Sin sujetador bajo la lluvia: Melania Trump, protagonista accidental del 4 de julio
La primera dama eligió un vestido blanco valorado en casi 3000 euros que, por culpa de un chaparrón, transparentaba su pecho. Sin pretenderlo, se suma así al movimiento ‘Free the Nipple’ que pretende visibilizar el cuerpo femenino.
Ropa blanca y chaparrón no es una buena mezcla. Bien lo sabe Melania Trump después de que la lluvia le jugara una mala pasada durante la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos en Washington. La primera dama acudió junto a su marido, el presidente Donald Trump, al espectáculo organizado con motivo del 4 de julio ataviada con un vestido níveo firmado por Carolina Herrera. Una creación que alcanzaba casi los 3000 euros en su precio original y que en temporada de rebajas puede comprase por la mitad (1400 euros) en portales multimarca como MyTheresa.
Lo llamativo de su look fue, sin embargo, las transparencias que la lluvia provocó en el vestido. La primera dama terminó calada y podía verse con claridad la ausencia de sujetador y un «free the nipple» («libera el pezón») en toda regla. Dado que marcar pezón está de moda (incluso se venden pegatinas para aumentar el efecto), Melania se sumó accidentalmente a una tendencia que pretende normalizar y visibilizar el cuerpo femenino, propósito que entra en conflicto con las políticas de su marido.
La aparición de Melania, convertida en protagonista accidental de un espectáculo más politizado que en anteriores ediciones (Trump incluso dio un discurso patriótico), Twitter no tardó en comentar el atuendo de la primera dama y los estragos causados por la lluvia en su vestido. «¿Tal vez su presupuesto no le daba para un sujetador?» o «no sabía que esto era un concurso de camisetas mojadas» fueron algunas de las apreciaciones que la aparición de Melania despertó en el afilado patio de Twitter.
I never want to hear another word about Michelle Obama’s bare arms. #FirstNipples pic.twitter.com/V9tBQTkj01
— ParodyMissesRubyDoo🟦 (@fuckcancer56) July 5, 2019
Por supuesto tampoco faltaron las recopilaciones de todas las veces que la primera dama la ha liado por culpa de sus elecciones estilísticas. Como aquella vez en la que se plantó una polémica chaqueta de Zara en la que podía leerse “I Really Don’t Care, Do U?” (La verdad es que no me importa, ¿y a ti?) durante su visita a un refugio de niños inmigrantes en Texas o cuando se puso unos zapatos de tacón para visitar las inundaciones causadas por el huracán Harvey. A juzgar por la cantidad de veces que la ropa de Melania ha desatado la polémica, no es tan descabellado pensar que su estilista es otro topo de la resistencia anti-Trump. “Su estilista es un genio insurrecto que trabaja desde dentro para hacer que los Trump parezcan aún más desquiciados de lo que están. No hay ninguna otra explicación y, personalmente, aplaudo a ese estilista. Ya estoy esperando ese vestuario inspirado en las SS que la Primera Dama llevará en su próximo viaje a Alemania. ¡Empieza a sacar brillo a tus botas negras, Melania!”, ironizaba hace unos meses la prestigiosa columnista de The Guardian Hadley Freeman. ¿Será este un mensaje velado de apoyo al movimiento Free the Nipple al que Melania se ha sumado sin pretenderlo?
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