¿Por qué tu escritorio no está así de ordenado?
La crisis ha acentuado el interés por la organización, la productividad y la sostenibilidad. Una organizadora personal explica cómo mantener a raya nuestras cosas.
Desorden: cualquier cosa en tu vida para la que tienes insuficiente tiempo para disfrutar o espacio inadecuado para almacenar. Esta es la definición del “enemigo” que ofrece Hábitos Vitales, uno de los sitios que, inspirados en hermanos mayores como el popular Unclutterer (en inglés, despejar) aterrizan en España para convencernos de que el arte de mantenerlo todo en su sitio no está reservado a un puñado de elegidos. La premisa: el ambiente que te rodea influye en la forma en que vives o trabajas.
Para la alemana Valentina Thörner da Cruz, organizadora personal residente en Barcelona y autora de Valedeoro, la crisis tiene la culpa de este creciente interés por la organización, productividad y sostenibilidad: “Los tres tienen una lógica muy a prueba de crisis: utilizar los recursos disponibles de la forma más inteligente para evitar despilfarros. Y estos recursos pueden ser tiempo (productividad), espacio (organización) o productos (sostenibilidad). Cuando deja de haber abundancia de estos recursos, las ideas y prácticas que te enseñan a aprovechar lo que ya tienes cobran más importancia”.
¿No es suficiente con hacer la limpieza una vez a la semana? ¿Por qué dedicar tanta atención al tema? Cada objeto que tienes a la vista (o que no está en su lugar designado) te recuerda algo que tienes pendiente: las facturas por pagar, las revistas por leer… Estos recordatorios visuales dificultan concentrarte en lo que estás haciendo en este momento. Entrar en el estado del "flujo”, olvidando todo lo que te rodea y conseguir resultados es imposible si te distraes cada cinco minutos.
Algunos no sabemos ni por dónde empezar… Si hay un lugar que te agobia, empieza por este. Tu armario, o tu mesa de trabajo. Si te estresa algo en particular al entrar en una habitación, resuélvelo primero. ¡La gratificación casi instantánea! La alternativa es escoger el lugar que es más visible al exterior, especialmente ahora frente a las fiestas navideñas, como el salón o la habitación de invitados.
¿Qué ofrece un asistente que no pueda hacer uno mismo? Puedo aportar soluciones prácticas y muy personalizadas para organizar el caos de los otros. Puedes leer miles de guías de organización y seguir sin saber por dónde empezar, porque tu caso es único. Una mirada desde fuera sin el bagaje histórico del tipo "este sillón siempre ha estado ahí" puede ayudarte a encontrar nuevas soluciones para el espacio que tienes. Además me encargo de llevar las cosas que has decidido tirar, vender o donar y me ocupo de los trámites necesarios para que no permanezcan en tu casa.
Ofrezco cosas como mantener vivos los objetos a los que se tiene apego con un libro de recuerdos. Esta idea me la dio una clienta que tuvo que mudarse de un piso grande a una habitación en una residencia. Juntas hicimos fotos de todas las cosas que no podía llevar consigo. Ella me contó las historias relacionadas con cada objeto y le escribí un libro con las fotos basado en ellas. No es el trabajo "normal" de una organizadora personal, pero me encanta ofrecer esta opción de guardar los recuerdos de forma más accesible.
Supongo que en su casa será capaz de localizar un dedal con los ojos cerrados. Por vicio del trabajo reviso muy regularmente lo que tengo y en caso de duda lo regalo o lo dono. Si solo tienes las cosas que realmente utilizas, es fácil saber dónde está cada cosa (aunque momentáneamente no esté en su lugar). Así que en este caso estoy más organizada que la mayoría de la gente. Pero también aquí hay rinconcitos algo caóticos. ¡La mesa de noche parece que siempre se escapa!
¿Algún consejo para los que trabajan o pasan mucho tiempo en casa? Invéntate un método para indicar a tu propio cerebro (y a los que conviven contigo) cuándo estás trabajando y cuándo estás de ocio. No hace falta que tengas un despacho o una habitación extra en tu casa. Pon tu lista de tareas en una cajita. Cuando trabajas dejas la caja abierta, y cuando no trabajas la cierras. O búscate un tipo de música que te pones cada vez que trabajas. Si trabajas desde el ordenador también puedes cambiar el ratón de lado para señalizar trabajo u ocio. Requiere algo de práctica, pero el ratón también se puede utilizar con la izquierda.
Lo importante es decidirse por una solución y quedarse con ella durante un mínimo de un mes. Después de esto lo tendrás internalizado y automáticamente, cuando cierras la caja, apagas la música o cambias el ratón de lado pasarás al modo "tranquilo".
* Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella, escribe a natalia@vidasencilla.es
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