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Cómo afecta la menopausia a la piel: efectos y soluciones

Personalidades como Gwyneth Paltrow o Pamela Anderson luchan por desestigmatizar esta etapa de la vida de toda mujer hablando en primera persona. Medicina estética y cosmética, también, y ofrecen tratamientos para prevenir y revertir las alteraciones que provoca.

Pamela Anderson, activista en numerosas causas, lucha por normalizar la menopausia y sus consecuencias.
Pamela Anderson, activista en numerosas causas, lucha por normalizar la menopausia y sus consecuencias.getty images
Javier Caballero

De forma natural, la mujer llega a la menopausia entre los 45 y los 55 años (un 15% lo hace en la treintena quirúrgicamente como consecuencia de enfermedades ginecológicas, según desvela Sanitas, un fenómeno que han normalizado actrices como Angelina Jolie o Lena Dunham). Algunas antes y otras después. Depende, claro, de cada mujer, pero también de la zona geográfica en la que hayan nacido. Mientras que la organización estadounidense Planned Parenthood sitúa la edad más común para que se produzca en los 51, Sanitas señala los 49 años como la media española.

Del mismo modo que cada una pasa por este proceso a su tiempo, los síntomas no son iguales para todas. Las preocupaciones por los cambios que se avecinan, sí. Tras la pérdida de energía (52,7%), el aumento de peso (48,3%) es la segunda mayor inquietud de las mujeres, según desveló un estudio de Tena Lady en 2014 avalado por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Desde la asociación, creen que los resultados de entonces siguen vigentes. «Principalmente les preocupa el peso y que su calidad de vida en general se vea afectada por la menopausia», asegura el doctor Nicolás Mendoza, su presidente, que añade los sofocos y que esta etapa incida en su vida sexual. En el territorio del aspecto, un nuevo factor empieza a despuntar, según pueden observar los expertos: la salud de la epidermis y el cabello. «Las mujeres son cada vez más conscientes de que se producirán cambios en su pelo y su piel durante esta etapa», dice Mendoza. Y añade: «Muestran un gran cuidado por el estado de la salud dermatológica gracias a una mayor conciencia de la importancia del bienestar general».

Mendoza también reconoce el tabú que existe alrededor de esta etapa, en especial en lo referente a la actividad sexual. «Los profesionales debemos seguir trabajando para que las mujeres se sientan cómodas en el abordaje de la sexualidad en la consulta, y para informar y concienciar a la sociedad de en qué consiste la menopausia y los problemas que la pueden acompañar». Una visibilización a la que en los últimos meses se han unido celebridades como Pamela Anderson o Gwyneth Paltrow. La primera reconoció hace un año, en una entrevista al Daily Mail, los cambios de humor que atravesó. «Mis hijos se estaban independizando y yo sufría, además, el síndrome del nido vacío. Hormonas, calenturas, cambios de humor… Me pasaba de todo», confesaba al medio. Y desveló que acudía a un especialista para enfrentarse a las fluctuaciones de su humor, lo que animaba a hacer a otras mujeres. «Es algo natural y, tarde o temprano, a todas nos llega”. Paltrow, por su lado, lanzó un vídeo el pasado noviembre en el Instagram de su marca Goop en el que reivindicaba reformular la concepción de la menopausia. «No existe en nuestra sociedad un gran ejemplo de mujer menopáusica que sea aspiracional», decía. Claro que la publicación acababa con la promoción de un producto de su línea enfocado a las mujeres que pasan por ese momento.

Con la excusa de promocionar sus productos, Gwyneth Paltrow también está contribuyendo a la normalización de la menopausia.
Con la excusa de promocionar sus productos, Gwyneth Paltrow también está contribuyendo a la normalización de la menopausia.getty images

Las hormonas y los cambios de humor, responsables de las alteraciones

La causa de todos estos cambios radica en la disminución de la producción de diversas sustancias. «Desde el mismo día que finaliza la última regla, empiezan a descender los niveles de estrógenos y progesterona del organismo», explica la experta en dermocosmética Paola Gugliotta, fundadora de Sepai y APoEM. «La producción de colágeno y elastina, así como de ácido hialurónico, es menor», añade María Cudeiro, directora general de Laboratorios Croma. La esteticista Marta García, con clínica en Oviedo, aclara que esos cambios se producen también durante la perimenopausia, esto es, la transición hacia la menopausia. García detalla las consecuencias: «La piel pierde lípido, se deshidrata y oxigena peor».

A nivel superficial, las evidencias son claras en la dermis. «Disminuye el grosor , aumentan las manchas en cara y manos, así como las arrugas en cantidad y en profundidad, pierde firmeza sobre todo en el óvalo facial y parte inferior del rostro, cuello, brazos y cara interna de las piernas, y pierde luminosidad y vitalidad», describe Laura Izquierdo, directora técnica de Izba Nature. Y señala otro responsable: «Los cambios emocionales y estados de apatía o depresión asociados a esta etapa afectan al aspecto y a la salud de la piel. Esta tiene multitud de terminaciones nerviosas que la relacionan con el cerebro. A mayor concentración de endorfina, dopamina y serotonina (responsables de la sensación de bienestar y felicidad), mejor apariencia».

