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“El momento más desagradable en la historia de la televisión”: 20 años del beso de Madonna y Britney Spears

Los medios teorizaron acerca del posible mensaje político del gesto, Christina Aguilera desapareció de la narrativa en aras del amarillismo y Stevie Nicks, de Fleetwood Mac, lo describió como el momento más desagradable en televisión. ¿Sería posible repetirlo hoy?

El beso de Madonna y Britney Spears fue impactante en su día y después se volvió icónico.
El beso de Madonna y Britney Spears fue impactante en su día y después se volvió icónico.getty images

¿Acaso hay algo más digno de Madonna que rendirse homenaje a sí misma? Eso fue lo que hace 20 años hizo en los VMA’s mediante una actuación con la que rindió tributo a su propia actuación dos décadas antes en tales premios, donde interpretó Like a prayer. Sin embargo, lo de menos fue el homenaje, pues su performance será recordada en la historia de la cultura pop por el beso con Britney Spears. Un beso que no fue, ni mucho menos, fruto de la casualidad, sino parte de una fórmula con un sello 100% Madonna, a la que le dieron carta blanca para orquestar su actuación, que en un principio iba a contar con la presencia de Jennifer López.

Sin embargo, JLo acababa de firmar un contrato para participar en la película ¿Bailamos?, por lo que entró en la ecuación Christina Aguilera. Pero este cambio no fue interpretado ni mucho menos por la MTV como una opción B ni un segundo plato, pues la prensa amarillista llevaba tiempo esbozando una supuesta enemistad entre la cantante de …Baby One More Time y la de Genio Atrapado. Lo que muy pocos sabían es que Madonna, que se aseguró de que hubiera un absoluto secretismo en torno a la actuación, planeaba besar a ambas cantantes. Sin embargo, poca gente recuerda que besara a Aguilera. ¿La razón? El montaje del espectáculo se aseguró de apostar por un plano de un enojado Justin Timberlake, ex de Spears, cuando su expareja besaba a la reina del pop, algo que por descontado, enfadó a Christina Aguilera y a su equipo, que pidió a la cadena que reeditara la actuación para mostrar el beso en posteriores emisiones, algo que jamás ocurrió. “Cuando ví los periódicos al día siguiente, pensé ‘Vaya, supongo que me han dejado fuera’, explicó la propia Aguilera a Andy Cohen en 2018.

Jorge Garrido, director ejecutivo de Apoyo Positivo, señala que en aquella simbología siguió siendo casi más importante la reacción del hombre, no presente ni protagonista, que la de las tres artistas. “Hoy sería leído de nuevo como una provocación, quizá desde otro espacio, probablemente no tendría por qué ser tan guionizado y quizá fuese algo más espontáneo, como está sucediendo con otras artistas, por ejemplo, con toda la polémica de enseñar los pechos, que recientemente ha azotado España, con Rocío Sainz y Amaral como figuras referentes de esa lucha, que supone la visibilidad igualitaria de la mujer, de la diversidad… La conquista de espacios en los que todavía, no podemos ser quienes somos y comportarnos libremente”, asegura.

Aunque sobre el escenario estaban Britney Spears, Madonna y Christina Aguilera, a esta última se la dejó fuera de plano en la realización para dar protagonismo a Justin Timberlake, sentado en la grada.
Aunque sobre el escenario estaban Britney Spears, Madonna y Christina Aguilera, a esta última se la dejó fuera de plano en la realización para dar protagonismo a Justin Timberlake, sentado en la grada.getty images

¿Provocación, activismo o un mero beso?

El beso revolucionó al mundo, llegando Oprah a preguntar a Madonna si ese morreo fue una especie de mensaje político. Ella aseguró que no era más que un beso y que no sabía que iba a generar semejante controversia… Algo difícilmente creíble pues, ¿acaso no es Madonna la reina del escándalo? “Creo que estando Madonna de por medio, siempre todo lo que gira a su alrededor tiene una carga fuerte a nivel intencionalidad, marketing y expectativas. Yo sigo viendo ese beso con el mismo código de la provocación, pero afortunadamente, en Madona, siempre sirve para abrir caminos”, asegura la periodista y escritora Valeria Vegas. Juan Sanguino, autor de Britney: One More Time: una biografía ilustrada, no cree que la codificación que la sociedad hace del beso haya cambiado tanto. “Creo que la diferencia entre la imagen del beso y el recuerdo que conservamos de él es una diferencia de impacto e icono. Hay cosas impactantes que se vuelven icónicas, como es este caso, y cosas impactantes que no se vuelven icónicas. No siempre se da esa dupla. Es un emblema de un momento y de una forma de entender el pop, pero no tiene un significado. No se puede analizar. Es una imagen visual y visceral que te llega por los sentidos, no por la cabeza. Hablamos de una imagen que fue impactante en su momento y que es icónica hoy. Pero la lectura es la misma, no ha cambiado, ni siquiera con todo lo que les ha ocurrido a ambas”, asegura.

