¿Realmente es buena idea comprar un succionador de poros? Los expertos opinan sobre el aparato de belleza más vendido en Amazon
En el top 20 de ventas figuran tres aspiradores faciales con más de 16.000 valoraciones y una nota media que supera el cuatro sobre cinco. ¿A qué viene tanto furor?
En la lista de los más vendidos en Amazon, que se actualiza cada hora, hay muchos productos exitosos. Si leemos entre líneas encontramos también un análisis de lo que nos preocupa. Se suele decir que nuestro historial de búsquedas en Google cuenta lo que tenemos en la cabeza (y no siempre confesamos a los demás), pues bien, siguiendo esa analogía, el rastro que dejamos en Amazon dice qué estamos dispuestos a hacer (y a pagar) para pasar a la acción. Y, al parecer, estamos muy preocupados por la limpieza y el tamaño de nuestros poros.
Entre los 20 productos de cuidado de la piel más vendidos en el portal (incluidas cremas, champús o aguas micelares) hay uno que destaca por la cantidad de comentarios de quienes lo han probado: el succionador o limpiador de poros. Tres referencias distintas acumulan más de 16.000 opiniones y la nota media que reciben es de más de un cuatro sobre cinco. El más popular se llama Voyor 6 en 1, cuesta poco más de 20 euros y en el momento de escribir este artículo hay 10.836 personas que han dejado su testimonio sobre él: más de la mitad lo puntúan como perfecto y valoran principalmente su fuerza de succión.
Consultamos a un dermatólogo y a una farmacéutica experta en faciales en qué consiste este aparato, cómo funciona exactamente, si es recomendable y qué es lo que de verdad podemos esperar de él.
Qué es exactamente un succionador de poros
A diferencia de los productos tópicos para el cuidado de la piel que exfolian o disuelven el sebo, la piel muerta, la suciedad y otras impurezas, esta herramienta extrae todo ello a través de la succión. En inglés este utensilio recibe el nombre de vacuum porque funciona, exactamente, como una aspiradora. Nos lo explica el doctor José Luis Ramírez Bellver, dermatólogo especialista en acné y miembro de la Clínica Dermatológica Internacional: “Los succionadores son, como su propio nombre indica, aparatos que hacen el vacío y aspiran el contenido de los poros, eliminando la queratina oxidada, que es, en realidad, lo que es un punto negro. Como en todo, hay algunos dispositivos que pasan controles de calidad y con los que se realizan estudios que demuestran su eficacia y seguridad, y otros que aprovechan el tirón”.
Un hecho: los poros ni se cierran ni se destruyen
Si observáramos nuestra nariz con una lupa de aumento podríamos apreciar unos 20.000 poros en solo esa zona. Un poro no es más que un diminuto orificio en la epidermis de la piel que cumple varias funciones; la más importante de ellas es eliminar la transpiración. De ahí que sea fisiológicamente imposible (además de una mala idea) cerrar los poros abiertos: tan solo se pueden mantener limpios. Nos lo confirma Marta Barrero, farmacéutica, experta en dermocosmética y co-directora del centro de belleza, salud y bienestar The Secret Lab en Madrid: “Cerrar los poros por completo es casi imposible”. El tamaño de un poro es variable de una persona a otra, y también de una zona a otra de la piel: depende, principalmente, de los genes. También de las hormonas. La edad es otro factor que influye en su tamaño, ya que con el paso del tiempo la piel pierde elasticidad y con ella la capacidad de mantener el poro en un tamaño más reducido.
Aunque el marketing cosmético los ha convertido en sinónimo de indeseable, lo cierto es que tener poros no es ningún problema. “El poro es el orificio a través del cual drenan las glándulas sebáceas. El tamaño en condiciones normales depende de factores genéticos, raza, edad, sexo y también de la zona del cuerpo: hay zonas con más glándulas sebáceas (frente, nariz, mejillas, parte alta de la espalda…) y otras con menor concentración y actividad”, explica el doctor Ramírez Bellver. El problema llega “cuando el poro está sucio (por acumulación de cremas, maquillaje, contaminación, sebo…) se verá más dilatado y grande” y ahí es cuando aparecen los indeseables puntos negros; “por el contrario, cuando está limpio (vacío) se verá más pequeño. Los productos que limpian y exfolian de manera eficaz hacen, por tanto, menos evidentes los poros”, añade este experto.
¿Funciona? Y, casi más importante: ¿Lo necesito?
