El absurdo viral se convierte en ‘best seller’
‘The Pointles Book’, el libro que recoge las disparatadas reflexiones del ‘videoblogger’ Alfie Deyes, arrasa en las librerías británicas. En solo un mes ha vendido 100.000 ejemplares.
Alfie Deyes arremete a dentelladas contra la necesidad de dotar a todo de un carácter funcional. Lo que él hace no sirve para nada ni pretende que resulte útil. A sus veintiún años, este británico lleva cinco plantándose delante de una webcam y soltando lo primero que se le ocurre. Graba, lo edita con mimo y voilà. Habla de relaciones sentimentales y cuenta cómo fue su primera vez; mastica canela en polvo, hace yoga y se ríe de los hipsters. Es capaz de engullir 120 nuggets en veinte minutos y, a continuación, prestarse a una sesión de maquillaje con Ariana Grande. Es la sublimación de la estupidez y a la vez un fenómeno viral. Como bien indica el nombre de su perfil en You Tube todo lo que hace es un sinsentido, pero las cifras de Pointless Blog marean: 136 millones de reproducciones, más de tres millones de suscriptores y un millón largo de seguidores en redes sociales. Y desde hace un mes, también es un best seller. The Pointless Book, el inclasificable manifiesto sobre la estulticia que la editorial Blink Publishing encargó a Deyes, no baja del segundo puesto en Amazon. Bienvenidos a la consagración de una celebridad digital que ha sabido conectar con una generación que vive, trabaja y se divierte en internet.
The Pointless Book habla de los secretos del origami y de la "imperiosa necesidad de que todo el mundo se lance a fabricar una cápsula del tiempo". Hay juegos y bromas por doquier y el careto del autor retratado hasta la saciedad en actitud bufonesca. En solo un mes ha vendido 100.000 ejemplares de un libro que explica, entre otras perlas, cómo se puede hornear una tarta en una taza de café. Hace dos semanas Deyes firmó miles de ejemplares de su debut editorial en la librería Waterstones de Picadilly Circus, en Londres. 8.000 personas colapsaron la plaza –el año pasado David Beckham solo reunió a 7.000 lectores en el mismo lugar–. Deyes no canta, no baila, tampoco juega al fútbol. Pero su espontaneidad –¿qué si no?– le ha convertido en una referencia para miles de jóvenes. Acaba de completar una gira promocional por Estados Unidos, Canadá y Dubái. En otoño le toca el turno a Europa.
Una colección de boutades y cuatro poses bien estudiadas han hecho de Deyes una referencia del videoblogging. En julio de este año su ceremonia digital de la confusión cumplió cinco años y durante diez horas el hashtag #5YearsOfPointlessBlog ocupó el primer puesto de las tendencias mundiales de Twitter. En primavera asistió como invitado estrella a VidCon, la convención que cada año reúne en California a lo más granado de la industria audiovisual de internet. Dio lecciones de marketing y ofreció claves para descollar en You Tube a un público que le doblaba la edad. Yahoo! lo nombró uno de los doce emprendedores digitales más destacados del mundo y en enero de este año protagonizó la portada de la revista Company. El vertiginoso ascenso de Deyes discurre en paralelo al de su novia, la videoblogger –o vlogger– Zoe Sugg, que en noviembre también se estrena en el campo editorial.
Alfie Deyes firma su libro en la librería Waterstones de Londres e imagen del ‘videoblogger’ junto a su novia, Zoe Sugg.
Instagram (@pointlessblog)
Tanto Deyes como Sugg disfrutan de un éxito del que ambos son corresponsables. Su relación la siguen miles de internautas en las diferentes plataformas sociales en las que dan fe de sus monerías. Son los Brangelina de las hordas adolescentes que los jalean –se hacen llamar Zalfie, unión de Zoe y Alfie–. Sugg, alias Zoella, es tan famosa como su novio, o seguramente más. Comenzó su andadura en internet en 2009 y hoy es una de las blogueras de belleza más celebradas del Reino Unido. En 2012 la edición británica de la revista Cosmopolitan la reconoció con el premio a la mejor beauty vlogger del año. Un año después fue nombrada mejor vlogger de Reino Unido por BBC Radio 1, título que revalidó este año en los Nickelodeon Kid's Choice Awards. El próximo 25 de noviembre publica su primer libro, Girl Online, de la mano de la editorial Penguin. Según han adelantado se trata de una novela romántica dirigida a adolescentes –"una joven británica se marcha con sus padres a Nueva York y se enamora de un guitarrista llamado Noah" y bla bla bla–. El volumen de pedidos en Amazon ya lo sitúan en el segundo puesto de los títulos de ficción por publicar para jóvenes.
Los contratos editoriales que tanto Deyes como Sugg han firmado sugieren que su éxito no será flor de un día, no al menos mientras sean jóvenes y sigan juntos. La diversificación de su negocio en el campo editorial es probablemente el principio de algo más. Sugg ya ha metido a su hermano pequeño Joe en nómina y tiene casi tantos seguidores como su cuñado. En nuestro país el videoblogging también cuenta con exponentes notables. Los vídeos de Jpelirrojo, YellowMellowMG, Luzu o Desahogada cuentan con millones de visitas. Habrá que esperar para ver si alguna otra editorial se anima a traducir ese lenguaje audiovisual en talento literario. Al menos en Reino Unido el absurdo viral se cotiza mucho. Y se lee. Y colapsa Picadilly Circus.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.