Las incógnitas tras el ‘vestido ganador’ con el que Halle Berry hizo historia en los Oscar de 2002

Marcó un hito, sin esperarlo. Cuando Halle Berry llegó el 24 de marzo de 2002 al Teatro Kodak de Los Ángeles no imaginaba que se iba a llevar el Oscar. «En aquella época, si no habías ganado el Globo de Oro no te daban el premio de la Academia (…), así que me resigné pensando ‘es genial estar aquí aunque no vaya a ganar», recordaba el año pasado en The New York Times. Pero desde que pisó la alfombra roja no dejó indiferente a nadie: todas las miradas y flashes se dirigieron a ella y a su vestido con cuerpo bordado de tul sin forro y abultada falda de tafetán. Con ese modelo de Elie Saab, que al instante pasó a la historia de Hollywood, Berry, que tenía 35 años, recogió el Oscar a mejor actriz protagonista por Monster’s Ball, el primero —y el único, en 94 ediciones— logrado en esa categoría por una actriz negra. «Este momento es mucho mayor que yo. Este momento es para Dorothy Dandridge, Lena Home, Diahann Carroll. Es para las mujeres que han estado junto a mí, Jada Pinkett, Angela Bassett, Vivica Fox. Y para cada mujer de color sin nombre, sin rostro que ahora va a tener una oportunidad porque esta noche se ha abierto una puerta», dijo emocionada Berry, que competía por la estatuilla con Nicole Kidman (Moulin Rouge), Judie Dench (Iris), Renée Zellweger (El diario de Bridget Jones) y Sissy Spacek (In the bedroom).

Año tras año, el vestido que llevó Halle Berry en ese histórico momento reaparece en las listas de los más recordados de los Oscar. Además, cuenta con su propia entrada en Wikipedia, que lo cataloga dentro de la categoría de «Estilismos destacados de alfombra roja», donde también figuran el Versace verde que Jennifer Lopez llevó a los Grammy en el año 2000 (el origen de Google Imágenes) o el vestido palabra de honor con falda de plumas rosa, también de Versace, que Penélope Cruz vistió en los Oscar de 2007. Pero ¿cómo se forjó este estilismo? Lejos de ser diseñado a medida para ella —como ocurre con muchos de los modelos que los principales invitados lucen en este tipo de actos— o de ser un modelo recién salido de la pasarela —en aquel momento lo habitual era que muchos de los diseños que habían desfilado en la alta costura de París en enero se vieran en las alfombras rojas de la temporada de premios cinematográficos poco después—, el vestido formaba parte de la colección de otoño-invierno 2002 que el modista libanés Elie Saab había presentado más de medio año antes, el 12 de julio de 2001, dentro de los desfiles de alta costura de la semana de la moda de la capital francesa.

Aunque ahora muchas estrellas recurren a prendas de archivo, en los 2000 no se solían lucir en la alfombra roja modelos de temporadas pasadas, ni siquiera de la anterior, como en este caso. Quien eligió el vestido fue Phillip Bloch, estilista de la actriz (que ha asesorado a otras celebridades, como Lindsay Lohan, River Phoenix, Salma Hayek, Will Smith, Jada Pinkett-Smith y Melania Trump). En un primer momento lo había fichado para que lo luciera otra de sus clientas en la ceremonia de los Emmy, pero al final decidió que ese tenía que ser un look de portada. Y Halle Berry ocupó muchas tras llevarse la estatuilla en la 74ª edición de los Oscar. «Me lo pensé y dije ‘este es un vestido ganador, es un vestido de Oscar’, solo tenía que esperar a la ocasión adecuada», explicó el estilista en una entrevista concedida en 2002 al periódico canadiense The Globe and Mail.

En el artículo, Bloch contaba que, pese a que la actriz se enamoró inmediatamente del diseño, que lo luciera en la gala no resultó sencillo. ¿El motivo? El modelo de pasarela diseñado por Elie Saab era demasiado naked dress para llevarlo a la televisada ceremonia de los Oscar. Hoy en día, las transparencias son una constante en galas y alfombras rojas, pero la propuesta de pasarela del diseñador apenas cubría uno de los pechos. Y. hay que recordar, solo dos años después el escándalo lastró la carrera de Janet Jackson por mostrar un pezón en su actuación junto a Justin Timberlake en la Super Bowl de 2004. Bloch y Berry intuyeron que el exceso de transparencias en el cuerpo del vestido podía acarrear problemas, y le pidieron modificaciones a Saab, pero como el modista estaba en París, quien se encargó de ampliar los bordados pectorales fue la costurera hollywoodiense Madeleine Aikenberg, que colocó las hojas estratégicamente para revelar, pero cubriendo. Ella y Bloch también eliminaron la cremallera de la espalda del modelo original.

«Siento que ese vestido, en términos de estilo, simboliza lo que es la mujer americana, y en particular lo que es la mujer afroamericana: cómodo y a la vez de alta costura, simple pero también ornamentado. Tenía flores de la naturaleza y una falda de alta costura que era frívola (…). El vestido no era asombroso, pero fue inolvidable», resumía el diseñador en The Globe and Mail. De hecho, Saab ha reconocido que fue la prenda que le dio el impulso definitivo a su carrera. «Halle Berry popularizó el nombre de Elie Saab. Ella logró realmente situar el nombre Elie Saab en el mercado internacional. Fue una gran época para el cine en general. Ella fue la primera mujer de color en ganar ese Oscar. Era elegante y atrevida y chic. Creo que ese momento fue excepcional para el cine», explicó en una entrevista a Vogue Australia en 2019. Hasta aquel momento, la máxima embajadora del creador libanés —que inició su carrera abriendo a los 18 años, en 1982, una tienda en Beirut, y cuando se celebraron los Oscar 2002 tenía 37 años— había sido la reina Rania de Jordania. A partir de entonces, sus diseños comenzaron a colarse en actos internacionales y fue invitado a unirse a la Cámara Sindical de la Alta Costura francesa.

Ese vestido «inolvidable» que diseñó en 2001 es ahora una pieza de museo. Coincidiendo con la última edición de los Oscar, el 13 de marzo, la actriz compartió con sus seguidores de Instagram una instantánea de su gran noche en la que comentaba que el diseño había pasado a engrosar la colección del Museo de la Academia, inaugurado en West Hollywood, Los Ángeles, en 2021. Berry puso énfasis en la importancia histórica de esta prenda: «Este histórico vestido de @eliesaabworld no solo permanecerá bajo el cuidado experto de los comisarios y conservadores del museo, sino que estará al alcance de generaciones de personas para las que el vestido tiene significado y será un recordatorio de que cualquier cosa es posible».