Los factores del confinamiento que afectan a la flacidez del rostro
Contábamos con tener mala cara, pero no con que se nos viniera abajo. Según los expertos el estrés, la falta de descanso y el consumo de azúcares aumentan la flacidez facial en confinamiento.
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Seamos claros: a nivel estético la cuarentena puede ser un desastre si no le ponemos remedio. La piel está sufriendo las consecuencias de llevar semanas encerrados: el descolgamiento en el rostro va in crescendo. Al parecer, de un día para otro la ley de la gravedad se ha puesto seria: surcos nasogenianos más marcados, párpados caídos, óvalo desdibujado… ¿pero la flacidez no era un proceso paulatino y cronológico? No exclusivamente, según los expertos. A juicio de Meritxell Martí, farmaceútica y experta en dermocosmética, “durante el confinamiento hay tres factores desencadenantes. En primer lugar la falta de sueño debida a la preocupación incide en el descolgamiento, ya que el sistema hormonal es básico en la producción de colágeno y esto sucede durante la noche, cuando aumenta la formación por nuestro organismo de la hormona del crecimiento. Si descansamos poco el cutis pierde parte de las fibras que sustentan la estructura cutánea”.
Otro desencadenante de la falta de firmeza tiene que ver con buscar el consuelo rápido en el dulce. La típica tarrina de helado para suavizar bajones se sustituye ahora por los bizcochos caseros (la prueba está en la harina y la levadura, dos de los productos agotados estos días en el súper). Resultado: una dieta pasada de azúcares, lo que conlleva el fenómeno de glicación. “En este proceso se destruyen las fibras de colágeno y elastina”, añade la farmacéutica. En su lugar conviene tomar alimentos ricos en vitamina C (pomelo, brócoli, pimiento verde), proteínas (huevo, carnes magras) y ácidos Omega 3 (salmón, sardinas), recomienda Mª Teresa Achiques, miembro de le European Academy of Facial Plastic Surgery y directora médica de Sensabell Plastic Surgery.
Insomnio, ansiedad y estrés es la tríada más habitual derivada del confinamiento según el primero estudio específico realizado por psicólogos de la Universidad Complutense de Madrid. Este último, el estrés, tampoco ayuda a que las facciones se mantengan en su sitio. María Vicente Ruiz, cirujana y médico estético de Virtud Estética explica que “nuestro cuerpo comienza a producir más radicales libres y a liberar más histamina y cortisol, dos hormonas que se relacionan con procesos inflamatorios (el envejecimiento lo es) y con la degradación de nuevo de las fibras de colágeno”.
Aunque el panorama no pinta bien de entrada, hay buenas noticias: podemos combatir la flacidez gracias a los activos cosméticos oportunos. Astaxantina, DMAE son los elegidos por María Vicente. “El primero por ser un potente antioxidante (mejora la estimulación de colágeno), el DMAE (dimetilaminoetanol) favorece la memoria de las células y logra que se regeneren, y el fotoprotector, si combina los filtros contra los rayos UVA, UVB, infrarrojos y luz azul combate el deterioro cutáneo”, apunta Vicente. Desde los laboratorios Merz Aesthetics, su directora médica en España Ana Roces aconseja añadir hidratación, exfoliación semanal, alfahidroxiácidos o retinol para renovar desde el interior y tomar colágeno por vía oral para preparar la piel de cara a los tratamientos estéticos post-confinamiento. Porque cuando volvamos a lucir palmito habrá procedimientos mínimamente invasivos que nos ayudarán a reposicionar los rasgos, y serán los más deseados. “Llegará el momento de la infiltración de ácido hialurónico para devolver el brillo a la piel y de toxina botulínica para relajar el tercio superior de la cara. Dos semanas después ya podríamos recurrir a los inductores de colágeno, como la hidroxiapatita cálcica, y a los ultrasonidos focalizados como Ultherapy, que estimulan el colágeno de manera eficaz y segura, porque se practican mediante ecografía”, opina Ana Roces.
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