Aitor Luna y Yon González: «La percha se la debemos a nuestra madre»

Comparten apellidos aunque Aitor decidió cambiarlos de orden cuando comenzó su carrera. Ambos nacieron en Bergara (Guipúzcoa), con cuatro años y medio de diferencia, y un fuerte acento vasco marca sus voces. «Tuve que currar mucho para salir de mi pueblo», dice Aitor. «Dormía tres horas, pero al final lo conseguí». Ahora se quiere ir a Nueva York, «a cambiar de aires, porque estoy harto. Quiero ser un inmigrante en esa ciudad efervescente. Estuve un mes el año pasado rodando My Bakery in Brooklyn y he decidido ir a estudiar inglés y a pasear perros». Ahora estrenan juntos Matar el tiempo, un thriller del director Antonio Hernández en el que se evidencian los peligros de las nuevas tecnologías. Ellos parecen odiarlas.

¿Quién empezó primero?


Aitor Luna: Yo. Con 17 me fui a Donosti a estudiar. Luego a Bilbao, donde empecé haciendo café teatro y algunas performances en la calle. Y después me vine a Madrid.

¿Y a su hermano le dio envidia? 


Yon González: Me producía curiosidad su vida en Bilbao e iba a verlo los fines de semana.


A. L.: Di la verdad. Nuestra madre le dijo que se apuntara a una agencia de modelos. Y de allí le llamaron para un casting. Y empezó a hacer series.

¿Y llegó a trabajar de modelo? 


Y. G.: Bueno, yo hice de azafato, me plancharon el pelo… y fue un desastre.

¿Preparan sus alfombras rojas? 


Y. G.: Yo me voy directo a Armani y Aitor a Paco Varela, que es amigo.


A. L.: Pero no me compro mucha ropa. Llevo tres años con una maleta de un lado para otro. Alguna vez la gente me dice que la ropa que llevo es bonita, pero se lo debemos todo a nuestra madre. Porque más que la camisa que vistamos, es la percha. Pura genética.

¿Comparten ropa?


A. L.: [Se miran y se ríen] Yo, mientras no me la estropee, que se ponga lo que quiera.

En alguna ocasión han dicho que no iban a hacer nada juntos hasta que no hubiera un gran proyecto: 
¿ha llegado con 'Matar el tiempo'? 


A. L.: Desde luego. Antonio Hernández escribió este guión pensando en nosotros. Queríamos hacer algo juntos. Luego íbamos a ensayar a casa de Antonio, a jugar y divertirnos… Ha sido bonito.


Y. G.: Y además de ser una película magnífica ha resultado barata.


A. L.: Pero eso no sé si es bueno escribirlo porque cada vez se nos paga peor. Hay que currar mucho para ganarse la vida en esta profesión.

¿Cobráis más que las mujeres?


A. L.: Yo creo que no, que depende más de lo que vendas en ese momento, del caché que tengas. El buen ingeniero lo será siempre, pero un actor depende de muchas cosas que no son siempre el talento.

¿Por ejemplo? 


A. L.: El número de personas que te siga en las redes.

¿Tienen perfil en Internet?


Y. G.: No. Me da coraje que según los K de tu instagram te den un papel. Yo podría hacerlo (además de cuatro películas, una serie y una obra de teatro en marcha, tiene miles de fans por el mundo), pero no quiero colaborar con estas prácticas.