El sencillo truco del folio blanco que puedes usar para encontrar tu maquillaje ideal
El color de la piel ofrece matices que determinan el producto adecuado. Esto hacen los profesionales para identificarlos.
La lucha por la diversidad ha empujado a la industria (y de paso al público) a tener en cuenta todas las pieles en sus ofertas. No hay gama que se precie que no ofrezca decenas de tonos para abarcar el mayor número de cutis posible. Y no solo eso: se ha empezado a hablar de un tema que los profesionales tienen presente desde hace tiempo: los subtonos de la piel. No basta con fijarse en el espectro que nos ofrece el ojo a simple vista; cada persona, independientemente de su color, entraña un subtono que determina si un producto se funde o no como una segunda piel al aplicarlo.
Los expertos han identificado tres: cálido, frío y neutro. Y existe un truco, antes incluso de probar la base sobre el cuello para comprobar si se funde, para identificar el propio. Basta con un folio blanco y un espejo. Al comparar la hoja con la piel, ofrecerá matices que ayudarán a fijar el subtono. Si da un aspecto más amarillo, hablaremos de uno cálido. Si se ve rosada, el subtono tiende a frío. Y si no queda claro ninguno de los dos, podemos hablar de neutro.
Las firmas pueden optar por incluir estas variedades en cada uno de sus colores o por buscar fórmulas que funcionen con todas las pieles. La última es la opción elegida para los polvos de Carolina Herrera Beauty, que el año pasado se estrenó en el territorio del maquillaje. «Tengo un gran interés en la belleza individual y un amor enorme por todos los tonos de piel», dice Lauren Parsons, consultora global de maquillaje de la casa. «Un mismo rostro puede tener dos tonos subyacentes diferentes y secciones más oscuras, por lo que era importante para mí llevar esa comprensión del color a los polvos perfeccionadores». Así, por ejemplo, tanto el iluminador como el matificador son universales. ¿Cómo se consigue? «El matificador es translúcido, de modo que funciona para todo el mundo», asegura Parsons, que destaca además que el iluminador está finamente molido para mezclarse con facilidad. «Son a prueba de torpes», ríe.
El subtono también afecta a la elección del labial. «Cuando elijas un pintalabios, mira el subtono de tu piel, ¡porque no quieres que sean los labios los que te lleven a ti!». Si la usuaria se decanta por los nude, aconseja entre dos y cinco tonos más intensos que la base. «Si estás en el lado claro del espectro, busca un toque de rosa. Los tonos medios lo tienen fácil para trabajar con la piel, cualquier matiz con un poco más de marrón es perfecto. Los tonos más oscuros tienen que inclinarse hacia tonalidades más púrpuras», concluye Parsons.
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