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Candidatos, ¿por qué no habláis del IVA de los tampones?

La periodista Celia Blanco lidera una campaña en Change.org que exige la bajada de IVA del 10% al 4% sobre los productos de higiene femenina. Sólo Alberto Garzón (IU) se ha posicionado a favor de reducirlo.

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change.org

«Una vez me indicaron que si tanto me molestaban los impuestos de los tampones, que usase pañitos de limpieza y los lavase a mano». Celia Blanco asegura que le han dicho de todo por «ser la pesada» que siempre que puede reclama una bajada del IVA sobre los productos de higiene femenina (tampones, compresas, copa menstrual). Esta periodista y escritora (no confundir con la actriz porno del mismo nombre, esta Celia Blanco es la conductora de Contigo dentro, el programa de sexo de la Cadena Ser), aprovecha todos los altavoces que tiene para exigir que el futuro Gobierno asuma una reducción del 10 al 4% en el impuesto de valor añadido de los tampones, compresas y copas menstruales. «Llevo bastante tiempo con esto y lo suelto cada vez que puedo, en 2003 pagábamos un 7% y con las reformas fiscales pasamos a un 10%. Ningún político parece darse cuenta de que estamos hablando de un producto de primera necesidad para más de la mitad de la población española entre 13 y 55 años», apunta por teléfono. Tal ha sido su activismo (especialmente desde su cuenta de Twitter), que desde Change.org se pusieron en contacto con ella para que liderase una campaña de firmas reclamando precisamente eso. Una campaña que ya acumula más de 65.000 firmas y que está dirigida a los siete candidatos a la presidencia para que se comprometan a bajar la denominada tasa de la menstruación.

«Me alucina que en ningún debate de las generales a ningún candidato se le haya preguntado por esto. Alguien debería hacerlo», lamenta, y destaca que él único partido que lo lleva en su programa electoral es Izquierda Unida. «Sólo Alberto Garzón ha confirmado que lo reducirá al 4%, pero el resto debería posicionarse al respecto e informar sobre qué van a hacer. Los tampones son decisivos para mi voto. Los políticos deberían entender que somos más de la mitad de la población española y que nunca faltan en nuestro carrito de la compra. Nunca. Podría dejar de comer huevos y pan, que sí son productos de primera necesidad, pero necesito tampones, compresas o una copa menstrual. Al menos, durante 35 años de mi vida», recuerda.

Manifestación el pasado mes de agosto en Australia por la bajada de los impuestos sobre los productos de higiene femenina. Allí sí que se ha debatido en televisión sobre este tema.
Manifestación el pasado mes de agosto en Australia por la bajada de los impuestos sobre los productos de higiene femenina. Allí sí que se ha debatido en televisión sobre este tema.Getty

Blanco cree que si no se ha hablado en los debates o públicamente en la política es por qué hay hombres «a los que le cuesta hablar de esto; es más, hay hasta hombres a los que le da asco verbalizarlo» pero, ahora que vivimos un «cambio generacional, es el momento de hacerlo. Ella asegura que por exigir una reducción se ha encontrado con hombres que le recomendaban no comprar nada. «¿Cómo no voy a comprar? A todo el que me lo dice le digo: ‘Mira, el día 3 me viene la regla, déjame sentarme en tu sillón sin un tampón puesto y luego me dices si el problema es mío o tuyo».

Mientras España parece hacer oídos sordos a esta demanda, otros países han tomado medidas. En Canadá, desde el mes de julio, los tampones, compresas y copas menstruales están exentos de impuestos. Una medida aprobada por un gobierno conservador y promovida por todos los partidos. En el Reino Unido, donde el impuesto es del 5%, no del 10% como aquí, otra campaña con 300.000 firmas en change.org incentivó que Cameron se comprometiese personalmente a destinar el dinero que se recauda con ese impuesto a proyectos sociales de apoyo a mujeres. «En Francia también se ha debatido sobre esto, y se ha hecho en el Congreso. Allí hubo mucha polémica porque se llegó a decir que entonces la espuma de afeitar tendría que reducir su IVA también y, claro, la liaron con las mujeres», cuenta  y remata la conversación con un «yo no he elegido ser mujer y bastante hago con ello. Negarle a las mujeres que los productos de higiene femenina son un producto de primera necesidad implica arrinconarnos. Y eso tiene que remediarse». Todavía queda una semana de campaña electoral para verlo.

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