La ‘disneyficación’ de la moda: por qué nos fascina Mickey aunque seamos adultos
El desfile de Opening Ceremony, enseña liderada por Humberto León y Carol Lim, celebrado recientemente en la sucursal californiana de Disneyworld es solo un ejemplo de que los dibujos animados más famosos de la historia nunca pasan de moda.
Minnie Mouse no es solamente uno de los personajes más representativos de Disney sino toda una influencer con más de 200.000 seguidores en Instagram. Además de estrenar estrella en el paseo de la fama –casi medio siglo después que Mickey– su figura ilustra ropa, bolsos y accesorios de todo tipo desde casi hace tantas décadas como existe. Y nunca pasa de moda. Colecciones enfocadas a un público con tan pocas ganas de hacerse mayor como los protagonistas de Inside Out, como las últimas lanzadas por Forever 21, Urban Outfitters, Uniqlo u Opening Ceremony, enseña liderada por Humberto León y Carol Lim que celebraba recientemente su última desfile en la sucursal californiana de Disneyland. También firmas de joyería como Pandora además de Faith Connexion o Marcelo Burlon County of Milan se han aliado con Disney en sus colecciones de cara al próximo otoño, contribuyendo así a la ya de por sí imparable Disneyficación de la moda a través de acuerdos de licencias. Una política anteriormente defendida también por Marc Jacobs o Victoria Beckham; Christian Louboutin con Star Wars, o Christopher Kane a propósito de La Bella y la bestia.
Iconos patrimonio de la cultura pop presentes en la moda, la belleza, el estilo de vida –¿cómo fue la fiebre desatada hace un año en Primark por la taza de Chip?– o el arte –de Andy Warhol a Roy Lichtenstein pasando por Damien Hirst se apropiaron de Mickey alguna vez– que también se sitúan en el centro de la actualidad. Y es que los personajes de esta factoría de animación lo mismo sirven para estampar camisetas, como reclamo en museos y parques temáticos –en los que disfrutan tanto los adultos como los niños–, que para generar debates. Sirva como ejemplo aquel abierto por Charlize Theron o Megan Fox al disfrazar a sus hijos de princesa Elsa. O el que cuestiona la diversidad e inclusión de sus historias así como los roles de género que promueven sus películas o la imagen que proyectan sobre la mujer. «En mi versión de Cenicienta, cuando el príncipe dice: ‘¿Quieres casarte?’, ella responde: ‘No, gracias’ Prefiero ser astronauta o chef”, afirmaba Penélope Cruz recientemente en una entrevista concedida a la revista Porter.
En este sentido, solamente los filmes de esta “fábrica de sueños” que une generaciones a través de la exaltación de valores universales no siempre impermeables al paso del tiempo son capaces de suscitar tanto interés y expectación como para movilizar a parte de la sociedad en plataformas como change.org. Allí demandas como que Elsa tenga una novia en la segunda parte de Frozen o que Disney no utilice a actores blancos para interpretar a los protagonistas de carne y hueso de clásicos como Mulan –cuyo reparto encabezará finalmente la actriz china Liu Yifei– o Aladdin –dirigida por Guy Ritchie y para la que sonaron los nombres de Dev Patel o Zayn Malik si bien se confirma que su protagonista será el egipcio Mena Massoud acompañado de Will Smith como el carismático Genio al que le puso voz en su momento Robin Williams- han llegado a tener tantas firmas como peticiones relativas al control de armas de fuego, por poner solo un ejemplo.
Durante los próximos años los clásicos revisitados inundarán las salas de cine, con actualizaciones de tramas o sin ellas, con matices o no. Empezando por una Mary Poppins encarnada por Emily Blunt; una Sirenita a la que le pondrá banda sonora el hombre más buscado de Broadway, Lil-Manuel Miranda; y un Rey León en manos de Jon Favreau que nos regalará a Beyoncé en el papel de Nala (Danny Glover será Simba, Chiwetel Ejiofor su pérfido hermano Scar, y James Earl Jones repetirá como Mufasa). Otros remakes en camino son Winnie the Poo, con Ewan McGregor como cabeza de cartel, Dumbo, La dama y el vagabundo, 101 dálmatas, con una Cruella de Vil interpretada por Emma Stone; o Merlín, el encantador cuya adaptación estará a cargo del español Juan Carlos Fresnadillo. Mientras tanto seguiremos tirando de nostalgia a través de prendas como las que comercializa Aida Domenech bajo su marca o los bolsos que Stuart Vevers, director creativo de Coach, le dedica en exclusiva a Minnie con permiso de otra (ex)chica Disney: Selena Gomez.
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