Olor a limpio, a limón italiano y a Mediterráneo: ¿por qué los perfumes de verano huelen así?
El neroli, el limón siciliano y la bergamota guardan desde hace años el precioso aroma de las vacaciones.
A la pregunta de a qué huele el verano cada uno podríamos responder con una historia emocional de esas que nos llevan a algún lugar en el que fuimos felices. Algunos recordarán aquel olor a crema que tenían las tardes de playa en la niñez; otros pensarán en ese aroma tan mediterráneo de los pinos y los limoneros de la costa. Todos podrían añadir un apellido a estas sensaciones: el de quienes capturaron esos aromas en un frasco, Guerlain, Chanel, Dior, Dolce&Gabbana o Nivea.
Las fragancias de verano son una idea de este siglo pero el concepto de perfume lifestyle viene de mucho más atrás. “En los años 50 la perfumería francesa está en su apogeo. Detrás de Poiret, Worth, Chanel, Lanvin, Nina Ricci y Patou (“el perfume más caro del mundo”), los grandes nombres de la moda tienen su perfume”, explican en la Academia del Perfume. En esa década sucede un gran cambio: perfumarse comienza a ser más asequible, nacen las eau de toilette (principalmente masculinas) y las fragancias se vuelven más ligeras, más simples y diversas. No puede ser casualidad que todo esto sucediera al mismo tiempo que la cultura del bronceado se asentaba en la sociedad: una piel morena empezó a ser sinónimo de éxito, el bikini (y la consiguiente liberación femenina) fue ganando cotas de aceptación y la clase media comenzó a viajar a la playa para disfrutar de sus vacaciones pagadas. En aquel momento las rivieras italiana y francesa se convirtieron en el paraíso vacacional de ricos y famosos, con Portofino, Capri y Saint Tropez como epicentros de lo que se llamó el chic riviera. El perfume cítrico y floral llegó en aquel momento como el envoltorio perfecto del paquete de verano.
Fue en los años 80 cuando se popularizó el “calone” como ingrediente de los perfumes con olor a brisa marina. “Las nuevas eau de toilette huelen a limpio, buscando satisfacer un afán de pureza y transparencia”, recuerdan en la Academia del Perfume. Es el boom de los perfumes marinos, acuáticos, vegetales y naturales. Aún pasarían dos décadas hasta la consolidación de las summer fragances.
La decisión de cambiar de fragancia cuando llega el buen tiempo es algo muy reciente, pero tiene su explicación. Hoy, antes de crear un nuevo perfume, los químicos y el nariz que trabajan en el laboratorio de fragancias piden conocer si se tratará de un perfume de verano o de invierno. Esto determinará las medidas exactas de sus ingredientes, tanto las notas de salida (el primer golpe de aroma que nos llega al abrir el frasco) hasta las notas de corazón (son las que identifican al perfume, las notas esenciales que nos hacen decantarnos por la fragancia) y de fondo o salida (que se perciben a partir de las dos horas y son las que perduran en la piel, la base del perfume y las que aportan el aroma final). La huella de los perfumes de verano es más ligera, ya que contiene bases menos persistentes y más frescas; además, el calor corporal hace que el perfume se proyecte más lejos y se evapore más rápido, por lo que una fragancia fuerte en este momento puede resultar abrumadora. De ahí que los ingredientes estivales más valorados sean los cítricos (el limón siciliano es uno de los más apreciados), las flores mediterráneas (como la bergamota o el neroli) y todo aquel aroma que asociamos a la playa, como el olor a coco o a protector solar.
Al emplearlos más en el verano son capaces de fijarse en los recuerdos de las vacaciones y transportarnos a esos momentos cuando los volvemos a abrir.
Las diferencias entre eau fraiche, eau de cologne, eau de toilette y eau de parfum
La diferencia entre una fragancia y otra reside, principalmente, en la concentración de perfume que lleva, lo que determina cuánto tiempo permanece en la piel. La más ligera es la conocida como eau fraîche (entre un 1% y un 3%, con una duración de una hora), y después están la eau de cologne (en torno a un 5% de aroma y otro 5% de esencias cítricas, lo que la hace más fresca, puede durar hasta dos horas), la eau de toilette (entre un 7 y un 15% de concentración, con lo que dura unas tres horas), la eau de parfum (de un 15 a un 20% de concentración, con menos alcohol, más fijadores, y de 5 a 8 horas de durabilidad sobre la piel), y el perfume (con un 20 a un 30% de esencia pura, lo que exige dosificar su aplicación, puede permanecer entre 8 y 24 horas).
Cómo hacer que el olor de la fragancia de verano dure más
Al parecer, la forma en que cuidamos nuestra piel, el tipo de aroma que elegimos e incluso la forma en que la vaporizamos pueden tener un gran impacto en la longevidad de las fragancias, más aún cuando hace calor. De ahí que hayamos recopilado cinco consejos expertos para conseguir que el perfume dure más sobre la piel.
