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Patti Smith: «Fui muy estricta con mis hijos. Los crié a la antigua»

La llaman «Papisa» desde que emergió con ‘Horses’, toda greñas y furia poética. Pero en realidad lo suyo siempre ha sido un vitalismo cabreado. Va a cumplir 70. Le queda mucho por gritar.

Patti Smith en la entrega de los Golden Globe Awards.
Cordon Press

Al hijo de Patti Smith, Jackson, le preguntaron en una ocasión por su madre, la estrella del rock, y se quedó algo confundido. «Es mi madre, nos hace la cena y nos lava la ropa», contestó. Y a la cantante y escritora –Premio Nacional de Literatura en Estados Unidos por sus memorias y a la que los tópicos del género obligan a llamar «papisa», «chamán», «sacerdotisa» y otros términos que implican poder y una relación de tú a tú con el Más Allá– le encantó la respuesta. «Es lo mejor que podría haber dicho».

¿No eran conscientes sus hijos de quién era su madre para el resto de la humanidad?

No mucho. Sabían quién era su padre [Fred Sonic Smith, de los MC5, fallecido en 1994], porque cuando ellos eran pequeños vivíamos en Detroit y conocían su legado. Pero de mí no sabían mucho, solamente que escribía algunos libros. Están orgullosos de su madre, pero yo también lo estoy de ellos.

Dice que nadie manda sobre usted, excepto su hija.

Sí, estaba bromeando. Es muy buena chica y se preocupa mucho por si estoy mal o triste, pero tiene un carácter fuerte. Son chicos anticuados, los crié a la antigua, un poco como me educaron a mí. Fui muy estricta. No me han dado ningún dolor de cabeza con temas de drogas o alcohol, no fueron a la universidad pero han estudiado por su cuenta. Son buenas personas. Es lo que quieres como madre. No tengo ninguna ambición para ellos, solo que sean buena gente, amables… Y lo son. Mi hija toca el piano y mi hijo, la guitarra en mi banda. A veces hacemos pequeñas giras los tres por Estados Unidos. Voy a cumplir 70 años y me imagino realizando esto cada vez más en el futuro, conciertos acústicos junto con ellos.

Viene de celebrar el 40 aniversario de Horses. ¿Cuál es su relación actualmente con ese disco?

Tengo un vínculo fuerte con Horses. Es un reto tocar un álbum en el mismo orden que está grabado. Imagínese, salgo al escenario y tengo que empezar con Gloria, que es incluso físicamente desafiante. Pero me gusta hacerlo. No me siento desplazada por ese material de mi juventud. Todavía estoy muy conectada a ese trabajo.

Lo grabó a los 26 años pero, para ser la obra de una persona tan joven, está lleno de luto y añoranza. Es un disco muy elegíaco.

Es verdad, cuando lo compuse tenía veintitantos años y me sentía completamente desenganchada del orden social. Lo escribí para personas como yo, no para el mainstream, porque no tenía nada que decirles. Creo que sirvió a la generación que se sintió sola, incomprendida. Pero la gente joven siempre se siente así. Mire cómo está el mundo ahora. Nos invade la tensión económica, medioambiental. Hay tantas guerras, tanta corrupción… Las personas miran a su alrededor y se preguntan: «¿Qué están haciendo? ¿Qué le están haciendo a nuestro mundo?». Creo que Horses ofrece una voz que le habla a todas ellas. Me encanta ir a tocarlo a Grecia, a los lugares que tienen problemas. Lo llevaré adonde la gente lo quiera.

En ese álbum, dedicó una canción a Jimi Hendrix y otra a Jim Morrison. ¿Qué le parece que se siga hablando ahora de ese mórbido club de los 27, con una idea a veces romántica de lo que es morir joven?

Eso no es solo ridículo, también es trágico. Yo no quería romantizarlos con esas canciones. También escribí un tema para Amy Winehouse y otro para Kurt Cobain. Todos tenían voces importantes y quiero que sean recordados, pero no por su estilo de vida o por la manera en la que murieron, sino por el trabajo que hicieron. Amy Winehouse era increíble. Lo que podía llegar a hacer con su voz era fenomenal. Se me rompe el corazón al pensar que tiró su vida por la borda. ¡Todos ellos era tan talentosos!

