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Las mejores manos para colorear el cabello en Madrid

Teñir lo hacen en todas las peluquerías. Acertar con el tono y salvaguardar la melena, en bastantes menos. Estos son algunos de los más buscados.

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Cortesía de Aveda

Como en todas las listas unos van antes que otros, sin que ello signifique mayor destreza o enchufismo puro y duro. Para que no haya sospechas, vayan por aquí desfilando por estricto orden alfabético.

1. El veterano

Alberto Cerdán
Lleva varios lustros peinando las melenas de muchas famosas y se ha ganado merecida fama de cuidar de la calidad del cabello de sus clientas. Acaba de resultar elegido por L’Oréal Professionnel para ser de los primeros en aplicar Smartbond, un revolucionario producto que se aplica durante la coloración para evitar que la cutícula se abra. “No es un tratamiento de hidratación, eso vendrá después. Solo protege el cabello, preservándolo del daño que causan este tipo de procesos, en especial, las decoloraciones. Esto nos permite atrevernos con ciertos trabajos más arriesgados que antes no acometíamos por temor a destrozar el pelo”, señala Marta Manso, su colorista (Ortega y Gasset, 21).

2. Conciencia ecológica

Aveda Lifestyle Salon & Spa

Este salón, en plena Milla de Oro, a tiro de piedra de Chanel, Dior o Jimmy Choo, fue pionera en demostrar que el lujo y el respeto al planeta no eran incompatibles y en ofrecer fórmulas de coloración personalizada y duradera a base de ingredientes naturales. Su fuerte son las babylights. “Son mechas enfocadas a las bases castañas claras y rubios. Su efecto es como los destellos de luz que se aprecian en los cabellos de los bebés, por lo tanto es un acabado muy natural que aporta mucha luminosidad y brillo, recuperando el movimiento de la melena”, apunta  Adoración Ruiz Trujillo, maestra colorista (Ortega y Gasset, 26).

 3. Los osados

Corta Cabeza

En Madrid el eje de la Castellana traza una línea imaginaria que separa los estilismos conservadores (el barrio de Salamanca) de los más incendiarios (Chueca y Malasaña). Corta Cabeza nace en una de las calles más inquietas de la capital (calle Pez, 11), aunque hoy cuentan con cuatro establecimientos por toda la ciudad. Sus clientas son de las más arriesgadas de Madrid y sus trabajos estrella las decoloraciones: gold rosé, blue jean, los grises… No hay un colorista especializado, sino que todo el personal se somete a constantes cursillos de reciclaje para empaparse de las últimas tendencias para ejecutar un servicio de color osado, pero seguro.

4. El rey de las mechas

David Lorente

Del tinte se encargan el propio David y su director de color, Miguel Colina. “Nuestro fuerte está en las mechas. Muy finas y precisas para que no se noten pero sí se aprecie el impacto de luz en el cabello. Podemos tardar hasta 50 minutos solo en hacer este trabajo, pero el resultado es espectacular”, señala Lorente. Lo último es aplicar un matiz con ph ácido en medios y puntas. “El tinte o las mechas alcalinizan el cabello y de esta manera reequilibramos el nivel de acidez de la fibra capilar. El resultado: más brillo, mayor durabilidad y control del encrespado”. Nada más entrar se percibe hay algo extraño. O, mejor dicho, no se percibe: no huele a peluquería. “Es porque usamos coloración sin amoníaco’ (García de Paredes, 76).

David Lorente.
David Lorente.

5. Dominar los matices

Diana Daureo

La última en colarse en este dream team y no por obra del marketing, sino del más que eficiente boca a boca. Cosas de tener entre sus clientas a muchas periodistas de belleza que, después de mucho probar, aquí y allá, la recomendaban en sus redes sociales. Diana Huye de los cambios radicales, muy bonitos recién hechos pero que luego “te lleva media vida el mantenerlos. Preferimos los reflejos ‘mix and match’. Aparentemente la clienta no se ha hecho nada, aunque su cabello rebosa luminosidad. ¿Cómo lo logramos? Combinando dos y hasta tres tonos de tinte, escogiendo aquellos que mejor se fusionan con la base y entre sí. Y lo mismo con las mechas: conjugamos mechas a mano alzada con otras con plata”, explica Diana, quien se encarga personalmente de supervisar cada coloración. (General Pardiñas, 95/ 91 563 31 69)

6. La elegida

Lorena Morlote

Esta peluquera saltó a la fama por ser la elegida por Victoria Beckham para cuidar su cabello mientras David jugaba en el Real Madrid y para ella todo olía a ajo. Morlote abría hace algo más de un año el multiespacio de belleza más grande de Europa a dos pasos de la Milla de Oro (Velázquez, 69). Su especialidad, como no podía ser de otra manera en tan selecto barrio, son los rubios. “Buscamos potenciar la belleza natural de cada cabello, respetando su base para lograr un resultado sin artificiosidad. Cada mecha se diseña para crear un efecto global”, apunta su colorista, Roberto Alegre.

Diana Daureo.
Diana Daureo.

7. Lograr la profundidad

Maison Eduardo Sanchez

El color viene a ser toda una negociación en este salón ubicado en pleno barrio de Salamanca (Claudio Coello, 57) que ríete de los pactos postelectorales. Pero, puestos en materia, bordan los rubios con profundidad. “Cuando la clienta dice que quiere un rubio hay que averiguar qué tipo desea: dorado, ceniza, platino, bronde… Una vez que sabemos lo que desea, valoramos si le favorecerá y cómo hacerlo para que quede natural y duradero. Es una conversación a la que hay que dedicar tiempo porque es desolador para la clienta no salir como desea. De hecho, animamos a traer una foto de la actriz o modelo que luce ese tono para hacernos una idea exacta de lo que desea”, explica su colorista, Natalie Iglesias. Una virtud que les honra: jamás imponen su opinión ni colorean un cabello a su antojo sabiendo que no es lo deseado por la clienta.

8. Barros naturales

Noelia Jimenez

Otra que se apunta al color profesional pero sin químicos agresivos. Su especialidad es la coloración natural a base de barros. La principal técnico colorista, Dayana González, explica su técnica maestra: el ‘Nature Mud’. “Primero, se lava el cabello en profundidad para eliminar cualquier residuo. A continuación, se aplica un producto para regular la porosidad. Acto seguido, el barro (Secretos del agua o Eos de Wella ), dejándolo actuar unos 40 minutos con calor térmico. Finalizamos con un sellador de cutícula para conseguir una mayor durabilidad del color. El resultado son tonos muy naturales que siempre van a armonizar más con nuestra piel y color de ojos” (O’Donnell, 9).

9. Revolución colorista

Salon 44

Es ‘el’ templo de las coloraciones más atrevidas. Fue uno de los pioneros en apostar por las californianas, por las cabelleras rosadas o los efectos cuadrícula de mil colores. “Ahora nos piden mucho las decoloraciones para dejar el pelo blanco o gris, pero dependiendo del tipo de cabello, se puede realizar o no. Y antes que facturar, velamos por la salud del cabello de nuestras clientas, así que si un trabajo es irrealizable, no dudamos en negarnos a hacerlo”, explica su director creativo, Xavi García. Teniendo en cuenta que en 2013 recibió el premio Fígaro a mejor peluquero de España, un ‘no’ a ciertos trabajos técnicos es una segunda oportunidad para la melena (Valverde, 44).

Salon44.
Salon44.

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