1. Crea una base para la fragancia.
«Siempre aconsejo hidratar la piel con una loción corporal sin perfume antes de aplicar la fragancia», cuenta la legendaria perfumista británica Jo Malone en Porter. Piensa en ello como una base para que el aroma se adhiera mejor, como una capa de imprimación. Según Malone, el otro beneficio de aplicar una loción hidratante para el cuerpo es que cuanto más hidratada esté tu piel, más retendrá la fragancia. “En verano, llego a rociar mi piel con agua para dar un impulso a mi fragancia”, cuenta.
2. Elige bien dónde te perfumas… o hazlo como las francesas.
Otro consejo de Malone: “Centra la aplicación del perfume en las áreas más cálidas del cuerpo, ya que tienden a activar y amplificar la fragancia”. Estas zonas son la piel de detrás de las orejas, la parte posterior del cuello o las muñecas. Basta con frotarla suavemente o utilizar un pincel de fragancia (un tipo de fórmula en forma de gel) para ayudar a conseguir un efecto más duradero que el clásico rociado de perfume sobre la piel. Los perfumes sólidos también son muy recomendables para conseguir una mayor durabilidad.
Aunque el calor es un buen transmisor de un aroma, al sudar los aceites naturales de la piel pueden estropear la química del perfume. Por ello, algunas zonas cálidas pero menos propicias a la sudoración como el dorso de la mano o el codo, que además movemos al gesticular, son también zonas estratégicas de perfumado.
Otro de los trucos clásicos para perfumarse, popularizado por las francesas, consiste en vaporizar el perfume en el aire y caminar bajo su nube para que se adhiera de forma natural, o rociarlo directamente sobre el cabello.
3. Escoge bien los ingredientes.
Sin dejar de lado la frescura y el bienestar que producen las notas cítricas y florales en verano, es buena idea buscar opciones que también incluyan sándalo, oud o almizcle, con una mayor fijación del aroma.
4. Perfuma la ropa.
No todos los tejidos llevan bien el aroma, ni la vaporización de un producto (como el caso de la seda), pero algunas telas naturales como el algodón o el cashmere (aunque este suele resultar muy caluroso en verano) atrapan el aroma y consiguen mantenerlo durante períodos más largos de tiempo. La propia Malone cuenta en la entrevista que uno de sus trucos favoritos es rociar las etiquetas de la ropa con un poquito de fragancia.
5. Conserva tu perfume al fresco.
El perfume es muy sensible a los cambios de temperatura, que pueden provocar reacciones químicas y hacer que envejezca más rápido, sobre todo si lleva una alta concentración de ingredientes naturales. De ahí que una de las recomendaciones principales de todo maestro perfumista es la de guardarlo adecuadamente en un lugar fresco y protegido de la luz directa para evitar que se altere u oxide. Y aunque las fragancias contienen un porcentaje de alcohol que las conserva sin necesidad de frío, algunos expertos no descartan almacenarlos en la nevera.
La explicación detrás es que la difusión de las fragancias se promueve ante la diferencia de temperatura, y teniendo en cuenta que nuestra piel a 36,5 grados suele ser más alta que la del ambiente, es una buena idea utilizar una fragancia que se ha mantenido fresca.
Seis perfumes icónicos de ayer y de hoy que huelen a verano.
NEROLI PORTOFINO, DE TOM FORD.
HUELE A… RIVIERA ITALIANA EN VERANO.
Esta creación de Rodrigo Flores-Roux, lanzada en 2011, de la familia olfativa cítrica, está inspirada en las aguas azules del Mediterráneo en verano y por ello contiene notas de bergamota italiana, limón siciliano, romero, mandarina amarilla y neroli de Túnez, entre otras. Es un perfume fresco y ligero, una mezcla entre el olor a limpio de un bebé y un paseo por un campo de limones italianos: es una versión sofisticada y con clase de la clásica esencia de caron que llevaban los hombres en los años 50. El nombre, Portofino, no podría ser más apropiado. Es ponérsela e imaginarse en un descapotable vintage bordeando la riviera italiana.
LIGHT BLUE, DE DOLCE&GABBANA.
HUELE A… LIMÓN Y MAR.
Teniendo en cuenta que no es un perfume de verano como tal (de hecho, tiene ediciones para esta época del año, como Light Blue Italian Zest, una reinvención cítrica con limón de campos italianos) es un clásico entre los clásicos de verano. De hecho, ocupa el puesto número 5 en el mercado español de perfumería desde hace más de 10 años: una de cada 50 fragancias femeninas que se venden es, de hecho, Light Blue. Tal es su asociación con el verano que al pensar en ella es imposible no recordar a Bianca Balti y David Gandy, con sus pequeños bañadores blancos, bronceadísimos a bordo de una pequeña barca, en el idílico mar Tirreno de Capri.
