Cuando la gabardina es el vestido
Esta primavera no hará falta que te pongas nada debajo del trench porque el vestido de moda es una gabardina.
Del viejo y cinematográfico recurso de no llevar nada -lo de la ropa interior y el liguero va a gusto del consumidor- debajo de la gabardina han tirado esta misma semana personajes tan dispares como Rihanna o Blair Waldorf. Ambas han convertido en prenda única, como ya lo hicieron antes algunas otras, con mayor o menor naturalidad, una pieza de entretiempo en principio pensada para no llevar sola.
En principio porque esta primavera-verano las principales firmas, entre ellas Fendi, Alberta Ferretti, Anthony Vaccarello o por supuesto Burberry, proponen diseños en tejidos ligeros y tonos mudos ideados para lucir en solitario y sin caer necesariamente en el exhibicionismo. Ahora bien, sea cual sea tu intención, o su forma y color, de lo que deberás cerciorarte si te atreves a probar con el trench como vestido es de que no te pase como a Julie Bowen en Modern Family o Anne Hathaway en El amor y otras drogas.
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