No abandones el tónico (él nunca lo haría)

Hace pocos años cualquier línea de cosméticos para los cuidados diarios incluía sí o sí estos pasos: 1) Limpiar. 2) Tonificar. 3) Hidratar/Nutrir. Hoy las cosas han cambiado. Quien más, quien menos se salta el tónico varias veces a la semana. Por no hablar de quienes lo han suprimido directamente. Pero no es solo cosa de los consumidores. Tampoco se ven muchos tónicos en la publicidad, en comparación con productos de limpieza o de hidratación.

Pese a estas circunstancias, el tónico es un componente esencial en los cuidados cotidianos de belleza, porque completa la limpieza diaria del rostro y asegura una piel más luminosa (las orientales lo saben muy bien y son unas obsesas del producto).

Más allá de dejar la piel fresca, la tonifica y la revitaliza, eliminando las células muertas y, sobre todo, dejándola preparada para absorber mejor los activos de los tratamientos que se apliquen a continuación, el sérum, la hidratante, el protector solar etc.

Imaginemos que primero has desmaquillado la piel con cualquier producto, ya sea una crema, espuma, jabón o cualquier loción limpiadora. La utilización del tónico facial conseguirá restaurar y equilibrar el Ph, en el caso de que hubiera sufrido alteraciones. Otra de las cualidades de este producto es eliminar brillos y reducir el tamaño de los poros.

“Solo hay un caso en el que el paso del tónico podría eliminarse, en las pieles sensibles y reactivas. A este tipo de pieles no les va bien el agua porque se sensibilizan más”, explica Carmen Navarro, directora del centro de estética que lleva su nombre.

La experta insiste en que el paso del tónico “no se puede eliminar” porque “es vital preparar la piel y aclararla tras la limpieza”. De hecho, también recomienda que tónico y crema posterior sean de la misma marca, “ya que es recomendable que tengan el mismo ph”.

Tónicos de Algenist (disponible en Sephora), Anne Möller y Clinique (éste último especial para pieles grasas).

Así las cosas, una rutina perfecta del cuidado de la piel debería incluir el tónico dos veces al día. Si hiperventilas solo de pensarlo (no tienes tiempo material en el día para incluir todo lo que supuestamente es imprescindible a la hora de cuidarse), hazlo por lo menos por la noche, apunta Mónica Ceño, directora del centro de estética The Lab Room (con línea cosmética propia, que incluye tónico, por supuesto). “La polución externa es muy agresiva con la piel y el tónico es una manera refrescante de limpiar la piel. Una piel que no respira es sinónimo de envejecimiento”.

Un toque de tónico también es perfecto si has pasado largo rato al aire libre o al salir del gimnasio. “Y en verano lo pongo en la nevera y me gusta refrescarme el rostro de vez en cuando. Es un secreto de belleza infalible para tener una piel luminosa”, añade Ceño.

Para aplicarlo correctamente, empapa un algodón y empieza desde el centro de la frente hacia los lados, luego mejillas y barbilla, insistiendo en la zona T, que es la que suele acumular más grasa. Antes de continuar con el resto de productos, deja que la piel absorba el tónico por completo, sin retirar el sobrante.