Esta fragancia de de la familia olfativa floral frutal con aroma fresco fue lanzada en 2001, y la nariz detrás es la de Olivier Cresp. Sus notas de salida son manzana, cedro, campanilla y limón siciliano; las notas de corazón son rosa blanca, bambú y jazmín; las notas de fondo son ámbar, almizcle y cedro.
ESCALE À PORTOFINO, DE DIOR.
HUELE A… CÍTRICO DE VERANO.
Este clásico entre las fragancias frescas francesas no es nuevo pero está viviendo un momento de oro. En el mes de abril, en pleno confinamiento, sus ventas comenzaron a subir como la espuma, algo que en la casa asocian a la necesidad de evasión emocional al verano. Tanto que hoy es la fragancia femenina más vendida en El Corte Inglés. Daniel Figuero, embajador internacional de fragancias de Dior, explicaba este éxito de la siguiente forma: “Los cítricos suben el ánimo y Escale à Portofino es, en toda regla, lo que se llama una feel good fragrance muy indicada en estos tiempos. Sus notas hespérides de Bergamota y Cidra de Calabria, Petit Grain de Sicilia o Almendra amarga son un verdadero viaje olfativo a tierras italianas”. Además, “en épocas de crisis la gente busca refugio en valores seguros. Las fragancias clásicas, el agua de colonia de toda la vida podrían funcionar como una brújula para navegar en medio de tantas incertidumbres. La construcción clásica de Escale à Portofino, inspirada en el agua de colonia inmutable, que nunca pasa de moda, aunque más compleja, se convierte así en una referencia reconfortante”.
AQUA ALLEGORIA BERGAMOTA CALABRIA, DE GUERLAIN.
HUELE A… JARDÍN Y LIMÓN.
Bergamote Calabria forma parte de la colección Aqua Allegoria de Guerlain, primera serie de aguas frescas de la perfumería creada en 1999. Es una fragancia Hespéride verde almizclada que lleva bergamota, petitgrain limonero y especias frescas, y en la casa la describen como “viva, deliciosa y luminosa”.
Fruto de una experiencia que se remonta a la legendaria fragancia Eau de Cologne Impériale en 1853, la casa crea la serie Aqua Allegoria con la frescura de una colonia y la fijación de un perfume Guerlain. El hilo conductor de la colección es la bergamota: este preciado cítrico, «el oro verde de Calabria», es el ingrediente clave. Su aroma, describen en la firma, es como “pasear por los jardines de la bergamota de Calabria. Como recolectar sus frutos bañados por el sol”.
Estas aguas (entre las que también están Herba Fresca, Pamplelune, Pastaflora, Coconut Fizz o Mandarine Basilic, entre otras) permiten crear un sello olfativo propio combinándose entre sí, combinando dos de estas fragancias y perfumándote sucesivamente y en cantidades iguales con las dos.
Además, gracias al compromiso de transparencia y trazabilidad de Guerlain, es posible rastrear aquí todos los pasos en la elaboración del perfume, desde el origen de sus materias primas hasta dónde se empaqueta el frasco.
LES EAUX DE CHANEL, PARIS-RIVIERA.
HUELE A… VACACIONES EN LA COSTA AZUL.
Se trata de una fragancia fresca, cuya estela floral y solar evoca la luz de verano de la Costa Azul, que Gabrielle Chanel tanto apreciaba. Iluminada por una combinación de cítricos y flores blancas, lleva también naranja Siciliana, que realza los acordes hespérides del nerolí. Es fresca, es ligera y es muy floral. La inspiración para esta agua fresca está en 1928, cuando la legendaria modista construye La Pausa, su casa de vacaciones, en la Costa Azul francesa, el núcleo de la dolce vita de la época.
El frasco, con forma redondeada, se adapta a la palma de la mano y el diseño del estuche evoca unas olas que acarician la arena. Más estival, imposible.
NIVEA EAU DE TOILETTE.
HUELE A… CREMA SOLAR Y PLAYA.
La emblemática crema de lata azul de Nivea existe desde 2015 en formato Eau de Toilette. La nariz Isabelle Abram condensó en un nuevo frasco toda la nostalgia y la mitomanía de esta hidratante, que durante generaciones perfumó los veranos, y a la que se asocian recuerdos de playa, niñez, verano y bronceado. La añoranza es un buen reclamo porque desde entonces es una de las fragancias más valoradas en Amazon (más de 2.000 opiniones de usuarios, con un 4 sobre 5 lo atestiguan). Tiene notas de salida de mandarina, bergamota y lavanda; de corazón son lirio de los valles (muguete), rosa, fresia e ylang-ylang; y las notas de fondo, sándalo y notas atalcadas.
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