Expertas en risoterapia: ironía para el alma
Dicen que la risa es fundamental para la sociedad, lamentan que a menudo se vea como algo secundario y reivindican un humor sin géneros, en el que lo único importante sea arrancar la carcajada del público, lejos de límites y miedos.
Se interrumpen al hablar, porque tienen mucho que contar: no quieren ser etiquetadas como mujeres humoristas, creen que el género poco tiene que ver con la capacidad de hacer reír y que esa barrera debería borrarse de una vez por todas. Igual que los tabúes: defienden la libertad y la variedad de fórmulas a la hora de expresarse.
Con sus programas, obras de teatro, series y monólogos intentan conectar con el público, el gran desafío. Lo saben bien Eva Hache, la primera mujer que condujo un late show en España, protagonista de Web Therapy (#0 Movistar+); Ana Morgade, que colabora en Zapeando y presentará la nueva temporada de El Club de la Comedia (ambos en La Sexta); Yolanda Ramos, curtida en el cabaret, que prepara la película Villaviciosa de al lado y un nuevo espectáculo teatral; Sara Escudero, cómica y monologuista que colabora en Zapeando y en Atrévete Dial (Cadena Dial) y es presentadora en A3 Series; y Llum Barrera, colaboradora de Zapeando que también actúa en Seis hermanas (TVE). Se abre el telón y salen ellas, listas para acabar con los tópicos a golpe de ingenio.
¿Por qué decidieron hacerse cómicas?
Eva Hache: Yo quería ser actriz y me vino la comedia de frente. Me topé con ella como podía haber dado con el drama.
Yolanda Ramos: Mi primera vocación era ser monja y luego actriz. Tampoco buscaba ser expresamente cómica, pero siempre acababa metida en el género.
Llum Barrera: Lo decidí de pequeña, viendo Vaya par de gemelas, de Lina Morgan, me la sabía de memoria. Yo era muy teatrera, tenía esa cosa gamberra.
Ana Morgade: Tengo dos hermanos mayores. Mi hermana es la lista y mi hermano es el guapo: a mí me tocaba ser la graciosa o la puta. Y me quedé con esto.
Sara Escudero: Siempre era la graciosa de la clase y de la familia. Es innato. Tienes desarrollado el sentido del humor como el que tiene activado el chip de la memoria fotográfica, te sale solo.
¿Para dedicarse a esto hay que tomarse muy poco en serio a uno mismo?
Yolanda Ramos: No, yo creo que nos tomamos muy en serio, por eso sabemos hacer humor.
Sara Escudero: Pero tenemos que saber reírnos de nosotros mismos. Saber reírte del dolor es la base de la comedia. El sentido del humor está ligado a la inteligencia.
Llum Barrera: Como en todos los gremios siempre hay un gracioso a mano, te meten en ese saco. Y por eso te ves obligada a aclararlo: «Perdona, no soy graciosilla, soy una profesional de esto».
Ana Morgade: Todos nos podemos coser un botón, pero diseña tú un traje de boda. ¿Sabes? Y también es coser.
El humor se ha visto como una salida en tiempos de crisis. ¿Es solo evasión o va más allá, es necesario para sobrevivir?
Ana Morgade: Cuando no tienes ganas de reírte, no tienes ganas de vivir. Esto es así. Si hace mucho que no te ríes, hay algo que no funciona. No reírse es una enfermedad.
Sara Escudero: El poder de la comedia como herramienta de comunicación es infinitamente superior al drama; la distancia más corta entre una persona y otra es una sonrisa.
Eva Hache: La comedia forma parte de nuestras vidas. Es verdad que con el auge del stand up en España, que tardó años en implantarse como género, hay más monologuistas. Pero comedia ha habido siempre.
¿Por eso no han dejado de encadenar trabajos? Antes no se veían tantas cómicas, y ahora son una constante en películas, anuncios, series y programas.
