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Llega la pulsera que te avisa cuando te estás quemando con el sol

¡Aplícate más crema solar! ¡Ponte a la sombra! Esos mensajes que siempre nos han dado las madres en la playa, ahora los da una pulsera que cuesta un euro.

PULSERA

Parece un arma digna de un superhéroe, pero es una de las últimas novedades para el cuidado de la piel. La pulsera Smartsun nos ayuda a no quemarnos con el sol, lo que está muy bien, habida cuenta de que, una vez en la piscina/playa/barco/chiringuito nos abandonamos a la hamaca y el mojito sin recordar en qué momento nos dimos crema por última vez.

El funcionamiento es sencillo: una pulserita realizada en un plástico biodegradable con una imprimación de un compuesto químico que va variando su color al cambio del pH originado con la absorción de la radiación ultravioleta UVA y UBV, lo que permite que reaccione como la propia piel. Cada vez que se aplica el protector solar sobre la piel, se aplica también sobre la pulsera. Su color original es amarillo. Si cambia a naranja, toca darse de nuevo la crema con FPS. Si se pone rosa, hay que quitarse del sol y cubrirse, porque existe el riesgo de quemarse. Una vez que la pulsera modifica su color, el cambio es irreversible, porque el dispositivo mide el total de radiación al que se ha estado expuesto y eso es algo que no tiene vuelta atrás.
 

La marca es sueca, pero la pulsera (que ya se vende en 18 países) ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Strathclyde, en Escocia, con una tecnología patentada. En España se distribuye a través de la empresa Bluemarionge, especializada en productos tecnológicos de innovación en salud, que adaptó la idea al mercado de la península Ibérica. María Pocoví, fundadora y CEO de la compañía, explica que, curiosamente, “los países no acostumbrados al sol como Suecia, son más conscientes de sus riesgos que en otros lugares como España. Aquí tenemos que concienciar a la gente en la prevención del cáncer de piel y en la necesidad de proteger a los niños de las quemaduras solares, que son mucho más peligrosas en la infancia, porque las consecuencias pueden ser peores”.

Las pulseras se pueden usar a cualquier edad y son aptas tanto para agua clorada de piscinas como en agua fresca o salada, y admiten todo tipo de protector solar, incluso en aceite. Se venden online desde la web de la compañía, en packs de 7 pulseras a un precio de 7 euros y son de un solo uso, incluso aunque no haya cambiado de color. Después de un día de sol, hay que tirarla y utilizar una nueva en la siguiente ocasión. También están disponibles en farmacias, en BodyBell y en centros con los que existen acuerdos como el de Carmen Navarro o los hospitales Quirón.

“Hay otras pulseras en el mercado. Unas indican qué grado de radiación existe, pero esto es peligroso porque una pequeña cantidad puede causar quemaduras en algunas personas. Hay otras pulseras que cambian de color al ponerse al sol y vuelven a cambiar si por ejemplo vas al chiringuito, pero son reversibles, no te informan del capital solar que has consumido en el día, que es lo que hacen las Smartsun”, apunta Pocoví.

El nuevo proyecto de la compañía son pegatinas con la misma tecnología, para utilizar sobre todo en la época invernal, que se pueden pegar sobre la piel a modo de tattoo, o sobre la propia ropa.

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