Ellas llevan los pantalones
Trajes de pantalón y monos acaban con la hegemonía del vestido en la alfombra roja.
Es un recuerdo de la infancia que a más de una le resultará familiar. El momento en el que llegamos a una fiesta de cumpleaños encantadas con nuestro vestido hasta que nos damos cuenta que la niña más popular de la clase ha venido con pantalones. Esa es la primera vez que nos vemos cursis. De una manera similar debieron sentirse otras invitadas de los Grammy’s cuando vieron aparecer a Beyoncé con una sencilla coleta y un mono ajustado de Osman Yousefzada. O el resto de las Spice Girls que, en el estreno del musical Viva Forever, se veían regargadas junto a una Victoria Beckham sobria, elegante y en pantalones.
El vestido está perdiendo su hegemonía en la alfombra roja. Después de años relegados al ámbito de lo casual, los pantalones ganan terreno en galas, bodas y estrenos. No se habían visto tantos trajes de pantalón en saraos mundanos desde que en 1966 Yves Saint Laurent presentó la colección Le Smoquin. Sarah Jessica Parker, Jennifer Lawrence Ronnie Mara o Tilda Swinton son algunas de las actrices que se han decantado por esta prenda en eventos. Las cadenas de moda pronta venden trajes de pantalón que pueden llevarse fuera de la oficina. Y hasta la monarquía, como es en el caso de la princesa Letizia, se permite usar pantalones incluso en situaciones formales.
Diane Kruger con diseño de Jason Wu
Getty Images
La tendencia fue anunciada por diseñadores como Haider Ackermann, Phoebe Philo en Céline o Ralph Simons para Dior. Pero estábamos el entusiasmo de Anna dello Russo y compañía nos distrajo de estas propuestas comedidas. El uniforme de vaquero, camisa y tacón medio de las empleadas del Vogue París nos ha hecho darnos cuenta que la moda y la comodidad no están reñidas. Las plataformas imposibles, los vestidos excesivamente ajustados y los atuendos de pavo real están perdiendo la gracia. La vida es ya es suficientemente complicada. Que la ropa no nos lo ponga más difícil.
En el auge del pantalón convergen una vocación práctica con el gusto recobrado por una estética depurada y una elegancia concisa. Por otra parte refleja una distinción progresivamente más tenue entre lo formal y lo informal. Hoy arreglarse no significa renunciar a la espontaneidad. Mila Kunis es un ejemplo de esta actitud todoterreno. Con un traje negro de Antonio Berardi representa eficazmente el papel de estrella de Hollywood. Pero en el momento en el que deja la presentación es posible imaginársela improvisando una cena o bebiendo tequila en un bar sin haberse cambiado de ropa.
Beyoncé con un mono de Osman en los Grammy.
Cordon Press
Si el pantaón tenía connotaciones andróginas o laborales hace tiempo que las ha perdido y puede ser igual de romántico que un vestido de seda o tan sexy como una falda corta. Así lo demostraron Diane Kruger cuando eligió un mono de encaje azul o el pantalón péplum de Jason Wu o Lou Doillon con un todo en uno de Anthony Vaccarello.
“Me resulta muy feo ver a chicas guapísimas con esos vestidos que les son impuestos. En ocasiones estarían mejor con unos pantalones bien cortados y una camiseta; mucho más chic que con un vestido tipo pastel”, ha declarado Isabel Marant.
Y si lo dice la que probablemente sea la diseñadora más influyente en el armario femenino actual, es que la dirección del viento ha cambiado.
Las Spice Girls en el estreno del musical Viva Forever
Cordon Press
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