Cinco tesoros españoles exportados a la pasarela
Desde hace varias temporadas el mundo de la moda parece venir a España de visita para quitarle el polvo a nuestros complementos tradicionales. Nuestra historia guarda secretos de estilo que la pasarela sigue hoy adoptando.
01. El abanico
Los primeros vestigios se encuentran en Egipto. En los siglos XVI y XVII el accesorio se instala en las cortes europeas y Francia tiene el control de la manufactura. No obstante, aunque en el siglo XVIII se abanique a la francesa, la revolución de 1789 acabará con este símbolo de riqueza y comenzará a caer en desuso. Otra revolución, la Industrial, abaratará el producto que por fin podrá tener una difusión masiva. Sin embargo, en la actualidad, se relaciona el abanico con la imagen española más folclórica.
02. Los chapines
Triunfaron en la España del XVI y XVII. Los chapines son un calzado muy lujoso que, incluso, fueron inventariados entre las joyas. Debido a su peso y a su altura, forzaban la manera de caminar femenina, obligando a sus portadoras a arrastrar los pies con elegante cadencia. Muchos historiadores datan de aquellos siglos el famoso garbo del caminar de las españolas que tanto fascinó a los escritores extranjeros del siglo XIX.
03. El guardainfante
La vuelta del guardainfante a las pasarelas no ha estado exenta de polémica. También en su época tuvo fuertes detractores moralistas y dio pie a sátiras literarias tanto por su forma como por su nombre, que escondía la vergüenza de su utilidad. Se intentó prohibir su uso mediante leyes, pero fue una moda que gozó de gran aceptación durante el reinado de Felipe IV.
04. El Mantón de Manila
A pesar de que su nombre está asociado al puerto de Manila (Filipinas), su procedencia es china. De forma cuadrada, desde sus orígenes, se realiza en seda. La aportación española reside en los flecos que rematan el borde, elemento de influencia árabe, fabricados también en seda y tejidos con la técnica del macramé. El mantón es un accesorio que ha seguido el rumbo de la moda: sus colores y sus dibujos han ido evolucionando según las tendencias.
05. El cuello de lechuguilla.
La rígida silueta del siglo XVI dará como resultado un aprisionamiento general del cuerpo. Desde el XV, el cuello del traje comienza a encerrar el pescuezo. Las leyes suntuarias intentaron prohibir las exageraciones, pero este complemento acabó necesitando de alzacuellos para soportar sus altas y complejas estructuras.
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