¿Es Kate Moss la ‘top’ más exhibicionista de la historia?
El enésimo revuelo generado en torno a la británica es su supuesta portada para ‘Playboy’. Desde que empezó su carrera, la modelo se ha caracterizado por su afición a desprenderse de la ropa.
La noticia saltaba en marzo: el portal de noticias NowthisNews afirmaba que Kate Moss será la portada del 60 aniversario de 'Playboy'. El rumor fue cobrando fuerza con el paso de los meses, y ahora sabemos quiénes son los implicados en una sesión que (presuntamente) ya ha tenido lugar. Alex White, editor de la revista W, hizo las veces de estilista y Mert&Marcus fueron los encargados de fotografiar la desnudez de Kate….por enésima vez.
Y es que al rumor de Playboy se le sumó hace pocos días otra noticia relacionada con la modelo británica y su afición por el destape: el mismo dúo de fotógrafos la ha retratado para la nueva campaña de Versace, morena y vestida únicamente con tres bolsos situados de manera estratégica. Una campaña que, según declaraba Donatella a WWD, “supone una vuelta al poder real de la ropa y las modelos. Sin atrezzo, sin distracciones, sólo provocación, glamour y actitud”.
La modelo posa semidesnuda para la portada de Love Magazine.
Hace pocos meses, la misma Kate posaba de nuevo desnuda en la playa para anunciar los productos bronceadores de la marca St Tropez. La foto, esta vez, no era de Mert&Marcus. Como tampoco lo fue la provocadora portada que protagonizó con Rihanna para el número de Marzo de la revista V. En esa ocasión fue Mario Testino quien fotografió a la pareja sugiriendo una relación lésbica. Del dúo de fotógrafos sí es la fotografía de portada del Clean Issue de Love Magazine, en la que Moss aparece semidesnuda y sugerente en la bañera. O el editorial de 2008 para la entrevista Interview, con peluca platino, cigarro en mano y desnudo frontal. O esa portada para la edición rusa de la misma publicación, en la que aparece con Naomi Campbell…
Kate es, con toda probabilidad, la top model que más veces ha posado desnuda. Estamos tan acostumbrados a verla posar sin ropa, en campañas polémicas y editoriales provocadores que su célebre falta de pudor debería ser ya un tema más que asumido por parte de prensa y espectadores.
Empezó su carrera sin maquillaje, sin peluquería…y sin ropa. Fotografiada por su descubridora, Corinne Day, mientras correteaba por una playa británica llevando únicamente un penacho de plumas y unos pantalones cortos. Tenía sólo dieciséis años, y aquel editorial para la mítica publicación 'The Face' inauguró ese estilo noventero denominado heroin chic: delgadez, piel blanca, ropas anchas, mirada lánguida y pelo largo y despeinado. Un modelo que se encontraba en las antípodas del canon voluptuoso e hiperfemenino que establecieron supermodelos como Naomi, Claudia, Cindy O Elle desde pasarelas y portadas de revistas.
Moss supo, sin embargo, mezclarse con éxito en un mundo dominado por mujeres altas, sensuales, sofisticadas y poderosas. Por eso, pocos años después, Calvin Klein la eligió para protagonizar una de las campañas más polémicas que se la recuerdan: con vaqueros y sin parte superior, la modelo británica se abrazaba al actor Mark Whalberg. Aquella combinación entre delgadez extrema, cara aniñada y desnudez dio pie a múltiples críticas, capitaneadas por el mismísimo Bill Clinton.
“¡Lo odiaba! Porque tuve que ponerme en topless otra vez. Odiaba mis pechos más que cualquier otra cosa en aquella época y hubiera hecho lo que fuera por no quitarme el top”, confesaba hace pocos meses la modelo en una entrevista concedida a Vanity Fair. Admite haber tenido un ataque de nervios tras protagonizar aquella campaña, pero afirma que ahora “ve la desnudez como a forma de empoderamiento”. Adivinen cómo posa en las fotos del reportaje.
¿Cómo posó Kate para su última entrevista en Vanity Fair? Desnuda, por supuesto.
Cortesía de Vanity Fair.
Fue así como la modelo supo volver en su favor esa exposición a la que la sometieron en sus primeros años de carrera. “Cuando más visible me hacen, más invisible me vuelvo”, confesó en una ocasión. Se resarció de sus primeras campañas desnuda, o de aquel book que le hizo Vic Singh en 1992, posando al natural en calendarios Pirelli o protagonizando una portada en la que emulaba a una Eva al desnudo, serpiente y manzana incluídas. Llegó a hacer de su propio cuerpo desnudo una obra de arte cuando colaboró en 2003 con el artista Chuck Close, que la embadurnó de pintura hasta convertirla en estatua de bronce. Un año antes, había servido de modelo a Lucien Freud para su Naked portrait (2002).
Pocos meses antes de contraer matrimonio con Jamie Hince, su provocadora campaña White wedding para Agent Provocateur acabó transformándose en el meme There is only one Kate in London, en referencia a la otra gran boda de aquel año: la de Kate Middleton y el príncipe Guillermo. La verdadera Kate es, cómo no, una novia desnuda.
Está en el top ten de las modelos que acaparan más portadas de Vogue, su imagen ha aparecido en las campañas de todas las marcas de moda que podamos recordar, ha salido reforzada de escándalos que auguraban el fin de su carrera, ha desfilado para todos los grandes creadores de los últimos años (y, cuando no estaba allí, ha aparecido en forma de holograma), ha diseñado colecciones superventas y suyos son los looks más imitados.
¿Por qué, entonces, despierta tanto revuelo su enésima sesión desnuda, esta vez para Playboy? Porque, haga lo que haga y pose como pose, Kate Moss fue, es y siempre será noticia. De ser ciertos los rumores, la modelo se uniría a Elle Mcpherson, Naomi Campbell o Cindy Crawford, que ya posaron para la publicación hace décadas. O a Paris Hilton, Lindsay Lohan , Kim Kardashian e incluso Marge Simpson, que protagonizaron distintos números recientemente. Aún así, es bastante probable que la portada de Kate sea más comentada que todas las anteriores. Como si nunca antes la hubiéramos visto desnuda delante de los focos de Mert&Marcus, ni siendo “desvestida” por Alex White.
Christian Salmon, autor del libro Kate Moss Machine, la definió como “una marca mundial" que "cautiva más que excita. Está más allá del deseo. Roza el mito”. Por eso, nada de lo que haga Kate Moss nos será nunca ajeno. A pesar de que ya lo haya hecho todo.
Campañas de Kate Moss para Versace y Agent Provocateur.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.