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Karolina Kurkova, la modelo que se convirtió en marca registrada

Un par de vaqueros y una camiseta. Karolina Kurkova no necesita más para seducir a la cámara. Lleva 15 años haciéndolo.

Karolina Kurkova, marca registrada
Eric Guillemain
Laura García del Río y Francesca Rinciari (Realización)

Conquistó el mundo de la moda cuando abrió la boca. Acostumbrada a fruncir los labios ante la cámara –y adoptar ese gesto adusto con el que tantas modelos disimulan la falta de personalidad–, fue un momento de descuido, y una risotada, lo que llamó la atención de la editora Anna Wintour durante una sesión de fotos en la que la checa posaba ante el objetivo de Steven Meisel. Tenía 17 años y una cabeza bien amueblada. Lista como pocas chicas a esa edad, vio el potencial de aquella sonrisa y la convirtió en su pasaporte al éxito.

Ha llovido muchísimo desde aquella sesión: portadas, campañas y hasta programas de televisión de máxima audiencia. Y a Karolina ya no le hace falta sonreír. Es una de las modelos mejor pagadas según Forbes y se ha convertido en una marca global que vende perfumes, moda, coches y hasta causas solidarias (es portavoz de organizaciones como Aids Life en la lucha contra el sida e imagen de la campaña contra el cáncer de mama del Council of Fashion Designers of America). Hoy, cuando Kurkova abre la boca, el mundo mira –y escucha– atentamente. El por qué de su éxito no es ningún secreto. Ella misma lo comparte en su cuenta de Instagram, convertido en el códice de la futura top model: «Para ser irreemplazable, hay que ser diferente».

¿Qué cualidades debe tener una supermodelo?

Tiene que ser multidimensional: funcionar delante de la cámara, aportar ideas y tener personalidad. Pero también debe tener visión empresarial. Una modelo es CEO de su propia marca.

¿Se considera una marca?

Absolutamente. Llevo 15 años trabajando en ella. En esta industria, lo que haces te define. Por eso me involucro solo en proyectos con los que me identifico. Si hago algo, quiero que la gente lo vea y diga «es muy Karolina». Mantener esa integridad no es negociable. 

Eric Guillemain

¿Dónde está el límite?

Nunca enseñaría el pubis. No es elegante. Nadie necesita ver una vagina en primer plano.

Es una auténtica mujer de negocios. ¿Ha hecho amigos en esta industria o es todo trabajo?

Hay personas con la que trabajas, y otras con la que conectas a otro nivel. Supongo que he conectado con algunas. De lo contrario, no estaría donde estoy.

¿Admira a alguien del mundo de la moda?

Esa es una pregunta trampa. Admiro a mucha gente. Sobre todo diseñadores. El suyo es un trabajo complicado: tienen que innovar, ser creativos, pero sin perder de vista que esto es un negocio y hay que vender. Meten la moda en nuestra vida y nos animan a convertirla en una declaración sobre nosotros mismos.

Habla mucho de individualidad.

Hoy, y más con Internet, surge una cara nueva cada día. Una chica it que dura 15 minutos. Encontrar a alguien con talento es difícil. La gente no se toma el tiempo de construirse a sí misma, de hacerse una carrera paso a paso. El éxito puede ser inmediato. Lo difícil es mantenerse arriba.

¿Qué ha tenido que sacrificar usted para conseguirlo?

Tiempo. Pero tiene su lado positivo: este trabajo te enseña a relativizar. Aprendes cuáles son tus prioridades y a manejar tu tiempo acorde a ellas. 

Eric Guillemain

¿Ser madre hizo que cambiaran las suyas? 

Desde que tuve a Tobin [que cumple cuatro años este mes], me he convertido en malabarista. Me divido entre el trabajo y la familia. Son dos aspectos importantes de mi vida, y creo que no son incompatibles. La clave es el equilibrio. Ahora soy más selectiva a la hora de aceptar trabajos, y procuro hacer tiempo para estar con mi hijo y mi marido [Archie Drury, el actor de cine convertido en productor].

¿La ha animado a pasarse al mundo del cine?

Ha llegado a decir que le gustaría ser directora… ¿Por qué no? Me he encargado de la dirección creativa de más de una campaña y editorial de moda. Soy una persona creativa. Me seducen los proyecto nuevos. De hecho, el último par de años he trabajado en cine y televisión. Soy una show woman por naturaleza. Disfruto delante de la cámara.

Entre sus muchas ocupaciones está la de poner cara a causas solidarias.

Ir por la calle y que la gente te reconozca te hace ser consciente del poder de la fama. Hay personas que te toman como ejemplo, que siguen cada paso que das. Usar eso para dar a conocer una buena causa me parece más que justificable.

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