Valentina Sampaio: «Cuando empecé las marcas tenían miedo que de que una mujer trans las representara»
Esta es la historia de Valentina Sampaio, hija de un pescador y una maestra que ahora es una modelo destinada a derribar barreras. Incluso las de su propia mente.
Hoy llega a los quioscos el número de marzo de S Moda con dos portadas. Una de ellas Ariish Wol, una joven promesa sudanesa afincada en Londres cuya biografía no escapa a uno solo de los debates del mundo contemporáneo: la igualdad racial, la causa feminista, el problema de la salud mental en un mundo dominado por el imperio de la imagen. Puede leer su historia aquí.
La otra protagonista de la portada es la modelo la brasileña, Valentina Sampaio, a quien puede leer bajo estas líneas.
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Se podría decir que los dos enemigos más peligrosos a los que se ha enfrentado Valentina Sampaio (Aquiraz, Brasil, 25 años) son la ignorancia y el miedo de los otros. Especialmente cuando se han aliado para jugar en su contra. Aunque la brasileña siempre les ha ganado la partida, también ha tenido que aprender a sanar sus propios traumas al encararlos. “Cuando me empezaron a pedir que hiciera de modelo, la gente tenía miedo de tener a una mujer trans representando su marca”, explica. Así pasó. Una vez una firma (de la que nunca ha querido desvelar el nombre) la despidió en medio de un set y la mandó a casa al saber que aquella modelo de melena prodigiosa y piernas larguísimas era transgénero. Más que amedrentarse por este incidente, lo suyo estaba destinado a derribar barreras. Vaya sí lo hizo. Fue la primera modelo trans en la portada de la edición francesa de Vogue en 2017, la primera en convertirse en ángel de Victoria’s Secret en 2019, la primera en aparecer en la primera plana del codiciado especial de bañadores de Sports Illustrated (2020) y en noviembre del año pasado se convirtió en rostro de la línea de belleza de Armani.
Hija de un pescador y una maestra, Sampaio no tuvo una infancia fácil. Como cuando se reconoció como chica en una comunidad pesquera anclada en las tradiciones al norte de Brasil mientras crecía bailando “fascinada” el Karma Chameleon de Boy George, admiraba “la fuerza y la androginia” de Grace Jones y se veía reflejada en la historia de la primera modelo trans brasileña, Roberta Close. “En casa no teníamos mucho en términos materiales, pero estaba rodeada de amor, naturaleza y risas. Aunque mis padres siempre han sido muy cariñosos, provienen de una educación conservadora. No están acostumbrados a expresarse emocionalmente. Para ellos fue un desafío verme crecer sin poder comunicar abiertamente mis pensamientos y emociones. Especialmente siendo trans y especialmente una vez que otras personas comenzaron a juzgar y cuestionar mi género. Todo este proceso, sin embargo, me ayudó a madurar rápidamente”, aclara.
Tras abandonar la carrera de diseño de moda (no le bastaba su armario, que hasta customizaba los paraguas de casa), Sampaio se profesionalizó como modelo. Ella, como Hunter Schafer (actriz de la serie Euphoria), MJ Rodriguez (la primera intérprete en llevarse un Emmy a mejor actriz por su papel en Pose) o Hari Nef (protagonista de campañas de Gucci o actriz en And Just Like That) es una de las figuras que aprovecha su visibilidad para reivindicar y visibilizar su activismo LGTBIQ+. Como cuando recuerda que la belleza de su país de origen contrasta con los crímenes brutales contra la comunidad trans. “Brasil tiene la tasa más alta de asesinatos transgénero, y está aumentando. Aquellos que matan se enfrentan a poca o ninguna consecuencia por sus crímenes”, explica. Ella, que se siente “una de las afortunadas”, aprovecha su altavoz para recordar que lejos del glamur de los focos y los posados en las revistas de moda, la realidad de la comunidad trans es muy distinta a esa belleza aspiracional que acompaña este texto. “Hay muy poca tolerancia y compasión por las personas trans en Brasil. Muchas son rechazadas por sus familias. Esto lleva a la indigencia, a la falta de educación y a medidas desesperadas como el trabajo sexual como medio de ingresos de supervivencia”.
Sampaio apuesta por una visibilidad definida por el entusiasmo y la empatía. Y sabe qué consejos dar a las próximas generaciones trans en la industria: “Es realmente importante tener claro quién eres y por qué quieres dedicarte a esto. Es un trabajo desafiante en un entorno muy competitivo y habrá momentos de duda y rechazo. Lo único que te ayudará a superar el proceso es saber con todo tu corazón y alma que esto es lo que quieres, más que nada. Es muy importante que te rodees de un grupo increíble de personas que te apoyen personal y profesionalmente e imprescindible elegir un agente que te respete como ser humano, que crea en alimentar tu talento. Eso es lo que aportará toda la diferencia».
Para una mujer que cree que la belleza es “subjetiva”, pero también implica “la transmisión de la esencia”, el auténtico lujo es “ser fiel a ti misma y a tus principios. Vivir bien y ser feliz con tus elecciones”. Gracias a ese tesón por su autenticidad y poder de decisión ha sobrevivido en una industria que ha pecado en demasiadas ocasiones de hipócrita con la inclusión. “Todavía quedan por derribar algunas construcciones sobre los estándares estéticos convencionales, pero se está logrando un progreso positivo en el reconocimiento de la belleza y el valor de la inclusión y la diversidad. Debemos apoyarnos a nosotras mismas y a los demás para sentirnos libres de ser quienes realmente somos”, dice.
“Me encantaría crear un espacio físico para que las mujeres trans brasileñas reciban el apoyo necesario para crear oportunidades profesionales dignas”, pronostica sobre una de sus prioridades vitales. “También me esfuerzo mucho por aportar a mi familia. Quiero brindarles apoyo y experiencias que les cambien la vida. Y espero algún día formar mi propia familia y ser madre”, añade, dispuesta a recordarnos, desde la disidencia que milita, que sigue lista para enfrentarse a ese miedo e ignorancia todas y cada una de las veces que haga falta.
* Estilismo: Celia Azoulay. Modelo: Valentina Sampaio (The Lions Management). Maquillaje: Benjamin Puckey (Wall Group). Peluquería: Peter Gray para BOB. Manicura: Tak Okamura (Wall Group). Producción local: Isaac Epstein. Asistentes de fotografía: Corey Danieli y Ariel Sadok. Asistente de estilismo: Ana Paula Cervera.
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