Activos puros y atención personalizada, claves en esta etapa

Ante este panorama, y la mencionada mayor conciencia de las mujeres sobre las transformaciones de esta etapa y la importancia de sentirse bien, cosmética y medicina estética se centran en esta franja de la población para prevenir o revertir los cambios. «Todos o la mayoría de los tratamientos  y muchos cosméticos van orientados precisamente a esta época», asegura el doctor Leo Cerrud, con clínica en Madrid. «Se hacen también para otras franjas etarias, pero donde realmente lucen es justo durante la pre y la posmenopausia». Según el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida actual de las mujeres se fija entre los 82,2 y 85,7 años, por lo que, como aclara la doctora Conchita Pinilla, cirujana plástica y médica estética en Zaragoza, «pasamos en torno al 30% de nuestras vidas en estado posmenopáusico».

Para adelantarse a estos posibles cambios, Marta García anima a usar cosméticos con protección solar y volver a aplicar, como tarde, cada dos horas. «En esta época pueden aparecer manchas de pigmentación. Por ello, tampoco se debe recurrir a suplementos de nutricosméticos fotosensibilizantes, y se debería evitar, en la medida de lo posible, los que contengan vitamina A».

Si se llega tarde, se altera la piel y se desea combatir este cambio, la cosmética y las clínicas vienen al rescate. Cudeiro reconoce una atención particular de la industria hacia esta etapa. «El I+D está focalizado en aislar principios activos eficaces en la dermis, de manera que podamos revertir los efectos de la edad, incluyendo los provocados por desequilibrios hormonales». Para ella, resultan fundamentales aquellos que actúan en la matriz extracelular como el ácido ascórbico, el retinol y el madecassoside (extracto de la centella asiática), y las isoflavonas, que revierten la disminución en la producción de estrógenos. «Actúan como fitoestrógenos incentivando la producción de ácido hialurónico, colágeno y fibras elásticas mediante la activación de fibroblastos». Entre los fitoestrógenos, Gugliotta apuesta por el extracto de quillaja, de kigelia y de soja. «Tienen una función hidratante y reafirmante tan buena como la que realizan nuestras hormonas», garantiza. Izquierdo desgrana muchos más: aceite de chía (potente antioxidante gracias al omega 3 y 6 y a las vitaminas), hialuronato sódico (retiene 1.000 veces su propio peso en agua), silicio orgánico (ayuda a mantener la elasticidad, la firmeza y las funciones metabólicas celulares), los polisacáridos vegetales (previenen la irritación y la debilidad de la piel) y un largo etcétera. «Todos ellos están presentes en las cremas, de día o de noche, Renaissance BioActive (38 €) de Izba Nature», dice.

Si se buscan unos resultados más potentes, la medicina estética tiene la solución. Antes de decidir qué hacerse, el doctor Cerrud considera que se debería apostar por un protocolo integral. «Se trata la base, la estructura, la raíz del problema del interior al exterior. Por ejemplo, no nos limitamos a corregir un surco nasogeniano, sino que preferimos mejorar mejillas, pómulos, calidad de la piel, manchas y falta de volumen». Para que la tez luzca mejor, Pinilla apuesta por los peelings. «Para reemplazar y reponer los volúmenes perdidos, combinaremos ácidos hialurónicos de distinta densidad, y usaremos hilos tensores reabsorbibles Silhouette-Soft. El bótox resulta imbatible para disminuir arrugas dinámicas y reponer el tercio superior del rostro. La síntesis de colágeno se estimula con ácido poliláctico, Sculptra, hidroxiapatita cálcica, Radiesse o policaprolactona Ellanse, y radiofrecuencia Venus Legacy o LPG».

García incide además en no olvidarse de otras zonas, las menos visibles. «Está muy en auge el tratamiento con ácido hialurónico inyectado en la zona íntima, y existen otros como IntiPlus MG, un protocolo de rejuvenecimiento vaginal con sistema proiónico que ayuda con la sequedad y su lubricación, lo que nos lleva a una mayor confortabilidad, a prevenir infecciones urogenitales y a restablecer el pH de la zona».

Pese a las recomendaciones generales, la experta en Asturias cree que lo mejor es que el médico valore cada caso concreto y trate a cada paciente de manera personalizada. Y esto no solo ocurre en la medicina. «Mejorar la piel de las mujeres en la menopausia es uno de los retos de la industria cosmética, cada piel requiere unos cuidados específicos», considera Cudeiro. Desde Croma abordan la cuestión con Universkin, un producto personalizado prescrito por dermatólogos y médicos estéticos que estudian la piel de cada usuaria y deciden la combinación de principios activos puros que mejor funcionarán (tres de entre los 19 que comercializan).

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