Jessica Chastain: “Todo lo que hago en mi vida es feminista”
Lo afirman los títulos que elige, la productora que ha creado y cada una de sus declaraciones. Dos nominaciones al Oscar no se consiguen solo gracias a una cara bonita.
A Jessica Chastain no le gusta que le vengan con cuentos de mujeres débiles. Sirvan de ejemplo sus dos nuevos papeles: el de la imparable lobbyist de El caso Sloane o la zoóloga polaca Antonina Zabinski de La casa de la esperanza, que salvó a 300 judíos en la II Guerra Mundial (se estrenan el 19 de mayo y el 2 de junio, respectivamente). La californiana, de 39 años, adopta estas personalidades como suyas en una carrera meteórica. Asegura que los hombres deben posicionarse como aliados en esta lucha, y siempre que puede recuerda que Robin Williams y Al Pacino fueron los primeros en darle una oportunidad. Lejos de la gran pantalla, medita nuevos proyectos en el apartamento neoyorquino que comparte con el ejecutivo italiano Gian Luca Passi de Preposulo.
¿Es solo una sensación o existe un deseo reivindicativo en su cine?
Yo considero que todo lo que hago en mi vida es feminista. Algo muy importante especialmente en el momento político que vivimos. Ya sé que El caso Sloane se centra en el control de las armas, pero también aviva el debate de la igualdad de género. Durante las elecciones se criticó a Hillary Clinton por estar demasiado preparada. ¿Has oído que le digan eso a un hombre? ¿Que está demasiado preparado para su trabajo? Para mí eso sería un halago, nunca una crítica. Por eso me alegra tanto interpretar este tipo de papeles.
¿Existe una similitud personal con las mujeres que muestra en la pantalla?
Aunque tengo poco en común con Elizabeth Sloane, me identifico en su relación con las mujeres, con su deseo de apoyar y servir de mentor a aquellas que comienzan.
¿Esa es la intención de su productora, Freckle Films, una compañía hecha por y para mujeres?
Siempre me han dicho que soy la abogada de pleitos pobres. Que me pongo del lado del desvalido. Pero con este proyecto lo que quiero es apoyar a las mujeres, ofrecerles un mayor abanico de posibilidades y que un día sean actrices, productoras, escritoras o estén al frente de un estudio. Que contemos con una mayor diversidad en nuestras historias en lugar de solo contar las historias de unos pocos. Y hablo de mujeres, transexuales o cualquiera que sea tu preferencia sexual.
Nunca se habló tanto de la igualdad de género. ¿Cree que existe una mejora? ¿Hollywood ha cambiado?
Con lo crítica que he sido en otros momentos, ahora me siento muy orgullosa de pertenecer a esta industria porque se están haciendo trabajos maravillosos. Pero el día que dejemos de darnos palmadas en la espalda por la cantidad de compañeras con las que contamos o por la de películas de negros que se estrenan será el día en el que la industria habrá cambiado de verdad.
O el día en el que los sueldos de hombres y mujeres sean equiparables.
Es un tema complicado y me entristeció ver las críticas que recibió Jennifer Lawrence cuando dio ejemplos. Ella no estaba pidiendo más. En lugar de criticarla como la actriz mejor pagada, lo que quiso dejar claro es que no es justo que los hombres cobren más por el mismo trabajo. Pero cuando una mujer tiene ambición se le tacha de difícil. Y debemos aprender a pedir lo que nos corresponde. Muchas veces somos culpables de no saber hacernos oír y reclamar lo que es nuestro.
En su caso fue un hombre, Robin Williams, quien le dio su primera oportunidad.
Y nunca le conocí en persona. Pese a lo que pueda parecer soy tímida y la única que vez que le vi fue en un restaurante y no quise interrumpirlo. Para cuando me di cuenta se había marchado. Sí, él me concedió la beca Robin Williams que me permitió estudiar en Juilliard. Vengo de una familia humilde donde soy la primera que pasó por la universidad gracias a su beca. No solo pagó mis estudios. Me dio la seguridad de sobrevivir a un casting con otras 20 aspirantes porque sabía que Robin Williams creía en mí.
¿Alguna vez se para a pensar lo mucho que ha cambiado su vida en los últimos años?
Me sigue pareciendo increíble que hace solo seis años me presentara en Cannes con El árbol de la vida y Take Shelter, y desde entonces he rodado más de 30 películas. Aquella fue mi primera alfombra roja y Brad Pitt y Sean Penn me tuvieron que ayudar porque estaba segura de que me iba a caer.
Con tanto trabajo, ¿dónde queda su vida personal? ¿Hay alguna boda italiana en su futuro cercano?
No sé yo de boda [risas]. Mi mayor conexión con Italia es su cocina. ¡Pasta fagioli! [pasta con alubias] Mamma mía! O simplemente ensalada de rúcula con vinagre. El único problema es que, como soy vegana, cuando voy como demasiada pasta. No es que me importe, pero no me puedo inflar a comer pan y pasta.
Ya lo bajará con tanto trabajo como se le acumula.
No lo siento como trabajo. Lo más duro es tener que decir que no a algo. Espero trabajar hasta el día que me muera. Tener una carrera como la de Catherine Deneuve. Siempre que el público me quiera seguir viendo en pantalla, claro está. Ese es mi sueño.
¿Y dónde deja las oportunidades para otras mujeres?
No pienso actuar en los proyectos que produzca, y existe toda una nueva generación que me inspira y me hace sentir orgullosa de ser actriz. Sarah Paulson es una de mis preferidas en todo lo que hace. Y por supuesto Isabelle Hupert. Otra fuente de inspiración.
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