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8 trucos para superar un bloqueo en el trabajo

Superar los momentos de estrés en el trabajo no solo depende de nuestras circunstancias, sino de cómo nos planteamos afrontar las mismas

coverestres

Cuando Pastora Soler dejó los escenarios a causa de un bloqueo profesional, todos nos mostramos sorprendidos. Sin embargo, quién más o quién menos ha sentido un momento de bloqueo en la práctica de su trabajo. Un momento en el que nos vemos desbordados de trabajo, de presión, de estrés, o incluso de exceso de responsabilidad, que nos paraliza para continuar con todo lo que tenemos que hacer, bien de forma momentánea o más a largo plazo.

Tal y como explica Natalia P. Arango, coach profesional, “estar bloqueado es tener tu atención en los miedos, en los problemas, y no en las posibilidades, en las opciones, en las soluciones”. Esta circunstancia puede afectarnos en nuestro rendimiento, o incluso en nuestro propio bienestar personal, al verse afectada nuestra percepción de nuestro puesto de trabajo, donde además pasamos una parte importante del día.

Las causas, según Mónica Albuja, coach y CEO de Halo pueden ser varias, aunque “en general hablamos de que la persona que tiene un bloqueo puede hacerlo a través de una motivación interna,  debido a lo que siente ante una situación determinada, o por una motivación externa, es decir, que lo que la produce sentir o pensar algo determinado proviene del exterior, normalmente una o varias personas”.

Sin embargo, si bien es fácil pensar que los bloqueos se deben al propio entorno de trabajo, como una carga excesiva, jefes exigentes y poco flexibles, compañeros desorganizados o ajustados plazos de entrega, desde Arango Coaching reflexionan sobre que no todas las personas reaccionan igual ante estas situaciones. De esta forma, la parte positiva es que, si la causa es en gran parte interna, la solución también. “Lo que va a hacer que podamos enfrentarnos al bloqueo es un entrenamiento en el desarrollo de nuestros recursos para afrontar todas esas situaciones amenazadoras”.

Claves prácticas para superarlo

1.  Vayamos por partes: Natalia Arango aporta como primer consejo no agobiarse con todo lo que hay que hacer y centrarse en una sola tarea, vamos, lo que se dice ir por partes. Para ello recomienda la técnica Pomodoro “fija un tiempo para dedicar a una tarea, por ejemplo, 15 ó 25 minutos, y no te distraigas ni plantees nada en ese tiempo, solo céntrate en esa tarea. Cuando veas todo lo que avanzas en ese rato, te ayudará a deshacer el agobio y desbloquearte para avanzar hacia la siguiente tarea”.

2.  Visualízate en positivo: Esa técnica que hemos escuchado de muchos libros de “imagínate que pasa y pasará” es aplicable en las dos direcciones, en la de imaginarnos catástrofes que nos lleven irremediablemente a ellos, o en la de imaginarnos consiguiendo eso que ansiamos, y que nos haga llegar a cumplir objetivos. Así, Mónica Albuja incide en que “es necesario hacer hincapié en la importancia de enriquecer nuestra confianza en nosotros mismos. Cuando uno mismo se siente capaz y cree que es posible que algo suceda, es probable que lo pueda conseguir, porque cuando uno cree en una posibilidad, desprende algo que el otro percibe sin ser consciente de ello”.  Y es que como la experta recuerda, “muchas veces no se sabe por qué, pero algo nos convence, nos atrae, y puede ser esa creencia interior que mueve montañas.”.

3.  Cualquier comienzo es bueno: Si estás desbordado, la motivación para empezar estará en afrontar esa tarea que nos parece más sencilla, o quizás, más entretenida, lo que Arango denomina como “tarea desatascador”, es decir, “aquellas que no te cuesta empezar, que te animan, y que hacen que, cuando te quieras dar cuenta, ya estás sentado en el ordenador empezando ese informe que tanto te asustaba”. Para darnos un margen, la experta en coaching aporta un guiño, y es que revisar tu correo personal o Facebook, o tu web favorita como gancho para sentarte delante del ordenador, también puede valer para empezar.

