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Gafas de sol de tela: Sí, existen y están hechas por estos jóvenes españoles

En apenas dos meses de vida la marca Favaritx, concebida por una pareja catalana, arrasa por la originalidad de su propuesta: monturas hechas con tejido. Durante el primer año podrían facturar 172.000 euros.

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Cortesía de Favaritx
Clara Ferrero

Todo empezó con una mancha. Sandra Debón y su novio Víctor Romero paseaban junto al menorquín faro de Favàritx cuando la joven se dio cuenta de que se le había caído un poco de pegamento líquido en la falda. Aún no sabían que un detalle tan anecdótico sería la pista para crear su negocio: la primera marca de gafas elaboradas con tela. Romero, que tiene “alma ingeniera”, se inspiró en aquel trozo de falda con restos de adhesivo reseco para crear un nuevo material a base de láminas de tejido superpuesto y endurecido. Aquello ocurrió en 2013. Después de dos años de pruebas y dedicación su proyecto es una realidad. Favaritx, su marca bautizada en honor al faro que alumbró su creatividad, tiene apenas dos meses de vida y ya planea doblar el ritmo de producción de 200 a 400 gafas al mes para satisfacer la demanda. Los jóvenes creadores, a los que se han sumado los socios Óscar Giner y Roberto Sierras, estiman la facturación de este primer año en 172.000 euros. Una cifra nada desdeñable para un grupo de chicos que fabrican gafa por gafa en su taller de Viladecans (Barcelona).

“Cuando decimos a la gente que hacemos gafas de sol de tela siempre preguntan subiendo el tono: ‘¡¿De tela?!’ Se quedan boquiabiertos y sorprendidos y empiezan a hacer preguntas acerca de cómo están hechas o si son frágiles”, reconoce Romero a S Moda. Por extraño que parezca, los diseños de Favaritx tienen un aspecto y tacto similar al de una gafa común. Por supuesto que no se trata de monturas metálicas forradas con tela. Lo innovador de la propuesta es su creación a base de láminas de tejido endurecidas con procesos catalizadores de resinas. “Usamos la química para crear reacciones que endurezcan las placas de tejidos que confeccionamos. El proceso es largo y artesanal, realizamos cada Favaritx una por una y buscamos la perfección absoluta”, puntualiza Romero. Que quede claro: la tela no es un impedimento para tratar las lentes con normalidad, pueden limpiarse y son impermeables por lo que también es posible lavarlas.

Con una inversión inicial de 30.000 euros para costear maquinaria y materiales, su primera colección vio la luz hace un par de meses. Su inspiración mediterránea se traduce en cinco modelos muy actuales elaborados en ocho tejidos distintos de aires étnicos (un total de 64 modelos diferentes, tanto de sol como graduables). Pero cada una se hace a mano y no hay dos exactamente iguales. Su coste oscila entre los 150 y los 200 euros, alejándose del precio de las gafas low cost que tanto éxito están teniendo en la red (Hawkers, por ejemplo, facturó 40 millones de euros el año pasado). “No consideramos competencia directa al fenómeno de marcas de sol baratas que operan en Internet. Son de baja calidad, producidas en masa con materiales poco resistentes y cristales de baja protección UV, deslocalizan la producción y fabrican 1.000 gafas a unos pocos céntimos cada una. Nuestros diseños, sin embargo, están dirigidos a un público sensible con la moda, la exclusividad y las marcas nacionales y artesanales”, nos cuenta Sandra Debón, fundadora de la marca y responsable de comunicación.

Los motivos étnicos inspiran su primera colección.
Los motivos étnicos inspiran su primera colección.Corstesía de Favaritx

Favaritx huye de la producción en masa y de todo lo que huela a fast fashion. Sus diseños ya están a la venta en siete ópticas de Barcelona y su estrategia pasa por posicionarse en espacios comerciales de referencia en todo el país. “Tras expandirnos nacionalmente queremos empezar a darnos a conocer en Europa y Estados Unidos. Nuestro punto de partida será la feria de moda óptica internacional de Munich en enero del próximo año”, añade Debón. Para consolidar esa imagen de marca, Favaritx apuesta por una estrategia basada en complementar la tienda online con la venta en ópticas de prestigio, presencia en redes sociales y alianzas con influencers. El televisivo Àngel Llàcer ya ha lucido sus diseños y confiesan que les gustaría formar parte del infinito surtido de gafas de Risto Mejide o proteger del sol a Gala González o Blanca Suárez. “A nivel internacional estaríamos encantados de vestir los rostros de Bradley Cooper, Emma Watson, Kim Kardashian, Taylor Swift o blogueras como Chiara Ferragni”. No hay duda de que los chicos de Favaritx apuntan alto.

Cada gafa se fabrica de forma artesanal en un taller ubicado en Viladecans (Barcelona).
Cada gafa se fabrica de forma artesanal en un taller ubicado en Viladecans (Barcelona).Cortesía de Favaritx

Si las gafas de madera vivieron su momento de gloria hace unos meses parece que ha le ha llegado el turno a un material menos robusto y bastante más inesperado. Estos sastres de las lentes han revolucionado el mercado con una puesta original, unos valores de marca que incluyen el respeto por el medio ambiente (“cuidamos los procesos productivos para no causar ningún daño”, aclaran) y una filosofía low que defiende dos pilares olvidados por muchas marcas: fabricación nacional y artesanía. Esas son las claves que les han permitido dejar sus trabajos en el sector de la publicidad para emprender su propio proyecto. Y todo apunta a que será de largo recorrido. Nunca una mancha de pegamento fue tan rentable.

Los jóvenes calculan facturar 172.000 euros en su primer año de vida.
Los jóvenes calculan facturar 172.000 euros en su primer año de vida.Cortesía de Favaritx

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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