«No tenemos ni idea de qué hacer con esta niña. Ayúdanos» y otras frases demoledoras del documental de Britney Spears
El documental ‘Framing Britney Spears’, producido por ‘The New York Times’, analiza los momentos más duros de la vida de la cantante y cómo desde 2008 su padre controla todos los aspectos de su vida, incluidas sus finanzas.
El documental Framing Britney Spears, producido por The New York Times, analiza la caída a los infiernos de la cantante y cómo desde 2008 su padre controla todos los aspectos de su vida, incluidas sus finanzas. El movimiento #FreeBritney cobra todavía más fuerza. Analizamos algunas de las declaraciones más asombras del filme, que se puede ver en Hulu.
Sobre sus días antes de alcanzar la fama. “Para ser honesta, no entendía entonces ni entiendo ahora para qué sirve una custodia, especialmente para alguien de la edad de Britney, alguien tan capaz de tanto como sé que es capaz. Ella era una chica de Kentwood, un pequeño pueblo de Luisiana. Es un pueblecito diminuto, muy hospitalario y humilde. Sin pretensiones. Aunque no fuésemos ricos, éramos ricos de muchas otras formas. Definitivamente, estamos en medio del Cinturón de la Biblia. Britney cantó en el coro y creció yendo a la iglesia todos los domingos. La conozco desde que tenía cinco años. Todos conocíamos su talento. Era simplemente extraordinaria”, afirma Felicia Culotta, su exasistente y amiga.
Sobre cómo su madre siempre estuvo ahí. “Sus padres me contactaron por carta. La carta decía algo como: ‘No tenemos ni idea de qué hacer con esta niña. Ayúdanos. ¿Qué hacemos?’. Yo respondí: ‘Bueno, me encantaría conocerla en persona’. Tomaron un tren de Luisiana a Nueva York porque creo que no podían permitirse un vuelo. Eran gente trabajadora. Su madre era tan dulce, ¡estaba tan orgullosa de su hija! Su padre también lo estaba, pero andaba más preocupado por el aspecto financiero”, desvela la agente de talentos infantiles Nancy Carson.
Sobre su etapa en ‘The Mickey Mouse Club’ y su reconversión en cantante. “Se nos ocurrió un plan: Lynne [su madre] y Britney vendrían a Nueva York por un tiempo. Así Britney podría estudiar canto y danza en la ciudad, así como actuar y presentarse a audiciones. Era una niña dulce, divertida y maravillosa. Yo la amaba. Todavía la amo. Jamie [el padre] la visitaba de vez en cuando; estaba ansioso por ver si el esfuerzo valdría la pena, si podría justificar el dinero que estaba costando hacer todo esto. Todo ello llevó a la audición de The Mickey Mouse Club. Lo hizo muy bien. Britney estaba encantada, pero cuando terminó el programa fue devastador para ella. Volvió a su pueblo y empezamos a buscar audiciones, pero financieramente era difícil para ellos ir y venir de Nueva York. Fue un momento difícil. ¿Qué vamos a hacer ahora? Sé que la idea de cantar siempre le interesó. Recuerdo que grabó una demo”, apostilla a su vez Nancy.
Sobre cómo su padre estuvo ausente en los inicios de su estrellato. “Britney vino a mi oficina con su acompañante. Sus padres estaban en Luisiana porque ella tenía una hermana menor que todavía estaba en la escuela, así que Felicia realmente estaba sustituyendo a los padres. Quedé impresionada por lo centrada y seria que era. Su madre haría personalmente lo que fuera necesario por el bien de la familia y para que Britney fuese una estrella. Lynne era la que apoyaba a Britney. Jamás hablé con su padre. Lo único que me dijo Jamie una vez fue: ‘Mi hija va a ser tan rica que me comprará un barco’. Eso es todo lo que voy a decir sobre él”, explica en el documental Kim Kaiman, la directora de marketing de la discográfica Jive Records entre 1998 y 2004.
Sobre su humildad en los tiempos de ‘Baby One More Time’. “Recuerdo una de las primeras cosas que hizo cuando se estaba volviendo famosa. Estábamos en su casa por Navidad y quería repartir 10.000 dólares en billetes de 100. Conduciendo por Kentwood repartió esos billetes de 100. No le decía a la gente ‘hola, soy Britney’, sino ‘feliz Navidad”, narra la propia Felicia.
Sobre cómo Justin Timberlake manipuló a los medios y señaló a Britney como la mala de la película tras su ruptura. “La forma en la que la gente trataba a Britney era como en la secundaria. Fue como si ella fuera la zorra de la clase y él el mariscal del campo de la escuela. Él armó el vídeo de Cry Me a River para incriminarla como la culpable del fin de su relación”, opina Wesley Morris, periodista de The New York Times. Del mismo modo, Timberlake, a diferencia de Spears, no tuvo reparos en airear detalles subidos de tono de su vida en común. ¿Era cierto que, como ella había contado, quería llegar virgen al matrimonio? En el programa de radio Star and Buc Wild Morning Show le preguntaron: ‘¿Te follaste a Britney Spears?’. Tras una maliciosa risa no dudó en contestar: ‘Está bien, ¡lo hice!’.
