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Locos por coleccionar cosas de ricos

CéIine Dion tiene 3.000 pares de zapatos de lujo, Ralph Lauren más de 70 coches clásicos en perfecto estado y Daphne Guinness, uno de los pocos armarios del mundo repletos de Alta Costura. Los ricos también coleccionan…cosas de ricos, claro.

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Con una fortuna estimada en más de 10.000 millones de euros, Roman Abramovich y su novia, Dasha Zhukova, se gastaron la “calderilla” de seis millones en celebrar una fiesta el pasado de Año Nuevo. Muchos de los selectos invitados tuvieron la oportunidad de viajar a bordo del ‘Eclipse’, quizá descansar en alguna de sus once suites, relajarse en el balneario, visitar sus dos helipuertos o nadar en la mayor piscina del mundo bajo techo en una embarcación.

El ‘Eclipse’ es el yate privado más grande del mundo, con 170 metros de eslora y valorado en 400 millones. Pero solo es uno de la colección de un Abramovich que, como buen magnate, gusta de aficiones caras. El accionista mayoritario del Chelsea FC y empresario del acero y la minería tiene una importante flota que incluye otros caprichitos como el ‘Peluros’, de 114 metros de eslora, o ‘Le Grand Bleu’, de 112.

Cada uno colecciona lo que puede y los ricos pueden más. Porque Abramovich no se queda en los yates. Al igual que su pareja, es un apasionado del arte moderno, una afición también costosa que comparten otros millonarios del mundo. Por ejemplo Carlos Slim, que fundó en México DF un museo con el nombre de su difunta esposa, Soumaya, y en el que se exponen obras de Van Gogh, Miró, Dalí, Picasso, Monet, o una selección de esculturas de Rodin (la segunda más grande del mundo después de la Francia) que incluye ‘El Pensador’. Son algunas de las 60.000 piezas de la colección privada de quien ocupa el puesto número 1 en la lista Forbes de los más ricos del mundo.

Unos puestos por debajo de Slim en ese selecto ranking está Bernard Arnault, el presidente del emporio de lujo LVMH, décima fortuna del mundo. Y también le gusta coleccionar arte, especialmente impresionista, afición que comparte con su eterno rival en los negocios, François-Henri Pinault.

Los automóviles son otro de los objeto de deseo de muchas personas con posibles. Uno de los más locos por las cuatro ruedas es Ralph Lauren. Posee una de las mayores colecciones privadas de coches de lujo y vehículos clásicos del mundo, que ha merecido exposiciones por todo el mundo, incluso en el Museo de Artes Decorativas de París. Los guarda en un garaje museo en Westchester County, en Nueva York, y son en total 70 piezas que van desde los años veinte del siglo XX hasta el momento actual. Todos están en perfecto estado de revista porque, tras ser restaurados, son conducidos periódicamente para mantenerlos en uso. Entre ellos se cuentan Ferrari, Porsche, Mercedes, Alfa Romeo, Bentley, Jaguar… Incluso un Bugatti 57SC Atlantic Coupé, uno de los coches más exclusivos del mundo porque solo se fabricaron cuatro unidades.

Sin embargo, la selección de coches de Lauren dista mucho de ser la mejor. El sultán de Brunei, conocido por su inmensa fortuna y su ostentoso modo de vida, tiene una colección que, sin que se conozca con exactitud, rondaría los 5.000 vehículos deportivos, entre ellos 500 Mercedes y 400 Ferraris. Para las bodas (se ha casado tres veces y tiene 17 hijos) utiliza un Rolls Royce con decoración de oro.

La ropa y los complementos levantan pasiones en personas de diferente poder adquisitivo. Los que menos tienen se conforman con el low cost. Los que tienen más, tiran la casa por la ventana. Es muy posible que a Céline Dion le falten ocasiones para lucir los cerca de 3.000 pares de Louboutin, Jimmy Choo y ‘Manolos’ que guarda en su armario. ¿Una nueva Imelda Marcos? La ex primera dama filipina atesoró 1.070 pares, aunque las malas lenguas decían que eran 3.000.

Zapatos también, pero igualmente vestidos de Alta Costura son la pasión de Daphne Guinness. La heredera del imperio internacional de cerveza ya era millonaria cuando nació, así que lo tenía fácil. Abonada al front row de los desfiles de las fashion week más importantes e íntima de Lagerfeld, la ex esposa del también multimillonario griego Spyros Niarchos tiene un estilo extravagante y lo normal es verla con creaciones exclusivas de Alexander McQueen a Galliano de la mañana a la noche.
 

Imposible calcular el coste de su colección privada. En 2012 subastó cien de las prendas y complementos de su vestidor en Christie’s con fines benéficos destinados a la Fundación Isabella Blow. Lady Gaga pujó y se hizo con un vestido de Alexander McQueen por 133.000 dólares. En total se recaudaron 744.000 dólares.

Otras clientes de Costura son Jemima Khan, ex pareja de Hugh Grant; la española Eloísa Bercero –usaba un vestido para una ocasión y después lo guardaba-, o la libanesa Mouna Ayoub, ex exposa del industrial petrolero Naser Al-Rashid, quien posee más de 1.500 piezas únicas en su vestidor.
Vestidos de lujo son los que salen de la mente de Frida Giannini, directora creativa de Gucci. En su vida personal, sin embargo, su debilidad son los discos antiguos de vinilo y atesora unos 8.000 LP’s en una habitación exclusiva de su residencia. El tío de Giannini fue un DJ bastante popular en la Italia de los años ochenta. Cuando falleció en un accidente de tráfico, ella heredó sus 6.000 discos y continuó mimando esa afición hasta el día de hoy.

Frida Giannini, Gucci designer

Imagen vía Señoras que hablan de música.

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