Confirmado: los neones son los nuevos cactus

‘Oral Corner’. Con este juguetón neón amarillo se recibe a los comensales en el baño del Frankie Gallo Cha Cha, la pizzería de moda este verano en el Raval barcelonés y última aventura de los gemelos venecianos del Xemei. «Es por si os sube la porchetta y necesitáis hacer uno rápido», bromea la organización, que ha llenado el local de otras señales luminosas, como una silueta femenina que recuerda a la del Bada Bing de Los Soprano. Además del histórico neón que preside el mítico Jay-ca de la Barceloneta, otros restaurantes de la ciudad se han sumado a esta fiebre de iluminarse con palabras: se puede ver en el rincón favorito de la modernidad barcelonesa, Casa Bonay, o en la bajada de la barra peruana del Kokka, en el Gótico. The Font Hunter, empresa de diseño y rotulación de la capital catalana, también los ha colocado en la fachada del restaurante El Almacén en la Diagonal, del Amarre 69 en la Barceloneta o en el interior del Metric Market–cuyos dueños también han llenado de neones a M2, el nuevo restaurante sin gluten del grupo–.

No sólo se ven al llenar el estómago. La invasión de este tipo de iluminación también ha desembarcado en tiendas y boutiques en los últimos años. Nook Beauty Concept, el salón de belleza de cosmética nicho de Palma de Mallorca, tiene uno. Miss Kleckley, la tienda «de ropa para chicas que adoran las zapatillas», también ha optado por otro en su fachada e interior. Y si uno visita Ibiza estos días, puede encontrarse con una instalación de la artista más prolífica en esto del neón con mensaje, Jenny Holzer, en las galerías Lune Rouge y Art Projects Ibiza, extendida también en el Heart y el Casino de la isla.

El poderío del neón se materializa en gestos como el instragrameado regalo a Selena Gómez por su cumpleaños por parte de la ubicua y requerídisima fotógrafa Petra Collins, encargada de dirigir su último videoclip, Fetish. O cómo Solange Knowles ha convertido al Panna II Garden, un restaurante indio del East Village de Nueva York –caracterizado por una cantidad ingente de neones y, especialmente, luces–, en uno de los rincones más instagrameados de la ciudad tras ofrecer una after party de la gala MET en el local.

El efecto luminoso también se está trasladando a la decoración. Urban Outfitters, Maisons du Monde ya incluyen en sus catálogos, pero si uno busca opciones más personalizadas puede ir a mercadillos de antigüedades o a locales como la Fiambrera Galería de Arte en Madrid o Be Concept en Barcelona, donde casualmente, se han convertido en neón los símbolos decorativos de las últimas temporadas. La evolución a la invasión del estampado de flamencos y los cactus de cerámica tenía que llegar en forma iluminada.