Cinco claves sobre las que se sustenta la complicidad entre Jose y Nicolás Coronado
Cardhu convoca a padre e hijo fuera de los focos para que celebren todo lo que los une y compartan los secretos de sus estrechos lazos padre e hijo.
¿Cuál será la magia detrás de las relaciones sinceras y duraderas? ¿Dónde reside su éxito? Uno se lo pregunta, con cierta envidia, cuando ve la química que existe entre socios profesionales, parejas sentimentales o, sencillamente, padres y madres con sus respectivos hijos e hijas. Un ejemplo de este vínculo sólido son Jose Coronado y su hijo Nicolás. El actor, una de las mayores estrellas del cine español, tiene en Nicolás a un amigo, un apoyo y un confidente. La química entre ellos salta a la vista.
Esta relación tan especial entre ambos ha hecho que Cardhu, el icónico whisky de malta, haya ejercido de anfitrión sentándolos a la mesa (por primera vez delante de las cámaras y tras tres meses sin verse) para brindar por el placer de disfrutar de una buena conversación con las personas que más nos importan. La charla entre ambos es una demostración de que cada momento cuenta a la hora de crear recuerdos imborrables. Además, un estudio atento de cada palabra y cada gesto que intercambian pone de relieve cuáles son las bases sobre las que se asienta una relación duradera.
No decir que NO a una buena sobremesa. Abrir una botella de un scotch como Cardhu es una invitación a parar el reloj, dejar el móvil en modo avión y empezar una jugosa -y relajada- conversación. El compartir unos tragos es, como reconoce Jose Coronado, una excusa perfecta para “sentarse a charlar tranquilamente en una sobremesa”, que añade que disfruta muchísimo pasando tiempo con los suyos. Y su hijo Nicolás es una de esas personas irreemplazables para alargar ese reposado momento hasta el infinito y más allá.
Hablar desde el corazón. Las relaciones basadas en la confianza y en la honestidad suelen ser las más duraderas. No hay más truco que ese. “Nosotros siempre hemos sido muy cómplices y hemos compartido muchos momentos en la vida en los que hemos podido hablar desde el corazón”, explica Nicolás. “Cuando hemos pasado mucho tiempo sin vernos decimos ‘¡oye, tenemos que recuperar eso!”, confiesa el joven actor y modelo. En un momento, Nicolás ejerce también de improvisado entrevistador para preguntarle a su padre: “¿Y tú que tal con la serie? ¿Estás contento?”. “Tengo la ilusión del primer día”, contesta Jose, dándole el mejor titular posible a su hijo.
Una oportunidad única para recordar momentos felices. Se nota que la relación Jose-Nicolás está cosida a base de muchos recuerdos únicos compartidos entre ambos. “Últimamente me estoy acordando mucho del primer rodaje al que me llevaste”, le comenta Nicolás a su padre. “Pero, ¿tú cuántos años tenías?”, le pregunta Jose. “Yo creo que tenía doce”, responde Nicolás. “¿Y te llevé a ver un rodaje en vez de llevarte al fútbol?”, le replica Jose entre risas. Las experiencias compartidas que han marcado a ambos también son el mejor pegamento en su relación, como el viaje a Ecuador que hicieron juntos. ¿Qué fue lo que comimos allí?”, pregunta Jose, haciendo memoria. “¡Cuys! ¡Que eran una especie de cobayas!”, responde Nicolás, entre risas, contagiando a su padre.
El punto de partida para los planes que quedan por venir. Entre trago y trago de Cardhu se van urdiendo nuevos planes conjuntos, momentos que aún no han sucedido pero que pasarán a engrosar el álbum de recuerdos de los Coronado en el futuro. “Tenemos que hacer algún plan más los dos”, propone Jose. “¿Tipo Thelma y Louise?”, pregunta Nicolás. “No. Tipo padre e hijo. Tipo amigos”, responde Jose. “¿El próximo viaje a dónde?”, pregunta con curiosidad Nicolás. “Contigo al fin del mundo, compañero”, le responde su padre.
Atreverse a decir lo que uno admira del otro. En una relación basada en el respeto y el cariño, siempre hay aspectos que uno admira del otro: lo que cuesta es admitirlo ¡y más entre padres e hijos! “De ti, he aprendido a ser más generoso. A amar con mayúsculas. A dar sin esperar nada a cambio. Eso te lo dan los hijos”, le dice Jose a Nicolás. “Me vas a hacer llorar”, responde Nicolás, antes de confesarle a su padre que ha aprendido de él lo que es la “honestidad”. Jose sonríe levemente y le responde: “Honestidad, bonita palabra”. Los Coronado sí que saben cómo hacer que cada momento cuente.
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