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Inma Cuesta: «Cervantes era un feminista»

La actriz –de actualidad por Julieta, de Almodóvar, y Koblic, de Borensztein (sin fecha de estreno)– posa para S Moda en el 400 aniversario de la muerte de Cervantes.

Inma Cuesta

Inma Cuesta está preocupada. No hay calefactor y la primera foto que le proponemos requiere que meta los pies en una fuente. «No puedo caer enferma, esta semana grabo mis últimos episodios en Águila roja», se excusa. Estamos en Alcalá de Henares (Madrid). La mayoría de los transeúntes que cruza la plaza mira. El equipo de fotografía de S Moda ha interrumpido la rutina de la localidad madrileña donde nació Cervantes. La intérprete de 35 años posa con sus piernas desnudas y tostadas en la fontana de la Plaza de Palacio.

La actriz –de actualidad por Julieta, de Almodóvar, y Koblic, de Borensztein (sin fecha de estreno)– fue noticia la noche anterior: ganó el premio de la Unión de Actores por La novia, basada en Bodas de sangre de Federico García Lorca. «La película empezó programándose en 50 salas y, en seguida, se duplicó el número. Luego vinieron el apoyo de la crítica y los Goya [logró dos]. No pensábamos que fuera a tener éxito al tratarse de un texto clásico. En otros países, como Francia, son más comunes las adaptaciones de este tipo. Aquí dan miedo».

¿Y por qué cree que sucede eso? ¿Es una cuestión cultural?

Sí. Aquí cuando contratas Internet, te preguntan cuántos megas quieres para ver películas; en Francia, si las descargas, te lo cortan.

Usted no teme tanto a los clásicos.

Cuando quería actuar, memorizaba textos de García Lorca y de Shakespeare. Mi tío me regaló Yerma y Bodas de sangre, y yo, en mi adolescencia, las leía y releía y recitaba en mi cuarto. Siempre me ha gustado leer y escribir. He sido muy introvertida; mis profesores le preguntaban a mis padres si no veía la tele… Estaba apuntada a todas las clases extraescolares que había en mi pueblo [Arquillos, Jaén]: mecanografía, guitarra, dibujo… Sigo pintando cuadros surrealistas, algo picassianos.

La novia es bastante pictórica y sus personajes, arquetípicos.

El cine de Paula [Ortiz, la directora] es muy plástico y poético. Tiene un sello y ha sido muy valiente recuperando a García Lorca, un autor que por cuestiones políticas ha quedado relegado; en la sombra.

Esta cinta no ha estado exenta de críticas.

Se nos censuró por no ser fieles a la obra, cuando, en mi opinión, ese es el acierto: del proceso creativo de Paula han nacido personajes como la Muerte, la Noche o la Luna. Estas alegorías dan poesía a la imagen. Un acierto, porque Lorca fue un incomprendido en su época, iba mucho más allá… Su teatro necesita un cine arriesgado.

Inma Cuesta fotografiada en la fuente de la Plaza de Palacio de Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes, con vestido de LOUIS VUITTON. Foto: Félix Valiente.
Inma Cuesta fotografiada en la fuente de la Plaza de Palacio de Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes, con vestido de LOUIS VUITTON. Foto: Félix Valiente.

Cervantes también se adelantó a su tiempo. En el siglo XVI retrataba a mujeres independientes y feministas. ¿Cuál es su favorita?

Marcela, la Pastora. ¿La suya?

La gitanilla, por esta frase: «Bien pueden entregarte mi cuerpo; pero no mi alma, que es libre y nació libre, y ha de ser libre».

Cervantes era un feminista. En su época, la mujer tenía prácticamente dos alternativas: o se casaba o se metía a monja. Pero la Pastora se rebela contra ese orden social porque quiere ser libre y siente una conexión con la naturaleza y los animales. Ella es nómada y dueña de su rebaño. La escojo por su valentía y porque yo soy más de campo que las amapolas.

Usted es combativa. Hace poco criticaba a los medios por preguntar solo a las famosas y no a los famosos por cuestiones de moda.

Cuando se celebran los Oscar me cabreo mucho: solo interesa el vestido de la actriz, no su trabajo. En España sucede lo mismo: ¿por qué me preguntan sobre mi diseñador favorito a mí y no al director?

Porque somos las principales consumidoras de moda y belleza.

Ya, pero centrarse solo en eso…

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