¡Supéralo! Haz planes solo y los disfrutarás más
La ciencia prueba que el ocio a solas no tiene por qué ser menos entretenido que cuando lo hacemos acompañados.
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En España cada vez viven más personas solas. Exactamente, el 24,8 por ciento de los hogares están compuestos por una sola persona, siendo más común, curiosamente, en hombres jóvenes y en mujeres mayores. Sin embargo, cuando uno va a comprar al supermercado, muchos de los productos siguen viniendo en un pack indivisible, de dos, si es para una pareja, o de cuatro, si está pensado para una familia o para los amigos que comparten piso. Las personas viven solas, sí, pero la sociedad no está acostumbrada a la soledad.
Hoy en día nos sigue costando, más que vivir solos, el ir a comer, al cine o a un concierto sin más compañía que uno mismo. Relacionamos las actividades de ocio con la relación con los demás, y olvidamos que tener ocio a solas también puede tener sus beneficios.
La idea de comparar nuestra satisfacción al realizar una misma actividad solos o acompañados también ha sido objeto de estudio. Tal y como publicaba recientemente Science of uS, basándose en un artículo de Journal of Consumer Research de Rebecca Ratner, de la Universidad de Maryland, y de Rebecca Hamilton, de la Escuela de Negocios de Georgetown, las personas tienden a realizar en grupo actividades “hedónicas” y más en solitario aquellas más “utilitarias”. Esta reflexión procede de cuatro encuestas realizadas a ciudadanos estadounidenses, chinos e indios, sobre qué tipo de actividades eran las que preferían hacer solos o en grupo, y por qué. Así, la idea que lanzaba esta investigación era que muchas personas coincidían en señalar que el rechazo a realizar ciertas actividades hedónicas o de ocio solos, proviene del miedo a ser observados y juzgados por los demás, como si estuviéramos solos porque no tenemos a nadie. Sin embargo ese miedo se disipa cuando tenemos una justificación o una razón para estar allí, convirtiendo esta actividad en utilitaria. Por ejemplo no es lo mismo tomar un café sólo, que hacerlo trabajando con el portátil.
Actividades para realizar solos o acompañados
Analizando si esta distinción entre actividades para realizar solos o acompañados también existe en España hablamos con Núria Jorba, especialista en psicología emocional, que explica que “estar solos en una actividad social como ir a comer, ir al cine, etc. nos supone un malestar, porque tememos que los demás nos vean y nos etiqueten negativamente, ya que se deduce que quien está solo es porque no tiene a nadie, en vez de quizás porque desea tener un momento de soledad y disfrutar de la misma. Este mundo no nos enseña a gestionar la soledad, a que sea un espacio positivo, de bienestar personal, sino que nos dice todo lo contrario”.
En este sentido la experta cree que la percepción es que “ir a comprar, por ejemplo, es algo bastante mecánico, vas directamente a buscar aquello que necesitas o a mirar lo que hay, no se vive como una actividad social. En cambio ir al cine o a un concierto, va íntimamente ligado con un espacio de diversión y disfrute compartido”, y por ello son estas actividades las que más nos cuestan.
La psicóloga Raquel García Romeral aporta que ante un mismo evento podemos centrarnos más en la propia actividad, o en la compañía. El estar acompañados nos permitiría “compartir la experiencia, contrastar nuestra mirada con la del otro y sumar intereses comunes”, mientras que realizar esa actividad solos aporta “mayor concentración en lo que hacemos, ya que es una cita con nosotros mismos y nuestros objetivos”.
Gestionando la soledad
La causa por la que realizar ciertas actividades a solas nos causa cierto malestar es porque no estamos acostumbrados a gestionar nuestra soledad como un elemento positivo. “Mucha gente no sabe disfrutar de la soledad, generalmente porque les cuesta conectar consigo mismo”. Esto se debe a que “nuestro día a día está muy orientado a no parar, a no pensar en nosotros, a no escucharnos. Por eso llega el momento de estar solos y en vez de disfrutarlo nos agobiamos y lo pasamos mal”, apunta Núria Jorba.
Un ejemplo de ello es el uso que hacemos del móvil en espacios públicos cuando estamos a solas, bien sea en el transporte público, o esperando a alguien que se retrasa, o incluso, cuando nos toca comer solos. “El móvil se está convirtiendo en un escudo, en un modo de aislarnos del entorno. Si estamos pendiente de él no nos afecta como nos ven los demás, así evitamos la incomodidad y el tener que gestionar esas emociones. Actualmente es difícil ver a una persona sola en un bar, comiendo, etc. sin estar mirando el móvil y lo más triste es que seguro que si no fuera así permitiríamos más comunicación, conocer gente nueva, mejorar nuestras habilidades sociales, etc”.
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No hay paella para uno, una de las míticas escenas de ‘Lucía y el sexo’.
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Los beneficios de hacer actividades en solitario
“Cualquier actividad puede ser enriquecedora para pasar tiempo con uno mismo, siempre que a uno le interese y le apetezca. La única compañía que ha estado, está y estará ahí siempre, es la de uno mismo”, con esta afirmación, Raquel García Romeral propone la visión de que pasar tiempo a solas también es una actividad que beneficia nuestro bienestar emocional.
Quizás nos cueste más comer solos, pero salir a pasear, a leer, escuchar música, hacernos un tratamiento de belleza como si fuera un mimo personal, o por qué no, ir a ver esa película que nos gusta aunque nadie más quiera ir a verla, puede ser un gran momento de reencuentro con nuestro yo. Incidiendo más en esta idea, Núria Jorba propone “buscarse un espacio personal mínimo una vez al mes, donde poder mimarnos, disfrutar de nosotros mismos y conocernos un poquito más”.
La experta también opina que es clave aprender a disfrutar de la soledad. “Es una tarea que todos debemos trabajar y conseguir, que la soledad sea un momento deseado en ciertos momentos, que es distinto que sentirse solo. Puedes tener mucha gente a tu alrededor, un entorno social de amigos y familiares y quizás pareja, pero te puede apetecer pasar una noche a solas. Esto es lo perfecto, el elegir los momentos”.
Hacer actividades solos como excusa para conocer gente
De hecho, otra idea interesante respecto a realizar actividades en solitario, como puede ser un viaje, es que puede ser una excusa para interactuar con más gente. Un ejemplo son los cruceros single o las excursiones en grupo, a las que uno se puede apuntar no porque no tenga amigos, sino porque no coincide con ellos para cogerse las vacaciones, sin ir más lejos.
Igualmente, hay quien prefiere hacer un viaje solo para interactuar más con la gente y conocer otras culturas. “Hay actividades que están diseñadas para conocer gente, que te permiten ese espacio de conversación, de fluidez, de primer contacto como por ejemplo excursiones, deportes, pasear al perro y hasta ir a la playa”, concluye la experta en psicología emocional.
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