Adiós, rojo: la manicura natural recupera su trono la próxima primavera

¿Hay cabida en la era de los arcoiris y los unicornios para una manicura natural? El nail art, las uñas de gel, las pegatinas y la fantasía, se han convertido en la bandera millennial, y no parecen dispuestas a abandonar la decoración de las uñas de esta generación hiperconectada. Sin embargo, hay clásicos que resisten contra viento y marea cualquier moda o tendencia, incluso cuando todo el mundo parece haberlos olvidado. Y en ese reducto incansable se encuentran las manicuras naturales, que, sorprendentemente, han conseguido hacerse un hueco de cara a la próxima primavera.

Dale las gracias a las royals británicas (que no pueden lucir tonos llamativos por cuestiones protocolarias) o a Kim Kardashian, que pese a ser la reina de la irreverencia, prefiere llevar siempre sus uñas en tonos nude (sus favoritos son los de OPI). Culpa a Fendi, que apostó por una manicura francesa en color café y con la punta en un sutil plateado, o a la combinación de gamas almendradas con matiz pastel de Emilio Pucci. El caso es que puedes ir desempolvando tus esmaltes más discretos, porque vuelven a estar en la cresta de la ola.

Los rosas gourmand y todo el espectro de los nude (llegando hasta tonos topo, tal y como recomiendan desde Deborah Lippmann dominan el terreno de las manicuras naturales para el próximo verano. Aunque no debemos perder de vista los colores lila, que si bien se salen del espectro neutro, son una manera de llevar el Ultra Violet (declarado color del año por Pantone) de una forma más simple y limpia.

En cuanto a los acabados, no hay medias tintas. Los top coats (para dar una capa de acabado y proteger la uña), se dividen entre el brillo más potente (el que eligió Margot Robbie para los SAG Awards con el tono ‘Samoan Sand’ de OPI) y aquellos que consiguen un efecto mate, enfatizando aún más la idea de unas manos sin artificios.

Ahora viene la pregunta: ¿puede esta tendencia convivir con el nail art? Por raro que parezca, sí. Con pequeños toques geométricos brillantes sobre el fondo nude, pero sí. Obviamente no se trata de realizar complicados dibujos dignos de un lienzo Barroco, pero pequeñas líneas pintadas sobre el fondo maquillaje, tal y como vimos en el desfile de Phillip Lim, e incluso pegatinas en dorado o plateado como las que plantean desde el estudio Paint Box en el SoHo neoyorkino, son una elección más que consistente para reconciliar estas corrientes tan distintas.

Por raro que parezca, la tendencia metálica (que triunfó en 2017 y se queda en 2018), también puede enfocarse desde un punto de vista minimalista. Con una gama de dorados suaves, casi nacarados, como los que presentó Michael Costello en su propuesta P/V 2018, o con los llamados ombré, esos degradados que han tomado el mundo de las manicuras. Otra opción son los rosas neutros espejados, como Millie Bobby Brown en los SAG Awards 2018 (por obra y gracia de Essie).

Y si aún no te convence, debes saber que las virtudes de estos colores los convierten en un básico imprescindible. A saber:

– Estilizan la mano gracias a la prolongación de su color natural.
– Combinan con todos los estilismos que lleves.
– Se advierte menos cuando alguna parte de la manicura se estropea.
– Se desenvuelven perfectamente en todas las situaciones.
– Sientan de maravilla con la piel bronceada.

Sí, hay vida más allá de las uñas rojas, y este verano es el momento perfecto para experimentar.