Lizzo: «En general la ropa moldeadora actúa como una amistad tóxica que siempre intentas que funcione aunque te haga sentir mal»
Después de tres años sin publicar disco, la estadounidense ha vuelto con un nuevo álbum, ‘Special’ y con proyectos en televisión y moda. La voluntad de cambio social mediante el optimismo es el nexo común de todo lo que hace.
Lizzo (Detroit, 34 años) aparece en la videollamada desde una habitación decorada con sus tres premios Grammy, y con unas horquillas en forma de mariposas azules en el pelo. “Escucha, tengo el calendario bloqueado hasta 2023. Estoy haciendo todo lo que quiero hacer, y de manera que deje huella”, comenta. Tras un parón musical de tres años, está claro que ahora a la artista no le faltan proyectos. Acaba de publicar un nuevo álbum, titulado Special, del que dice que es “muy loco”. Y además ha debutado en televisión y en moda. Lo ha hecho con el programa de Prime Video Watch Out for the Big Grrrls, donde busca bailarinas alejadas de cánones, y con su marca de ropa moldeadora, Yitti. “No me dedico a nada que no considere que sea necesario”, explica, “todo tiene una conexión personal. No produciría un programa si no tuviera que contratar a bailarinas para mi gira, ni probaría con la ropa moldeadora si no creyese que el sector necesitase reinventarse”. Con tallaje de la XS a las 6X, Yitti es una marca de moda moldeadora que no quiere pasar desapercibida. La propia artista ha lucido los leggings de la firma con aberturas posteriores que dejaban a la vista un tanga. ¿Qué le hizo entrar en el mismo sector que Kim Kardashian? “Las prendas de shapewear que llevaba hasta entonces eran una mierda, me resultaban molestas y acabé harta”, sentencia. “En general la ropa moldeadora actúa como una amistad tóxica que siempre intentas que funcione aunque te haga sentir mal. Me propuse crear un producto que me hiciera sentir bien con mi propio cuerpo”.
La cantante llegó a la escena musical como esa amiga que a todo el mundo le gustaría tener: divertida, sexy, deslenguada, y sobre todo, con corazón. “Si yo brillo, todo el mundo brillará”, dice la letra de su éxito Juice. Ahora, con el lanzamiento de Special, subraya lo ligada que está su música a su día a día: “Mi manera de componer canciones refleja mi propia vida. Necesito vivir para continuar siendo ese tipo de artista, por eso no quise tener prisa”. Ella ha demostrado que no existe un patrón para convertirse en una estrella. No hay que perseguir tendencias ni encajar una imagen determinada. Tanto con su música como sus apariciones públicas, consigue que la alegría de vivir y la autoaceptación sean poderosas formas de protesta.
De nombre real Melissa Viviane Jefferson, Lizzo creció en una familia estricta, en la no se escuchaba música que no fuera religiosa. Empezó como flautista clásica, y aunque en su trabajo toca múltiples géneros musicales, aún adora este instrumento, al que le ha abierto una cuenta en Instagram. Tras abandonar sus estudios de música en la Universidad de Houston, intentó hacerse un hueco en la industria, un periodo en el que formó parte de varios grupos de hip hop, colaboró con Prince, y durante el que llegó a tener que dormir en su coche. Cuando alcanzó el reconocimiento la sensación fue tan abrumadora que estuvo a punto de abandonar. La artista ha usado las redes sociales para compartir sus altibajos emocionales, y cómo la terapia la ha ayudado a superarlos, y también le han servido para corregir algún traspiés. Su tema Grrrls recibió críticas por incluir un término despectivo para personas con parálisis cerebral. Cambió la letra de inmediato, y posteriormente anunció en sus perfiles su compromiso con el cambio que ella quiere ver en el mundo. Pese a todo, suele usar las redes para divertirse, sin tomarse demasiado en serio. Ha flirteado con el actor Chris Evans y el rapero DaBaby en Instagram, y ha cotilleado con humor en TikTok sobre los entresijos de One Direction, el exgrupo de su amigo Harry Styles. “Me encanta usar las redes sociales, pero no las necesito para nada”, afirma entre risas, “¡Las redes me necesitan a mí!”.
La cantante ha protagonizado varios grandes momentos de moda, en los que ha pulverizado expectativas sociales: con la provocación de una túnica transparente de Matthew Reisman en el cumpleaños de Cardi B, el humor de un vestido inspirado en una barra de chocolate firmado por Moschino o el activismo de un diseño de Christian Siriano que promovía el voto en 2020. “Me encanta mi silueta, y jugar con ella. Por una parte, soy Tauro y me atraen el lujo, la sensualidad y la comodidad, y por otra, mi ascendente Leo me hace ser provocativa y buscar cosas locas que rompan esquemas. Me lo paso muy bien dejando a los demás atrás con la moda. Al ser una chica grande, creo que nadie se esperaba que triunfase con mis looks”. Pero en el caso de Lizzo, nunca hay que confundir optimismo con complacencia: “Yo formo parte del cambio de la industria de la moda. Voy a decirlo para que quede de manifiesto: la sociedad acepta la diversidad de cuerpos, pero en la industria, sobre todo en producción y diseño, aún queda mucho por hacer”.
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