cualquier duda acerca de la obra: «El teatro como reflexión comunitaria de los aspectos públicos y políticos tiene que ser en el momento. Lo otro es fácil, es de cobardes. Te tienes que meter al barro cuando es barro, no cuando se ha secado».
Porque para Hervás, que está estudiando la carrera de Filosofía, cualquier acción es política –«Separar nuestro trabajo, que va de contar historias para mover cosas, de nuestra integridad como ciudadanos, de nuestra opinión, me parece no solamente imposible, sino poco hábil como estrategia política»– y obras como Jauría sirven para abrir debates sociales. Reconoce que ella misma se ha replanteado a raíz de este papel las dinámicas entre hombres y mujeres o el concepto de feminismo, que ha descubierto actitudes machistas inconscientes en su día a día. «Yo pensaba que ella se había saltado todas las normas de la educación que nos han dado a todas para ser, y entrecomillo, ‘mujeres de bien’. No decía ‘la culpa fue tuya’, pero sí ‘tía, no te has estudiado bien el manual, por qué no lo viste venir’. Y eso es absolutamente machista y patriarcal. Nos pone la responsabilidad a las mujeres de tener que ver venir el delito del hombre. El problema es la educación desigual que nos han dado a unos y a otras», lamenta. Para ella, medidas como el veto parental «son fascismo, literalmente, diseccionar e invisibilizar cosas que existen» y ver Jauría «tendría que ser obligatorio en todos los colegios, porque no habla de La Manada, sino de un mal endémico y es un ejercicio de examen de uno mismo».
Busca que sus trabajos inviten a la reflexión. Ifigenia en Vallecas, que tradujo y coproduce, rompía los estereotipos de una chica de barrio, y Personas, lugares y cosas, que estrenará en otoño en el Kamikaze, fue un éxito en Londres con su análisis de las adicciones. Pero también fue la presentadora de los últimos premios Feroz y va ganando espacio en la televisión, donde comenzó su carrera en 2007 con Los Serrano: participa en El pueblo (Telecinco), Vergüenza (Movistar +) y La valla (Antena 3). «En audiovisual hago lo que me ofrecen, no estoy en el punto de elegir». Lo que sí está en su mano es dirigir teatro, a lo que tal vez se atreva este año: «Necesito quitarme el miedo a fracasar. Igual sale mal, pero lo habré hecho».
*Estilismo: Paula Delgado. Agradecimientos: Maniquíes Di Capo. Laguna Del Marquesado 12, Nave 3, Madrid. Tel.: +34 910 70 40 89 (dicapomaniquies.com).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.