Llum Barrera: Hemos tenido la suerte de llegar en un buen momento, aunque muchas se han quedado por el camino. Había épocas en las que no te llamaban, pero somos supervivientes.
Eva Hache: Recuerdo cuando empezó lo de la crisis: la gente se echaba las manos a la cabeza y se decía aquello de «ni siquiera un contrato fijo te garantiza que no te vayan a echar». Y yo pensaba en los actores, que siempre vivimos con esta incertidumbre. No tenemos tanto miedo: nuestra vida ha sido así siempre.
Sara Escudero: Me acuerdo de mis hermanos, con su nómina, que se preguntaban cómo yo podía vivir sabiendo que tenía solo unos bolos y después… Pero para mí es un modus vivendi.
¿Están las actrices cómicas muy marcadas por el género al que se dedican, en el que ha habido mayor presencia masculina?
Eva Hache: Estamos marcadas porque siempre se buscan etiquetas. No se dice: «Vamos a hacer un reportaje con actrices dramáticas».
Ana Morgade: Tampoco se dice: «Ella es actriz y trágica». Se piensa que la comedia es el hermano chico de las artes nobles. Y no. No es así.
Eva Hache: La humorista mujer es la hermana adoptada. Es una etiqueta que siempre te ponen en comparación con los hombres, y no deja de ser otro símbolo del machismo asumido.
Sara Escudero: A veces vas a un lugar a actuar y te dicen directamente: «Es que no queríamos mujeres». Subimos a un escenario y partimos ya de menos tres, del «a ver qué tal, que hoy viene una tía».
Llum Barrera: Siempre hay que explicar más cosas por ser mujer, sobre todo si tienes un cargo. Eso a los tíos no les pasa. ¿Por qué?
Sara Escudero: Hacemos el humor, y no el género. No hacemos humor de género.
Dicen que no hacen humor de género, pero están de acuerdo en que ser mujer puede suponer una barrera en su profesión.
Todas: Pero en esto y en cualquier cosa.
Eva Hache: Hasta para ser madre, que es más complicado que ser padre, tenemos mucha más presión por todas partes y debemos mostrar muchísimas más bondades en cualquier profesión que desarrollemos.
Sara Escudero: Hay un detalle que me llama la atención y me asquea: un tío sale al escenario del teatro más importante del país con vaquero y camiseta rota y da lo mismo. Una tía debe tener un dress code mínimo… ¿Por qué? Pero no pasa solo con este trabajo, es algo general.
Llum Barrera: Nos lo curramos, pero el público no acepta los mismos chistes en boca de una mujer que de un hombre.
Yolanda Ramos: Ni el público ni los propios compañeros hombres.
Pero ahora las cómicas son más, tienen visibilidad…
Llum Barrera: Bueno, todavía estoy esperando a que el efecto Dani Rovira pase con alguna de nosotras. Lo envidiamos. Lleva toda la vida haciendo reír y de repente le empiezan a llover ofertas.
Ana Morgade: Pero estamos siendo muy pesimistas, y hay luz al final del túnel. Ahora hay referentes claros, sobre todo en Estados Unidos: están Ellen DeGeneres, Sarah Silverman, Tina Fey… Son productoras, guionistas, directoras, actrices y cómicas que están demostrando que el género es una cosa que tiene que ser olvidada definitivamente. Somos todos cómicos de primera línea, y sería maravilloso que llegara un momento en el que ser mujer fuera completamente secundario.
Yolanda Ramos: Pues estaría bien, porque a mí a veces me han llegado textos escritos por hombres que he tenido que currármelos de nuevo para salvarlos. Y encima te dicen que ellos son los guionistas…
Eva Hache: La verdad es que canta cuando un hombre intenta escribir como si fuera una mujer.
Yolanda Ramos: Y canta en tu cuenta corriente, ¡que cobra él!
¿Aquí falta apostar por un gran programa de humor?