Infinidad de vídeos en Youtube e Instagram enseñan de cerca la acción de estos limpiadores, a quien tiene estómago para verlos. Y se ve que hay muchas personas en este grupo: la dermatóloga estadounidense Sandra Lee, especialista en extracciones, acumula más de cuatro millones de seguidores en su perfil en Instagram donde es conocida como Dr. Pimple Popper. En sus vídeos explica que los aspiradores de poros podrían ser una manera efectiva de sacar algunos puntos negros que estén un poco sueltos, pero le preocupa que la fuerza de succión pueda provocar marcas o moretones, por la rotura de vasos sanguíneos, que podrían llegar a ser permanentes.
Aunque destruir el poro es imposible, un limpiador puede ser una alternativa a las higienes faciales en cabina. De hecho, la propia Marta Barroso nos cuenta que ella misma lo ha probado y que puede ser eficaz en la succión de impurezas y de los puntos negros más “externos”, como fue en su caso. Sin embargo, una limpieza facial profesional tiene en cuenta varios factores que en casa se nos pueden escapar: “En pieles sensibles puede llegar a irritar y provocar reacciones. Para que una extracción esté realmente bien hecha y la piel no sufra, lo adecuado es prepararla con un exfoliación previa y utilizar algún producto específico o vapor que nos ayude a abrir el poro. La extracción se debe hacer de manera delicada y suave, y siempre teniendo en cuenta el tipo de piel a tratar (seca, grasa, deshidratada, sensible…) y el estado de la zona sobre la que vamos a trabajar: no es lo mismo la nariz (que es cartílago) que la mejilla o la barbilla. En este sentido, el profesional estético conoce cómo y dónde aplicar la presión de manera adecuada y selectiva. Además, tan importante como el trabajo de extracción es el protocolo de productos con los que se trabaja para conseguir el mejor resultado: limpiador, exfoliante, tónico, cremas, etc. Puede ser útil pero nunca podrá sustituir la efectividad de una higiene facial en cabina”.
“Se pueden utilizar si no tenemos patologías dermatológicas activas (acné, rosácea, dermatitis…) ya que estas podrían empeorar, y sabiendo bien qué es lo que vamos a conseguir: eliminar los puntos negros”, asegura Ramírez Bellver. Pero, para él, la cuestión no es si funcionan o no. “La pregunta tal vez sea si es necesario. Con una buena rutina de limpieza que incluya el uso de hidroxiácidos (glicólico, salicílico) y, en algunos casos, una exfoliación una o dos veces por semana, seguramente no te hagan falta”.
Y advierte de alguna promesa cuestionable: “Algunos productos aseguran eliminar el acné, y si lo que buscamos es esto no es recomendable. El comedón es una de las lesiones que caracterizan al acné, pero no la única, y aunque una limpieza de este tipo pueda mejorar el aspecto de la piel, la predisposición a que el poro se vuelva a obstruir, inflamar, sobreinfectar… no la estaremos tratando”. Si nos decidimos a probar un succionador de poros, recomienda buscar productos con certificación CE o FDA “que garantizan, al menos, que ha pasado ciertos controles de calidad”.
Alternativa solo hay una: la limpieza diaria
Lo cierto es que los puntos negros son obstinados y, si tienen tendencia a salir, no hay soluciones exprés. Los expertos coinciden en que la mejor manera de no tener poros obstruidos, visibles o negros es una adecuada rutina diaria de limpieza facial, por la mañana y por la noche. El doctor Ramírez Bellver ofrece tres consejos: utilizar el producto específico para la necesidad de la piel (“cremas limpiadoras para pieles sensibles o bajo tratamientos que irriten o sequen, geles astringentes para pieles muy grasas…”), realizar una exfoliación más profunda una o dos veas por semana, y controlar la temperatura del agua: si está muy caliente “producirá una vasodilatación y podrá producir rojeces, mientras que el agua muy fría podrá irritar y secar”, remarca. Y un dato importante: tras la limpieza suele aconsejar utilizar un tónico facial. “Además, y siempre mejor por recomendación médica, se pueden emplear productos con distintas concentraciones de glicólico, salicílico o ácido retinoico o retinol, que ayudarán a realizar una exfoliación controlada y prevendrán la formación de nuevos comedones”.
Marta Barroso añade, como experta en dermocosmética, la importancia de realizar una higiene doble por la noche para retirar todo tipo de suciedad como polución, maquillaje y sudor. La hidratación es la otra gran clave: “es fundamental, ya que en una piel deshidratada se nota más el poro”. ¿Su consejo? “Para mantenerlos lo más cerrados posible es importante hacer una buena exfoliación a base de ácidos, que podemos introducirlos bien mediante el tónico, bien en la crema de noche o en el exfoliante como tal”, recomienda, lo mismo que hacer una vez al mes un tratamiento en profundidad en un centro de belleza (“como la luz pulsada o el Derma-Roller, que afinan la piel y la perfeccionan”) y una buena higiene facial en cabina como máximo cada tres meses.
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