¿De dónde viene la obsesión por el pelo rosa?
Aunque hoy sea una costumbre mainstream, a los peores momentos de Britney Spears basta remitirse para confirmar que el pelo rosa no siempre ha sido cosa de niñas buenas y vidas azucaradas.
Antes de ser un color de moda sobre pasarelas y revistas, gracias a la modelo Charlotte Free, el rosa fue el color de Gwen Stefani en su época de No Doubt y de muchas chicas malas que vinieron después. Hasta que Sofia Coppola rompió esa tradición con la peluca rosa de la inocente y desorientada Scarlett Johansson en Lost in Translation. Después vino una inusualmente sexy Natalie Portman en Closer a quien copió Lady Gaga en su primera portada para Vogue con la misma cabellera candy que lució Naomi Campbell en su edición rusa. O más recientemente, y en esa misma línea acaramelada, Elizabeth Olsen en un precioso editorial para la revista Bullett.
La cantantes Christina Aguilera, Avril Lavigne, Demi Lovato y Britney Spears, a la que volveremos más adelante, llevan actualmente (o han llevado ya que Lovato se las acaba de quitar) las puntas teñidas de fucsia. Todas ellas pasan justamente por uno de los momentos más serenos y centrados de sus carreras. Coco Rocha se apuntó momentáneamente a las extensiones rosa Shocking para la pasada gala del MET en honor a Schiaparelli y antes de verano hacían lo mismo Lauren Conrad o Nicole Richie mientras Vanessa Hudgens o Ashley Tisdale probaban con las extensiones magenta.
En el caso de Sienna Miller, los reflejos sirvieron de indicador maternal, visto que a los pocos meses de estrenarlos se quedó embarazada de su hija Marlowe. Julia Roberts y January Jones también se han atrevido con ello sobre la alfombra roja y hasta Oscar de la Renta ha hecho del pelo pintado en este color el hit de belleza para su última colección.
Pero no es casualidad si a Nicki Minaj se le despertó la furia en contra de Mariah Carey con las mechas rosas puestas. La cantante tuvo un malsonante rifirrafe con la diva en unas de las audiciones de American Idol celebradas hace dos semanas, ambas forman parte del panel de jueces del concurso que busca talentos vocales por todo Estados Unidos, y su pelea lleva dando vueltas por la red desde entonces. Normal así que Nicola Roberts se haya quitado inmediatamente el teñido ahora que las Girls Aloud han sacado nuevo disco y va a tener que compartir ego durante un tiempo con Cheryl Cole y el resto de componentes del grupo.
¿O es que nadie se acuerda ya de Lilly Allen, Pink, Britney Spears, Paris Hilton o Amanda Bynes?
En el verano de 2008 la cantante británica Lilly Allen presentó en sociedad su nuevo color de pelo con una sonada borrachera. Acudía a unos premios de moda en la capital británica y salió bastante perjudicada del evento. Por aquella época sus entradas y salidas de centros de rehabilitación eran una constante en la prensa. Algo así le pasaba a Pink pero del otro lado del charco. Ella popularizó lo de la media melena completamente rosa entre rebeldes como Kelly Osbourne que por aquel entonces alternaba en fiestas locas con una Paris Hilton abonada a las tiaras y los postizos punk.
Todo el mundo recuerda a Britney Spears a una peluca fucsia pegada intentando dar esquinazo a los paparazzi con las más torpes y publicables triquiñuelas. Lo de Britney y la peluca entró en semejante espiral de despropósitos y escarnio público que su padre tuvo que confiscársela para ver si se centraba.
El principio del fin en la carrera de la estrella adolescente Amanda Bynes se gestó en una comisaría cuando fue detenida mientras conducía ebria y posó para su ficha policial con la melena bañada en algodón de azúcar.
Rachel McAdams tiene un historial impoluto tanto dentro como fuera del cine aunque el único episodio de desencuentro con las fuerzas de seguridad americanas -ella es de nacionalidad canadiense- lo vivió, justamente, cuando llevaba mechas rosas. En una de sus múltiples entradas y salidas del país fue reprendida por una agente de aduanas que le gritó que dejara de teñirse el pelo de ese color y parara de hacer películas estúpidas. ¿Desde cuando alguien que ha salido con Ryan Gosling no goza de inmunidad diplomática?
En el caso de Katy Perry y Heidi Klum, el rosa ha sido sinónimo desengaños amorosos. El rosa le duró a la primera lo que se alargó su romance y aguantó su matrimonio con Russell Brand. En cuanto se separó se pasó al azul y de ahí al púrpura. A Heidi Klum, sin embargo, apenas le dio tiempo a estrenar su ombré rosa palo cuando anunció que se divorciaba de Seal en septiembre de este año.
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