Ana Morgade: Hay ciclos. Antes los late nights estaban asentados y ahora solo queda el de Andreu Buenafuente. Como la franja de mediodía, que desapareció, pero ahora en la parrilla está Zapeando, y funciona. La audiencia manda.
Llum Barrera: Pero es verdad que podría haber más mujeres capitaneando ese tipo de programas.
¿Y qué hace reír en España?
Ana Morgade: Si lo supiéramos, seríamos infalibles. Pero el español se ríe bastante de todo, funcionan cosas muy distintas, y también el reírse de uno mismo.
Eva Hache: ¿Qué tiene más éxito, el thriller, la comedia, el suspense o el drama de lagrimón? La calidad.
Sara Escudero: Sí, en realidad tiene que haber humor para todas las personas y momentos.
¿Hay límites para el humor?
Ana Morgade: Yo siempre digo lo mismo: no se le ponen límites a los panaderos, ¿no? Entonces, ¿por qué se le tienen que poner al humor? ¿Límites? Pues mi boca y tu oído. Yo tengo derecho a decir lo que quiera y tú a escuchar lo que te apetezca.
Llum Barrera: Si no te gustan, no sigas a los humoristas.
Eva Hache: Estamos en una época, y esto ha empezado hace muy poco, en la que cualquier cosa se puede considerar una ofensa personal. Si no te gusta mi tipo de humor, pues no me veas.
Sara Escudero: Estamos a años luz de cualquier país en cuanto a autocrítica.
Yolanda Ramos: Hay demasiadas susceptibilidades…
Ana Morgade: La gente se ofende mucho porque se ríe poco. Se indigna por la razón equivocada: se mete con el bufón, y las normas las pone el rey.
¿Los cómicos tienen que ser reivindicativos?
Ana Morgade: Depende mucho del tipo de persona que seas. Hay quienes no tienen tanta conciencia política y no se lo llevan a las tablas; otros tienen mucha y no pueden evitar que le salgan chistes sobre eso.
Sara Escudero: La base del humor, y por qué cada quien tiene uno propio, nace de un cerebro y de una educación, del bagaje; es una forma de ver la vida.
Llum Barrera: El humor tiene bastantes matices. Como es mucho más complicado que el drama, entra de todo.
Yolanda Ramos: Pero siempre está mejor visto el cómico que reivindica.
Ana Morgade: A veces nos dejamos llevar por el síndrome del cantautor.
Y los políticos, ¿deberían reírse más?
Eva Hache: Preferiría que fueran más antipáticos y que hicieran mejor su trabajo.
Yolanda Ramos: No quiero dejar hacerse el gracioso a un político. Es una manera de ablandar su imagen, y no quiero darle esa oportunidad.
Ana Morgade: Y, por supuesto, que haga mal su trabajo no es una broma.
Sara Escudero: El problema es que al final nunca rinden cuentas.
Eva Hache: La situación es tan trágica que es muy necesario que exista el humor para reírse de ellos, si no es desesperante. Pero también es peligroso, porque buscando la parte cómica de todo lo que hacen podemos estar restando importancia a las situaciones graves que ocurren.
Llum Barrera: No soporto que se aplaudan las intervenciones en el Congreso. Cuando suben ahí como si fueran a hacer El Club de la Comedia me dan ganas de gritarles que ese no es su trabajo; es el nuestro y a ellos les pagamos para que se dediquen a otra cosa.
¿Internet ha cambiado la forma de hacer humor?
Sara Escudero: Lo ha puesto al alcance de todos.
Eva Hache: Se sufre la inmediatez, con lo bueno y lo malo que tiene, y la globalización de cualquier cosa, la difusión.
Ana Morgade: Con Internet no compras igual, no ligas igual… Al humor también le afecta. Ya lo explicó Ricardo Castella: «Quién me iba a decir que iba a estar regalando chistes en 140 caracteres hace cinco años…». Antes protegías tus chistes y ahora los das gratis en las redes sociales.
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