¿Qué le pasa a Beyoncé con los caballos? La espectacular portada de ‘Renaissance’, su nuevo álbum insiste en una relación muy particular

Beyoncé sabe cómo hacer una entrada. O presentar un álbum. Si ya con el lanzamiento el pasado 21 de junio de Break My Soul, adelanto de su primer trabajo en seis años (el último fue Lemonade, en 2016), la artista revolucionó las redes al invitar a sus oyentes a dejar sus empleos a ritmo de house noventero, ahora ha dado un paso más y ha presentado una portada para Renaissance que no ha dejado a nadie indiferente. En la imagen, sobre fondo negro, la cantante posa sentada a lomos de un caballo que parece hecho de cristal, con el pelo largo y suelto y una especie de esqueleto de armadura metálica rematada en espinas cubriendo algunas partes de su cuerpo. La fotógrafa Carlijn Jacobs, responsable de la reciente campaña de Adidas x Gucci y de portadas para revistas como Vogue o Dazed, ha sido la encargada de capturar este momento. La imagen no ha tardado en ser comparada con la que otra fotógrafa, Rose Hartman, tomó en la discoteca neoyorquina Studio 54 en 1977, para inmortalizar a Bianca Jagger celebrando su cumpleaños subida a un caballo blanco en la pista de baile.

Esa imagen de Bianca Jagger se convirtió de manera instantánea en un icono pop. Y ahora la coronada reina del pop actual ha retomado su espíritu para promocionar el que será su séptimo álbum de estudio. En el texto que ha publicado en Instagram junto con la fotografía de la portada, ha anunciado que el que denomina «primer acto» de Renaissance saldrá el 29 de julio y ha explicado varios detalles en torno a la creación de su nuevo elepé. «Crear este álbum me permitió un lugar para soñar y evadirme en un momento aterrador para el mundo. Me permitió sentirme libre y aventurera en un momento en el que poco más se movía», explica Beyoncé. La artista asegura que su deseo es que este nuevo disco sea un canto a la libertad para quienes lo escuchen: «Mi intención era crear un lugar seguro, un lugar sin juicios. Un lugar para estar libre de perfeccionismo y de darle demasiadas vueltas a las cosas. Un lugar para gritar, sentirse libre. Fue un bello viaje de exploración. Espero que disfrutes esta música. Espero que te de alegría. Espero que invite a menearte. Y a sentirte tan único, fuerte y sexy como eres».

Parece que no es casualidad que el caballo haya sido el símbolo elegido por Beyoncé para destacar en su nueva portada. En la imagen se ve su pelo suelto y ondulado, y medios especializados como Art News han comparado la instantánea con los retratos de Lady Godiva, en concreto con el cuadro pintado entre 1880 y 1898 por John Collier de esta dama medieval anglosajona, que se convirtió en una leyenda al cabalgar desnuda en Coventry para pedir que su marido, señor del lugar, acabase con los impuestos que ahogaban al pueblo. Y en el adelanto de Renaissance Beyoncé llama a la rebelión y dejar trabajos alienantes. La simbología de Lady Godiva ha sido recurrente en la cultura pop: Frank Ocean la utilizó en el videoclip de Nikes, Alyssa Milano la evoca en un capítulo de Embrujadas e incluso Emily Emily Ratajkowski posó emulándola en una portada de Harper’s Bazaar. Y las referencias al mundo del arte son recurrentes en los trabajos de Beyoncé: desde golpes con un bate a coches del vídeo de Hold Up, que recordaban al videoarte de Pipilotti Rist, hasta el rodaje del clip de Apeshit en un museo del Louvre cerrado para ella y su marido, Jay Z.

Pero la artista tiene otra relación, que viene más de lejos, con estos animales. Beyoncé nació en Houston, Texas, hace 40 años. Los rodeos son uno de los símbolos de su estado, y la propia cantante ha participado en eventos como el Houston Livestock Show and Rodeo de 2004, en el que apareció subida a un caballo y actuó vestida de Dolce & Gabbana. Como recuerda W Magazine, en 2011, también montó uno en su vídeo Run The World (Girls), y este animal también está presente en su película musical Black Is King, de 2020. La última aparición de Beyoncé a lomos de un caballo fue precisamente en su última portada de una revista, la del número de julio de la edición británica de Vogue, que se publicó a mediados de junio. En esa imagen ya aparecía subida a un caballo, esta vez negro, sobre un intenso fondo rojo y con un enorme tocado de Harris Reed y un vestido de terciopelo de Maison Alaïa que la cubría totalmente, en un guiño a lo que estaba por venir con la portada de Renaissance.