Cosméticos delirantes
En Estados Unidos todo tiene su lugar bajo el sol, incluso los ‘unexpected essentials’, productos de belleza supuestamente imprescindibles pero de dudosa utilidad.
A lo largo de la vida, al descubrir según qué productos pensamos: ¿cómo he podido vivir sin esto? Nos ha pasado con cosas tan dispares como el Touche Éclat e Internet, pero no con las que nos atañen en este artículo, los delirantes ‘unexpected essentials’ presentes en todas las perfumerías americanas, algunas españolas y ‘online’.
Entre las novedades de la temporada se cuenta el Dry Brush de Goody’s, un engendro de peine-toalla que promete quitar hasta un 30% de la humedad del pelo recién lavado gracias a las almohadillas de microfibra que tiene entre las púas. Así, al salir de la ducha te ahorras tener que ir por casa con el turbante en plan Ali Baba. Esa es la teoría, pero, ¿y el 70% restante de la humedad? Sí o sí tienes que darle al secador, por no hablar del moho que puede poblar el peine al cabo de nada si no se airea suficientemente.
Dos blogueras de belleza de ambos lados del charco constatan el poco futuro que tiene esta idea: “Es mucho más fácil y rápido usar una toalla de microfibra para secarte el pelo que optar por este peine tan psicodélico”, opina Ann Colville Somma, asesora de innovación en varias casas de cosméticos y bloguera de Cult of Pretty, toda una referencia en Estados Unidos del ‘testing’ de productos de belleza. Inma López, periodista de belleza y autora del blog Beauty Victim asegura que éste no es “un objeto de tocador que apetezca utilizar” ya que “podría favorecer la caída capilar prematura porque se utiliza sobre el cabello húmedo y recién lavado, es decir, cuando está más débil”.
Cuando se trata de pelo, se dispara la imaginación de los encargados de innovar en las compañías de cosméticos hasta el punto de idear el ‘pintalabios capilar’, producto que va a cerrar cientos de peluquerías americanas (o eso querrían los directivos de Cover your Gray. El objeto en cuestión es una crema en barra que sirve para cubrir las canas. Prometen que es resistente al agua (menos mal), se funde “bellamente” con el tono de tu pelo (¿sí? ¿seguro?) y no se aclara con el sol (no se le puede pedir más, oiga). “Yo aquí no digo nada porque una vez me hicieron unas mechas horrorosas y las cubrí de urgencia mojando un pincel en sombra de ojos marrón. No puedo juzgar a la gente que compra Cover Your Gray aunque… es bastante ridículo”, confiesa Colville Somma.
Visto desde España, el ‘pintalabios capilar’ no sería un superventas aunque la gran mayoría de las mujeres adultas acuden a la coloración capilar de forma habitual. “La peluquería en España no resulta un gran desembolso. Cualquier mujer española de la edad de la modelo que aparece en la foto, con esas canas, ya habría ido a quitárselas hace tiempo. No acudiría a un stick para disimularlas”, remata la bloguera española.
Roux Maison, un detergente pensado para lavar los trajes de baño.
Roux Maison
Sin embargo, quizás sería el primer pintalabios que usarían los hombres, según López: “Por su discreción de formato y forma de uso, podría tener éxito entre los hombres, más reacios a acudir al tinte como forma de eliminación de sus canas. No hace mucho, un compañero estilista y periodista de moda me lanzaba un S.O.S. pidiéndome con urgencia algún producto mágico para eliminar ¡una cana! Que se acababa de descubrir en su negra y abundante cabellera. Estoy segura que si hubiera tenido este producto a mano, esa noche habría dormido más tranquilo”.
De los creadores de la maquinilla que corta los pelos de la nariz llega Bikini Touch, la maquinilla para la línea del biquini. Nada nuevo, en realidad, únicamente es una maquinilla eléctrica de depilar y rasurar como cualquier otra, pero más ergonómica. Colville Somma le augura buenas ventas: “Los bailarines profesionales no se hacen la cera, sólo se rasuran porque tienen que estar impecables cada día y no pueden esperar a que les vuelva a crecer el vello, condición imprescindible para depilarte a la cera. Si te dedicas a esto o simplemente quieres estar cada día perfecta, la Bikini Touch parece una buena opción”, dice la bloguera nortemericana, que a pesar de su profesión, niega ser “la típica yonqui de los cosméticos” porque, como explica con un agudo paralelismo, “cuando trabajas en una fábrica de Donuts no te pirras por ellos”.
