El año en que Zara cambió de cara

Qué aburrido resulta juzgar el éxito en base a cifras microeconómicas y cuentas de resultados, pero todo parece indicar que tanto las ventas como el beneficio neto de Inditex este año superarán a los del ejercicio anterior y a los de 2010. ¿La niña bonita? Como siempre, Zara. A la espera del balance definitivo que anunciarán próximamente, los despachos del cuartel general de la compañía en Arteixo (A Coruña) sonríen con motivo. La expansión de la primera firma del grupo -física y online-, así como el estreno de su nuevo concepto de tienda y su lavado de cara, marcan el recorrido de doce meses que han supuesto una revolución que hace años no se recordaba.

Si en todo el periodo anterior las ventas del grupo alcanzaron los 13.793 millones de euros, en los nueve primeros meses de este año la cifra era ya de 11.362 millones de euros. A tenor de los datos que ellos mismos ofrecen, en este tiempo han creado 6.598 puestos de trabajo, y la plantilla global asciende casi a los 120.000 empleados. Los números asustan, pero cabe aclarar que estas alegrías no vienen precisamente del mercado español. Al parecer, son Asia y las nuevas aventuras norteamericanas quienes tiran del carro. Y para ello nada mejor que espabilar los escaparates y dar un nuevo aire a los emplazamientos.

La satisfacción que esconden sus responsables se refleja sobre todo en la renovada apuesta por los puntos de venta. En marzo, Zara presentaba el nuevo concepto de tienda global en la Quinta Avenida de Nueva York. El establecimiento, ubicado en el edificio Tishman -número 666, en la confluencia con la calle 52-, es el más grande de la cadena en Estados Unidos, con más de 3.000 metros cuadrados de superficie. Y justo hace tres semanas, otra gran ciudad se suscribía a los cuatro principios -belleza, claridad, funcionalidad y sostenibilidad- del nuevo ADN de sus comercios. Oxford Street, en pleno corazón de Londres, acogía a un nuevo inquilino de 2.500 metros cuadrados, siendo, además, el local número 6.000 del grupo.

Fachada principal de Zara en Pekín, China.

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¿Y qué hay de España? Pues ni Barcelona ni Madrid han resultado ser los lugares idóneos para presentar el nuevo Zara en sociedad. Al parecer, la de San Sebastián, una de las tiendas más rentables del país -en parte, gracias al cliente francés-, ampliará la superficie actual de 2.500 metros cuadrados, convirtiéndose en una de las mayores del mundo, según aseguraron fuentes del Ayuntamiento a El Diario Vasco en octubre. Y 2013 parece ser la fecha elegida para emprender ese proyecto.

La expansión de la firma gallega ha contado también con un aliado que no entiende de avenidas emblemáticas ni alquileres de vértigo: internet. Al lanzamiento de la tienda online en China el pasado mes de septiembre, se suma Estados Unidos, con los estrenos de Massimo Dutti -de forma física y digital- y Zara Home –online-. Otros hitos engrosan la lista de alegrías de Inditex este año: desde la apertura de las dos primeras tiendas de Uterqüe en China, pasando por el bautismo de Stradivarius en México, o la inauguración del primer Zara Home en Brasil.

En 2012 a la niña bonita se le ha cambiado la cara. Y la otra niña bonita -la de Amancio Ortega, fundador de la cadena-, se ha casado. Tanto Zara como Marta están intratables. Y sus respectivos rostros parecen lucir mejor que nunca ante un futuro ciertamente bonito. Sobre todo, bonito.

Amancio Ortega acompaña a su hija Marta el día de su boda.

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