Sobre el enfermizo acoso diario de la prensa. “Al principio, cuando los paparazzis seguían a Britney, se notaba que lo disfrutaba. Ella saludaba, era muy amigable, un amor de niña. Era como si nos necesitara y nosotros la necesitáramos a ella. Ambos nos necesitábamos y teníamos una gran relación. Todo explotó cuando tuvo su primer hijo con Kevin Federline. Todos querían un pedazo de Britney. Los medios sensacionalistas pagaban mucho dinero. Cuando estás atrapado en todo eso, en esa telaraña, realmente no ves por lo que está pasando el famoso”, confiesa el paparazzi Daniel Ramos, cuya camioneta la cantante atacó en febrero de 2007 en el célebre episodio del paraguas.
Sobre cómo Lynne (su madre) afrontó aquel fatídico 2007. “Fue una locura. No creo que nadie intentara sentarse y pensar en lo que estaba pasando. Solo estábamos tratando de hacer lo que podíamos en ese momento y rezábamos mucho porque parecía que no teníamos control sobre nada de lo que estaba sucediendo”, verbalizó Lynne en una aparición televisiva que recoge el documental.
Sobre cómo su padre, repentinamente, decidió tomar cartas en el asunto a principios de 2008. “En este periodo Jamie solicita la tutela temporal de Britney. Las tutelas son un arreglo legal único generalmente diseñado para personas mayores que no pueden cuidar de sí mismas ni de su dinero. La Corte le da poder a otra persona para tomar decisiones por ellas. Esto fue inusual porque Britney es tan joven y productiva… pero se especuló con que podía estar lidiando con problemas mentales o abusos de drogas. Es algo sorprendente teniendo en cuenta que Jamie no era una figura importante en su vida antes de ello”, dice Liz Day, periodista de The New York Times.
Sobre el poder que, desde entonces, Jamie ejerce en su día a día. La propia Day habla de todo lo que el padre puede hacer sin la autorización explícita de su hija: “Según los registros judiciales, los tutores de Britney pueden controlar quién puede y no visitarla, y mantener guardias de seguridad para ella las 24 horas del día. Tienen el poder de acceder a sus registros médicos y comunicarse con sus médicos, tomar el control de su casa e, incluso, cancelar sus tarjetas de crédito. Pueden firmar contratos y acuerdos de grabación, giras y televisión por ella, de modo que están profundamente involucrados en sus finanzas. Se especula con que Britney puede haber aceptado la tutela, básicamente, porque estaba preocupada por ver a sus hijos”. Hay que puntualizar que en ese momento había perdido la custodia de sus dos retoños.
Sobre los motivos que llevaron a Jamie a administrar la fortuna de Britney. “Nuestro cliente era Jamie Spears. No puedo hablar de nada especifico que hice, pero supongo que podría hablar de ello como si se tratara de una situación hipotética. Los tribunales se toman muy en serio los procedimientos de las custodias, y eso es porque creo que los derechos de toda persona son sagrados. Tener un tutor del patrimonio designado significa que estas personas son sustancialmente incapaces de administrar sus asuntos financieros, o bien son susceptibles a influencias indebidas o fraude. Es más que simplemente ‘no puedo gestionar mi cartera’; es ‘me podrían engañar para que entregue mi dinero’”, explica Vivian Lee Thoreen, la abogada contratada por el padre de la estrella. El objetivo estaba claro: la familia quería deshacerse de Sam Lutfi, el agente de Britney en aquellos tiempos, porque tal como figura en los documentos judiciales había tomado el control de su vida, su casa y sus finanzas y, según varias pesquisas, había drogado en varias ocasiones a la cantante.
Sobre cómo Britney contó en privado que no quería que su padre fuera su tutor: “Recibí una llamada de los abogados de familia de Britney y me preguntaron si quería hablar con ella porque el mundo entero sabía que su padre estaba tratando de establecer una custodia. Me reuní con Britney. Acordamos encontrarnos en el Hotel Beverly Hills. Las primeras preguntas que me hice fueron: ‘¿Britney tiene la capacidad de contratarme? ¿Puede seguir mis consejos?’. Ella me comentó: ‘No quiero que mi padre sea mi tutor’. Esa fue su única petición, ya que quería un profesional, alguien independiente. Tampoco quería que él controlara sus finanzas. El día que fui al juzgado por ella el juez me espetó: ‘Tengo un informe médico que no ha visto Sr. Streisand. No se lo voy a mostrar, pero demuestra que su cliente no es capaz de contratar o dirigir un abogado por sí misma’. Cuando el juez me dijo ‘no voy a dejar que la represente, voy a nombrar a alguien’, sentí que esa no era la decisión correcta. Según mis interacciones con Britney, ella estaba capacitada para retenerme y dirigirme. El juez debería haber permitido que eso sucediera. Sin embargo, yo no sabía lo que no sabía. Todavía no sé qué hay en ese informe, y por ello tuve que respetar eso”, cuenta el abogado especializado en custodias Adam Streisand, quien finalmente no pudo defender a nuestra protagonista porque el tribunal se lo negó.
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