Tras el comentado beso, Britney Spears acudió al show de Larry King y a un programa de política (sí: de política, no de cultura pop) para hablar sobre lo ocurrido. Los tabloides especulaban acerca de un posible romance con Madonna, e incluso hubo quienes aseguraron que el beso era una forma de corromper a los menores, unas teorías homófobas que compartieron marco con los que aseguraban que era un claro acto de queerbaiting. “No me gusta pecar de ingenua: el beso tiene una intencionalidad provocativa, porque todo lo que hace Madonna, tiene algo de provocación, pero en ella sirve para visibilizar. Más allá del juego provocador y divertido que surgió, creo que nunca hay que verlo desde tus propios ojos, sino que tienes que pensar en cómo lo está viendo una mujer bisexual o lesbiana. Entonces piensas que a esa persona le está dando un faro, aunque sea desde el divertimento o la frivolidad”, asegura Vegas.

“Yo no creo que haya visibilización aquí”, señala Sanguino, “creo que es diferente en el caso de las mujeres y de los hombres. Sí que opino que cuando por ejemplo, Cepeda y Roi en OT 2017 se dieron un beso, sirvió para normalizar el afecto entre hombres, que sigue siendo un tabú a día de hoy. No fue un acto de queerbaiting. Da la sensación de que las mujeres siempre han tenido menos prejuicios a la hora de experimentar sexualmente que los hombres. Sin embargo, no hay duda de que para muchas adolescentes, el beso de Madonna y Britney fue un momento de liberación, porque al final son dos mujeres haciendo lo que les da la gana, y eso es lo que levantó ampollas en 2003 y probablemente, lo haría hoy. No me parece un acto de representación. Es más: creo las cantantes de Tattoo, siendo heterosexuales y una de ellas, incluso bastante homófoba, sí hicieron por la representación, porque construyeron una ficción en la que eran dos chicas enamoradas e incomprendidas. Fueron un referente y de repente, rompieron muchos tabúes respecto al amor entre mujeres, entre chicas jóvenes. Ellas hicieron más queerbaiting que Britney y Madonna, pero creo que las chicas de Tattoo, sin pretenderlo, porque sólo buscaban la provocación, hicieron más por la representación”.

Britney Spears, Madonna y Christina Aguilera en un momento de su actuación en 2003.
Britney Spears, Madonna y Christina Aguilera en un momento de su actuación en 2003.GETTY IMAGES

20 años después… ¿Habría sido un shock?

La pregunta es si ese beso habría sido hoy tan comentado o si a estas alturas, ya estamos curados de espanto. Su fuerza actual sigue siendo la misma: John Shearer, el fotógrafo que capturó el legendario beso entre ellas, puso a la venta la fotografía como NFT a través de una subasta en la plataforma Cryptograph, e incluso las propias protagonistas volvieron a recrear el beso en la boda de Britney. “Es cierto que se consideró que el beso tuvo como intención provocar para conseguir publicidad, pero no creo que lo entendieran como que fuera algo sexual, sino como un momento para crear un impacto, y lo consiguieron. Estábamos en un momento en el que la telerrealidad empieza a ser muy escandalosa. Todo valía, y por eso escandalizar era más difícil que ahora, porque era más complicado destacar entre tanto escándalo. Hoy, si pasara, sería trending topic durante 24 horas y se olvidaría enseguida, porque los ciclos de información en 2003 eran mucho más largos y dio tema de conversación durante varias semanas, un poco ocurrió aquí en España como la teta de Sabrina en el 87. Hoy vivimos en una sociedad mucho más sensible y analítica que agota los temas mucho más rápido, incluso hasta la extenuación, peor entonces, era realmente difícil provocar. Hoy es más fácil, porque todo el mundo cae pronto en la trampa”, dice Juan Sanguino. “Habría provocado la misma controversia hoy que entonces, pero hace 20 años, no teníamos estas armas que hay alrededor y que a veces son constructivas y otras, destructivas. Como no había redes sociales, ese beso se quedó comentado en corrillos, en la Cuore, y en el programa de turno. Quiero pensar que también hoy sería motivo de muchas defensas, pero yo nunca percibí que ese beso recibiera ataques”, dice por su parte Valeria Vegas.

Ahora, inmersos en el huracán Rubiales-Hermoso, queda claro que un beso no es simplemente un beso, pero el que hoy nos ocupa siempre estuvo destinado a ser memorable e icónico. Como explicó el antiguo presidente de MTV Van Toffler a Rolling Stone, la veterana directora de los VMA ‘s, Beth McCarthy-Miller, voló hasta Los Ángeles para ver los ensayos de la actuación. “No puedes decírselo a nadie, pero creo que esto te va a hacer muy feliz. Madonna besa a Britney y a Christina”, le dijo a Toffler por teléfono. Sí: el beso estaba perfectamente orquestado y aunque el mundo lo recibió como un impacto inesperado, siempre se supo que generaría controversia, aunque la entrada en edición de Timberlake hizo que alcanzara un nuevo nivel.

20 años después de este icónico momento, como dice para finalizar Garrido, el mensaje con el que tendríamos que quedarnos es el de que en realidad, quedan muchos besos por dar sobre el escenario para que podamos darlos libremente en la calle.

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