Le ha tocado ser testigo de esa autodestrucción en muchas ocasiones, ¿no es así?

Sí, y es muy difícil parar a la gente cuando sigue su propia trayectoria. Yo los conocí a todos, pero veía cómo se conducían y pensaba: «Nunca quiero ser así, no quiero arriesgar mi vida por el alcohol, la cocaína. Porque… ¡deseo vivir! Y quiero hacer mi trabajo». En los conciertos de Madrid y Barcelona quizá incluya una canción de Prince. Esa es otra situación que me rompe el corazón… Alguien con tantos recursos, tanto talento. He tenido amistades que han fallecido –como Robert [Mapplethorpe], quien murió de sida, y muchos amigos enfermos de cáncer–, pero lucharon, tenían ansias de vivir… Me duele cuando la gente acaba con su vida. ¡Hay tantas cosas por hacer, tantos libros por leer!

De sus memorias Éramos unos niños (Lumen) se desprende que Mapplethorpe siempre supo que triunfaría, cultivaba esa ambición. En cambio, usted no. Ni siquiera tenía previsto dedicarse a la música.

No tenía ninguna intención de ser música o artista. Siempre me había sentido bien actuando frente a la gente, pero lo que quería era ser pintora o poeta. Nunca creí que sería una estrella del rock and roll, especialmente en mi generación. Acababa de nacer ese género musical. Hay que pensar que yo soy solo un poquito más vieja que toda la historia del rock. Cuando era joven, la idea de que una chica tuviera una banda y fuera una potencia sobre el escenario ni siquiera existía. Había grandes cantantes y grupos de mujeres, pero no existía precedente para algo como lo mío. Para mí, todo evolucionó de manera orgánica a partir de mi poesía. Tenía demasiada energía para dedicarme solo a recitar delante del público.Además, me encanta conectar con la gente; y a veces las personas se aburren cuando lees un poema.

Tengo entendido que antes de Horses hubo un intento de lanzarla como cantante pop.

Sí, un tipo que era un visionario y tenía uno de los mejores clubs de Nueva York me vio actuar y pensó que yo podría ser como una especie de Cher.

No me diga que le propusieron un makeover

Ja, ja, ja. Nunca llegamos tan lejos. No tengo nada en contra de Cher, por otra parte, quien tiene una voz genial. Dije que no, a pesar de que me ofrecían mucho dinero y en ese momento no tenía nada entre manos. Trabajaba en una librería.

¿En qué punto está la adaptación televisiva de su libro? ¿Sigue en pie?

Estoy trabajando con John Logan [el guionista y creador de Pa] en el guión. Vamos lentos. Será una serie de cuatro capítulos. Una vez lo tengamos acabado pienso implicarme mucho. Cuando encuentren a los actores para interpretarnos, puedo asesorarlos si les surge cualquier duda. Puedo contarles, por ejemplo, cómo vestíamos en esa época, cómo hablábamos entre nosotros…

Nada fácil la tarea de encontrar una actriz que la interprete a usted. ¿A quién se imagina?

Lo más probable es que sean desconocidos. Nosotros éramos totalmente anónimos para el mundo en aquella época, así que estaría bien que fuese así. Además, hay que encontrar actores para interpretar varias edades. La serie se moverá entre 1967, cuando nos conocimos, y más tarde, cuando estábamos cerca de los 40 y Robert se estaba muriendo.

Tengo que preguntarle por las elecciones en su país. ¿Está siguiendo todo el proceso?

¡Estoy huyendo de él! ¿Por qué cree que he decidido irme de gira? Pero lo cierto es que es embarazoso. Donald Trump… Los medios tienen mucha culpa de su ascenso, ellos lo han aupado. Él representa lo peor de nuestra cultura de la celebridad, la cultura de los social media. Voté a Bernie Sanders en las primarias de Nueva York, pero no sé a quién votaré en noviembre. Confío en que el movimiento que arrastra cristalice en un tercer partido. Estados Unidos necesita un tercer partido.

* Patti Smith actúa en las Noches del botánico el viernes 8 de julio.

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