Pastora Soler sufrió un bloqueo profesional.
Pastora Soler sufrió un bloqueo profesional.Diego Puerta ( / Cordon Press / Cordon Press)

4.  Vigila lo que te dices a ti mismo: Cuando entramos en un momento de bloqueo, ¿reflexionas sobre los mensajes que tu mente te dice sobre ti mismo? Mónica Albuja, insiste en que nos preguntemos cómo nos hablamos a nosotros mismos y qué nos decimos en el momento en el que se produce el bloqueo. “Obsérvalo y escucha cuáles son tus respuestas ¿te ayudan a cambiar la situación o justamente a todo lo contrario, amplificándola? Por ejemplo, si quieres saltar una valla y ya te estás diciendo “No soy capaz” “No puedo” Lo siguiente es “me da miedo”, “me da vergüenza”, ¡menuda te estás montando! Probablemente tu capacidad física es la adecuada para saltar esa valla así que ¿Qué te parece cambiar aquello que te dices sobre ti y esa valla?”. Así el resumen es que muchas veces somos nosotros mismos los que predisponemos ese bloqueo, y por eso mismo, tenemos la capacidad de derribarlo.

5. Acéptalo y no lo confrontes. Si cuando tenemos un bloqueo intentamos negarlo, nos enfadamos o nos ponemos nerviosos por el hecho de habernos bloqueado, estamos alimentado ese estado incómodo que genera el bloqueo. En este sentido Arango explica que “como indican las corrientes terapéuticas actuales, inspiradas en la meditación, lo suyo es aceptar los pensamientos y las emociones como llegan, como son. Asumir que nos hemos bloqueado y dar el paso para hacer evolucionar ese estado y volver a estar tranquilo e inspirado es el principio para salir del bloqueo”.

6. El cerebro no distingue realidades: “Biológicamente para nuestro cerebro todo está sucediendo, tanto si lo imaginas, lo piensas o lo ves. Por ello, usa tu cerebro útilmente”, recomienda Albuja. Así, también recuerda que cuerpo y mente forman parte de un mismo sistema, y por ello, un elemento influye en el otro. Es decir, “que cualquier cambio que sucede en alguno de los dos elementos, influye en el otro”. Por ello, para calmar la velocidad de nuestros pensamientos, ayuda vigilar, por ejemplo, la velocidad de nuestra respiración. En este sentido la coach recomienda la técnica de respiración del 4×4, que establece un ciclo continuo de energía para reconectar contigo mismo y desbloquearte, simplemente respirando y expirando, contando hasta cuatro cada vez.

7. Personas tóxicas: Igual que identificamos aquellos que nos ayuda a desbloquearnos, también debemos hacer un análisis de aquello o aquellos que nos bloquean. Porque muchas veces el momento de ansiedad no lo genera una tarea, sino una persona. “Si sabes que determinado compañero te pone nervioso, porque siempre está hablando de lo mal que van las cosas en la empresa, de las malas prácticas de fulanito o menganito,… y sin embargo otra persona te hace sentir tranquila, porque hace bromas, comenta cosas neutras de la empresa, enfoca los problemas con menos dramatismo, elige a quién quieres dedicarle más atención y con quién quieres pasar más tiempo. Verás qué diferencia”, recomienda la coach.

8. Comparte el estrés: Muchas veces el problema respecto al estrés es que nos lo guardamos para nosotros solos. No hace falta comentarlo precisamente en el trabajo, pero aprovechar el tiempo libre a la salida para quedar con alguien con quién desahogarnos nos puede ayudar, y mucho, para afrontar de forma diferente la jornada siguiente. “Hablar, compartir, escuchar opiniones, nos puede ayudar a relativizar eso que tanto nos angustia, poner las cosas en su sitio, sentirnos mejor y encontrar soluciones viables a lo que nos parecía un imposible que no sabíamos cómo resolver”, concluye Natalia Arango.

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