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Samantha ha vuelto: el caso de Kim Cattrall o cómo reactivar una carrera en solo 74 segundos

Y así de simple… Tras su breve y esperado cameo en el final de la segunda temporada de And Just Like That, secuela de Sexo en Nueva York, la actriz de 67 años ha vuelto a la primera línea mediática por todo lo alto: protagoniza la nueva campaña de la firma lencera de Kim Kardashian y acude por primera vez a la semana de la moda de París invitada por Balmain.

Para Kim Kardashian, Cattrall es un "icono cultural".
Para Kim Kardashian, Cattrall es un "icono cultural".getty

74 segundos. Ese fue el tiempo exacto que duró la esperadísima y controvertidísima –todos los adjetivos sobre esta serie merecen sufijos superlativos– reaparición de Kim Cattrall como Samantha Jones en el último capítulo de la segunda temporada de And Just Like That. 74 segundos que suponen la vuelta de Cattrall al universo de Sexo en Nuevo York tras haber prometido ante cada interpelación al respecto que la puerta estaba cerrada para siempre. 74 segundos de conversación telefónica para respetar así la exigencia de la intérprete de no tener que respirar el mismo aire que Sarah Jessica Parker o el productor de la ficción, Michael Patrick King, y que solo se han podido materializar después de que el jefazo de la plataforma HBO –Casey Bloys– se lo rogara de forma expresa. 74 segundos para los que exigió el regreso efímero de Patricia Field, la diseñadora de vestuario de las primeras temporadas de la serie, finiquitados en una jornada de trabajo que culminó, cómo no, saboreando “un gran martini”. 74 segundos de llamada telefónica en los que una londinense Jones se justifica ante Carrie por no poder acudir a la cena de despedida de su apartamento por el retraso del vuelo y que, según varios medios, supusieron un cheque superior al millón de dólares para la intérprete. 74 segundos que han sido más que suficientes para reivindicar el eco mediático de Kim Cattrall y volver a situarla en la primera plana. Nadie hizo más con menos.

Los rumores estropearon la sorpresa, pero el regreso de Samantha Jones fue real.
Los rumores estropearon la sorpresa, pero el regreso de Samantha Jones fue real.HBO

Tomando el relevo de estrellas como Rosalía o Kate Moss, la actriz británica acaba de debutar como imagen de la nueva campaña de Skims, la marca de fajas, lencería y ropa deportiva de Kim Kardashian. A sus 67 años, Cattrall luce dos estilismos en color negro elegidos por ella misma para la ocasión: un body moldeador a media pierna y un vestido ceñido de manga larga y escote cuadrado. “Icónica. Estás absolutamente preciosa”, dijo sobre ella la influencer y fundadora de la firma en su cuenta de Instagram. No se equivoca Kardashian al subrayar el estatus de icono de la de Liverpool cuando se celebran 25 años desde que se pusiera por primera vez en la piel de la publicista más liberada de Sexo en Nueva York. Una posición de privilegio en la cultura pop contemporánea refrescada por su efímero cameo en la secuela de la ficción, como lo demuestra el reciente reportaje publicado en la web de la revista Vogue USA sobre su primera visita a la semana de la moda de París. La actriz fue invitada personalmente por Olivier Rousteing, director creativo de Balmain, para asistir a su desfile y ella no dudó en cumplir con lo que se esperaba de ella luciendo un traje negro de dos piezas con falda efecto piel de cocodrilo que gritaba Samantha Jones desde el front row.

Imagen de la británica en la nueva campaña de Skims.
Imagen de la británica en la nueva campaña de Skims.Instagram @skims

A pesar de ser la única actriz del cuarteto original que se ha negado a repetir papel en And Just Like That, Samantha sigue tan vigente en la memoria colectiva como sus tres compañeras. Ni su agrio y aireado enfrentamiento con Sarah Jessica Parker por la diferencia salarial entre ella y el resto del elenco, que precipitó el fin de la serie y la inviabilidad de una tercera película, ha hecho palidecer el recuerdo del personaje “favorito”–según alegó ella misma– del público. Es precisamente este idilio con la audiencia lo que llevó al equipo de la serie a enterrar el hacha de guerra, al menos durante 74 segundos, y reclamar su vuelta. Así lo confirmó Kristin Davis, que da vida a Charlotte: “Los fans echan de menos a Samantha. Los fans aman a Samantha. Samantha es un personaje fantástico. Lo pillamos”. Parker ratificó las palabras de su compañera, alegando que era la mejor forma de “celebrar” el cuarto de siglo de la serie.

La actriz acudió por primera vez a la semana de la moda parisina acompañada por su pareja, Russell Thomas.
La actriz acudió por primera vez a la semana de la moda parisina acompañada por su pareja, Russell Thomas.getty

Pero mientras otros intérpretes se pasan toda una vida intentando desencasillarse de los papeles que hicieron de ellos personajes célebres en todo el mundo, Cattrall ha sabido rentabilizar la posición lograda por su alter ego para garantizarse una continuidad profesional difícil de replicar en una industria tan edadista como la cinematográfica. Ya sea en su rol de embajadora en campañas publicitarias de firmas como Farfetch o en su trabajo más puramente televisivo, todas sus apuestas presumen de una coherencia estética y casi argumental con su papel más destacado. En la serie Asquerosamente ricos da vida a una presentadora de televisión millonaria amante de los lujos y de verbo afilado; en Queer as folk, a una mujer millonaria enganchada a los martinis, y en la más reciente ficción de Netflix, Glamorous, a una magnate millonaria de la cosmética que vive en Nueva York. Ni siquiera se permite el lujo de cambiar de tinte: su característica melena rubia continúa intacta en cada nuevo personaje, no vaya a ser que alguien la confunda por otra.

Kim Cattrall en un fotograma de su última serie, ‘Glamorous’.
Kim Cattrall en un fotograma de su última serie, ‘Glamorous’.Netflix

Con una fortuna estimada de 40 millones de dólares, cabe pensar que la británica, que se mudó sola a Nueva York con apenas 16 años para estudiar interpretación, cuenta con la estabilidad suficiente para disfrutar del día a día sin la necesidad de plegarse a los deseos de los fans o a las condiciones impuestas por un puñado de ejecutivos televisivos. Más aún después de que su hermano se quitara la vida en 2018 a causa de una depresión y que llevó a la actriz a prometer que no iba a pasar un solo día más de su vida haciendo algo que no la hiciera disfrutar plenamente. Tras tres matrimonios fallidos, lo último que sabemos de ella es que disfruta de un crucero –“y del vino”– por el sureste de Francia junto a su pareja desde hace siete años, el ingeniero de sonido Russell Thomas. Los dos residen la mayor parte del tiempo en una mansión situada en las montañas de la isla de Vancouver, en la frontera entre Canadá y Seattle. De manera literal y figurada, lo cierto es que para ella Nueva York queda ya muy lejos.

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