_
_
_
_

El discreto encanto del calcetín

La prenda que viste nuestros pies se reinventa y gana adeptos. Un ejemplo, la marca española Sockaholic y su exitosa apuesta por el color.

calcetin
Imaxtree

La prenda que viste nuestros pies se reinventa y gana adeptos. Un ejemplo, la marca española Sockaholic y su exitosa apuesta por el color. ¿Pueden los calcetines dejar de ser los grandes olvidados de nuestra indumentaria para saltar a la primera plana? Hay quienes piensan que no sólo pueden, sino que deben. 

Si elegimos con mimo bolsos, gorros o camisetas con mensaje para expresar un estilo propio y completar nuestra vestimenta ¿por qué no los calcetines? Al fin y al cabo es una prenda con la que debemos lidiar a diario.

Apostar por el calcetín desata opiniones encontradas. Estamos ante un caso en el que la línea entre el espanto y el acierto es muy fina. Eso sí, bien conjuntado resulta estiloso y denota personalidad.

En numerosas ocasiones los diseñadores los han incluido en sus colecciones y desfiles, e it girls como Alexa Chung o Chloë Sevigny los lucen a menudo. En los años 50 fue una prenda totalmente integrada en la cultura del vestir y en los 80 Michael Jackson convirtió en icónico sobre el escenario, lo que en la vida real resultaba inaudito: mezclar (con orgullo) calcetín blanco con pantalón y zapato negro.

Los límites hace tiempo que dejaron de existir también en la calle. Para comprobarlo basta con echar una ojeada a las fotografías que ilustran los blogs de street style de todo el mundo. El bajo de los pantalones se acorta, lo extra se remanga sin prejuicios, las sandalias de tacón o zuecos ya no se llevan tan mal con ellos…

Quienes más se han atrevido a ponerlo en práctica han sido los hombres. No es difícil encontrar colores, topos y cuadros asomando tras sus dobladillos. Se alían sin estridencias con el atuendo informal y con la sobriedad del traje y permiten, además, romper los encorsetados cánones masculinos.

Las marcas lo saben y han hecho un hueco al calcetín en sus catálogos para ofrecer mayor variedad.  También han surgido, con acierto, tiendas especializadas como la sueca HappySocks o la española Sockaholic. Sobre esta última hemos charlado en S Moda con uno de sus promotores, Jaime de la Puente. Esto es lo que nos ha contado.

Decidisteis crear una tienda de calcetines en Internet porque no encontrabais los productos que os gustaban en el mercado. Cuando hicisteis pública vuestra idea de negocio ¿hubo quién os miró raro? ¿sorprendió la decisión?

Nuestra tienda online abrió el 11 de octubre del 2011, pero estuvimos trabajando en el proyecto desde principios de año.  Las miradas de sorpresa eran muy comunes entre amigos y conocidos. A mucha gente le costó creer en la idea, hasta que la vieron hecha realidad.

Sin embargo la empresa ha resultado un éxito y no habéis dejado de crecer ¿verdad?

Nos gusta pensar que Sockaholic no es sólo una tienda. Para nosotros, Sockaholic es ante todo un proyecto nacido de la ilusión de un grupo de amigos, con ganas de hacer las cosas mejor. Desde la apertura no hemos parado de crecer, gracias al equipo, y a nuestros clientes, que siguen apostando por nosotros.

Vuestra filosofía es que el calcetín se conviertan en una pieza clave del vestuario que contribuya a transmitir un estilo propio pero ¿existe margen para innovar?¿Está inventado todo en la moda?

Nosotros reivindicamos que el calcetín tenga derecho a estar entre las prendas que seleccionas con decisión y confianza todas las mañanas. Innovar en un producto tan simple, también es posible, y nosotros siempre intentamos darle una vuelta a las cosas. Tenemos muchas ideas, que esperamos llevar a cabo pronto.

¿Observáis que esa idea se ha trasladado a la calle o seguimos siendo un poco conservadores a la hora de lucir calcetín?

En España se sigue marginando un poco a esta prenda, sobre todo en el ámbito de los negocios, pero se va notando un cambio de mentalidad. La gente cada vez se va atreviendo más.

Imaxtree

A través de las redes sociales suelen enviaros fotos de los looks creados con vuestros productos ¿Qué clientes son los más atrevidos?

Sin duda esta es la parte más divertida de nuestro negocio. Nos encanta recibir looks de nuestros clientes, y podemos afirmar que hemos visto de todo. ¿La mejor fotografía hasta el momento? ¡Un matrimonio genial que se casó con nuestros calcetines!

Presumís de tener vuestra particular denominación de origen. Esto es: ‘Calcetines 100% europeos’ ¿por qué?

Lo cierto es que vamos un poco más allá, y solemos denominar a los calcetines Sockaholic como “Calcetines 100% ibéricos”. Todo el diseño lo realizamos desde nuestros almacenes en Madrid, pero se fabrican en una pequeña fábrica familiar al norte de Portugal. Además, el “ibérico”, igual que en el jamón, destaca la calidad de nuestro producto.

Desde el principio habéis vendido a través de Internet ¿las tiendas físicas son un meta o estáis bien como estáis?

Hace ya 10 meses que comenzamos a vender en varias tiendas con muy buen resultado, y ¡claro!, abrir una tienda Sockaholic es un objetivo pendiente.

Quienes visiten vuestra web encontrarán que la familia ha crecido tanto que a algunos integrantes habéis decidido darlos en ‘adopción’. ¿Qué son los ‘Tarados’?

En más de 15 meses que llevamos abiertos, hemos ido acumulando algunos calcetines con taras y los hemos apartado de su venta. ¿Qué hacer con ellos? Queríamos darles un uso mejor que condenarlos a la basura y de ahí surgió la iniciativa TARADOS: peluches monstruosos hechos a mano con calcetines Sockaholic. El 100% de los beneficios de estas adopciones se destinará a un comedor social infantil en Madrid.

Oye y ¿se puede vivir de los calcetines? ¿Os dedicáis los ‘Sockaholicos’ en exclusiva a esta actividad o la compagináis con otras? 

Sí, ¡se puede! Algunos miembros del equipo compaginan Sockaholic con diferentes trabajos, y otros no, pero todo estamos siempre al 100%.

Imaxtree

Imaxtree

Imaxtree

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_