Tamara Kreisler y Silvia Centeno, las mujeres que demuestran que el arte también cura
Hablamos con las responsables de la fundación [H]arte, que acaba de estrenar en el Hospital Central de la Cruz Roja una exposición de ositos de colores firmados por el artista dEmo y que cuenta con el apoyo de Chanel.
El turno de noche del Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela tiene un nuevo compañero. Es azul, mide siete metros y, aunque carece de formación en medicina, sí tiene ciertos poderes terapéuticos. Esta ‘incorporación’ al equipo con la que bromean los propios sanitarios habita, en realidad, en los jardines de este hospital junto a otros ositos multicolor creados por el artista dEmo, el mismo que firma la famosa rana gigantesca que descansa frente al Casino de Madrid. Sus esculturas gominola permanecerán allí hasta el próximo 21 de marzo como parte de una exposición organizada por la fundación [H]Arte y que cuenta con el apoyo de Chanel.
Creada por Tamara Kreisler y Silvia Centeno, la fundación nació hace un año con el propósito de acercar el arte –con ‘h’ de hospital, pero también de humanizar– a los centros de salud. “Se nos ocurrió crear [H]Arte como respuesta a lo que significa estar hospitalizado en tiempos de pandemia”, cuenta Tamara al otro lado del teléfono. Economista, experta en arte y descendiente de la familia propietaria de la famosa galería Kreisler, considera que la creatividad es un acompañamiento necesario para enfermos y pacientes, además de una forma de “aportarles positividad en momentos en los que falla la salud”. Sus palabras están respaldadas por los más de 900 estudios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado al respecto y, según los cuales, el arte y la cultura son buenos aliados del bienestar físico y mental. “Aunando lo que ambas sabíamos hacer [Silvia es docente y experta en Psicología Positiva] queríamos poner nuestro granito de arena en medio de la situación sanitaria. Ayudar a que pacientes y sanitarios puedan sentirse un poco mejor”, explica esta.
Inspiradas por iniciativas similares llevadas a cabo en otros países, se han pasado los últimos doce meses reclutando a artistas interesados en formar parte del proyecto, centros hospitalarios interesados en convertir sus pasillos en galerías y, por supuesto, también patrocinadores que, como Chanel, apoyen su proyecto. “Nos sentimos muy afortunadas por trabajar con el equipo de Chanel España porque su implicación ha sido maravillosa y gracias a ellos esta exposición es una realidad. Ojalá haya mucha más empresas o particulares que decidan apoyar nuestro trabajo porque nos gustaría llegar al mayor número de hospitales de toda la geografía española”, cuentan
De momento, ya están poniendo todos los esfuerzos en las siguientes muestras tras la buena acogida de las que han instalado hasta ahora. “Las obras que hemos colgado en distintos hospitales han sido vistas por más de medio millón de personas. Solemos colocarlas en espacios de mucho tránsito o en lugares donde la gente pasa mucho tiempo como las salas de espera. Y la respuesta no ha podido ser mejor. Algunos pacientes, incluso, se convierten en nuestros ayudantes cuando instalamos las exposiciones y nos dan su opinión acerca de dónde quedan mejor los cuadros. Nos dicen: ‘Con lo nervioso que venía, y qué rarito tan bueno he pasado”, recuerdan emocionadas.
Los pacientes y sanitarios del Hospital Vithas de Aravaca, con el que han colaborado anteriormente, serán los siguientes en vivir la experiencia. En los próximos días, este centro madrileño acogerá una exposición en la que nueve artistas reinterpretan la fotografía viral de la ciudad de Madrid completamente vacía, disparada por Ignacio Pereira durante el confinamiento. “También estamos trabajando con el Museo Thyssen para colgar algunas de sus obras en el Hospital de San Rafael. Y lo siguiente será dar el salto a otras ciudades españolas”, adelanta Tamara.
Anhelando poder exponer el talento de contemporáneos como Manuel Valdés o Jaume Plensa –aunque la lista de deseos es mucho más larga– continúan trabajando para ir un paso más allá del formato expositivo. “Queremos crear una experiencia completa acompañada por talleres y actividades. La pandemia ha provocado que aún no hayamos podido desarrollar esta parte del todo, pero la idea es integrar las obras en el día a día del hospital a través de distintas actividades creativas”. Por el momento, van acompañadas de un código QR en el que no solo es posible ampliar la información sobre el artista o la fundación, sino escuchar una selección musical creada por el propio autor como complemento perfecto a la visualización de su obra.
«Queremos que las obras y lo que las rodea sirvan de evasión. Que generen interés, curiosidad, calma, y sobre todo, que tengan un discurso positivo”, enumera Silvia. La elección de los artistas con los que colaboran responde a esos mismos criterios: no solo importa la calidad y la técnica, sino la capacidad de la obra para inspirar y crear buenas energías. A juzgar por la reacción de quienes han querido ver de cerca los osos gigantes de dEmo, el objetivo está logrado.
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