En España, el Bikini Touch sería poco más que un artículo rarito de la teletienda de altas horas de la madrugada: “Las mujeres españolas nos hemos depilado desde que el bikini hizo su irrupción en las playas de nuestro litoral, allá en los finales de los 50, y le hemos hecho la ola a los centros de depilación láser, que han proliferado como setas en estos últimos años. ¿Para qué pasarse la cuchilla cuando 5 minutos de láser garantizan un verano libre de complejos?”, pregunta retóricamente López.
Otro de los productos supuestamente imprescindibles es el pincel blanqueador de dientes ‘On-The-Go’ de la marca Go Smile. Esta especie de Tipp-Ex dental tiene la ventaja de que se puede (aunque no se debe) usar en cualquier situación. “Yo lo utilicé cuando lo lanzaron y no noté gran cosa, aunque también es cierto que no fui constante con su uso. Se me olvidaba utilizarlo. Quizá si se utiliza bien, sea eficaz. Aunque no sé qué opinión tendrán del mismo los dentistas.”, comenta López. El ‘stick’ cuesta 18 euros y contiene un “potente serum que penetra rápidamente en tus dientes y trabaja desde su interior”. Hay promesas que suenan a amenaza, pero a Colville Somma no le dan miedo: “Supongo que va bien, aunque no es lo mismo que hacer un verdadero tratamiento blanqueador. ¡Sobre todo no lo uséis cuando estéis aburridas en una reunión!”.
Para mantenerse despierta en esas reuniones soporíferas o horas después, cuando los cócteles ya se cuentan con las dos manos, nada más fino que recuperar la consciencia gracias a ‘Ammonia Inhalants’, unas microbarritas que contienen amoníaco y que simplemente con apretarlas desprenden un ¿revitalizante? efluvio que te pone otra vez en la onda. Muy peliculero y posiblemente dañino.
Dentro de la gama de todos estos productos que nunca necesitaste pero que a partir de ahora sentirás que te falta el aire cuando veas que están a punto de acabarse (o al menos esa es la intención de los creativos) se cuentan tres bálsamos desestresantes: Aveda Stress-Fix Concentrate (18 euros) un roll-on con esencia combinada de lavanda y jazmín para desestresarte; Clear Head Balancing Balm (7 euros) de Lather, a base de mentol, mandarina y lavanda, y Ginger Flight Therapy de Aesop (25 euros), pensado específicamente para combatir el jet lag. Este último se distribuye en España y ni él ni sus similares arrasan en ventas, dice López, que además añade: “Me parece inofensivo y creo que si utiliza aceites esenciales de aromaterapia, por lo menos, su uso será agradable. En alguna ocasión he utilizado productos similares de otras firmas y en mi opinión, su eficacia también es un acto de fe”.
El único producto de esta anti-lista de la compra que ambas blogueras alaban es Swimwear Laundry Detergent de Roux Maison, un detergente pensado exclusivamente para lavar los trajes de baño. “Le digo “sí” incondicionalmente, que en verano me paso la vida en traje de baño y me da mucha rabia que se estropee la lycra y los colores se queden desvaídos con los jabones tradicionales”, sentencia López, mientras que Colville Somma apunta que “siempre es mejor lavar a mano los bikinis, pero este detergente es una buena opción para no estropearse la manicura”. Además, han tenido la decencia de no hacerlo en formato tambor, sino en un cómodo pack de tres botes de 30 ml, tamaño perfecto para ir de viaje. Por unos 12 euros no sentencias tu traje de baño favorito a acabar el verano antes que tú, y por eso el Swimwear Laundry Detergent es el único indultado por las blogueras entre todos los ‘unexpected essentials’.
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