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Alta costura: gabinete de curiosidades

Inspiraciones insólitas, retrasos en el calendario, decorados digitalizados y hasta clientes preadolescentes. La semana parisina sigue siendo un espectáculo que se vende al mundo.

Alta costura

La alta costura no es solo lo que ocurre sobre la pasarela. Las anécdotas y sorpresas que se producen alrededor son parte del juego para dejar boquiabierto al público y para potenciar el halo de excepcionalidad que envuelve al acontecimiento.

01/ Telón digital. La colección de Dior fue «la vuelta al mundo en 53 looks». Y, por si el desfile no lo dejaba claro, usaron enormes pantallas para proyectar imágenes capturadas por cuatro grandes de la fotografía. Demarchelier captó la esencia europea de los trajes de chaqueta; Richardson representó África inspirándose en los masái; Paolo Roversi, el minimalismo asiático de las líneas; y Willy Vanderperre aludió al chic casual americano.

02/ Que viva España. El desfile de Stéphane Rolland homenajeó a nuestro país. Un mensaje que, más allá de la sutil interpretación del traje de flamenca, quedó claro con las apariciones de Nieves Álvarez y Rafael Amargo.

03/ Puro teatro. El skyline del escenario futurista que Karl Lagerfeld creó en el Grand Palais para la exhibición de Chanel se inspiró en Singapur, donde el diseñador presentó su anterior desfile en primavera, y donde empezó a dibujar los bocetos de esta colección. Haciendo cuentas… el modisto es capaz de crear una colección de costura de 68 looks en apenas unos meses. 0

4/ Costura zen. Para Viktor & Rolf era su primera presentación tras 13 años fuera del calendario oficial, y corría el rumor de que la mitad de ella ya tenía dueño: un coleccionista de arte anónimo. Ya en pasarela, el dúo sorprendió con 20 looks –uno por cada año de vida de la firma–, a cada cual más conceptual, que después colocaron en cinco montículos para recrear el jardín del templo de Ryōan-ji en Japón.

El telón digital de Dior.

Getty Images

05/ Clientela joven y famosa. Stella Banderas (16); Violette d’Urso (14), hija de Inès de La Fressange; o Lillian Luhrmann (9), hija de Baz Luhrmann. Ellas son los nuevos fichajes del front row. «El mercado ha evolucionado», dice Alexis Mabille. «Tenemos compradoras de 12 años».

06/ Vaya tela. Las 2.200 perlas de río que bordaron a mano en uno de los diseños de Valentino o los 47 metros de crinolina necesarios para confeccionar la falda de uno de los vestidos de Armani son solo dos ejemplos de la extravagancia que puede alcanzar la alta costura. 

07/ Tour de porcelana. A modo de souvernirs, los vestidos de Giambattista Valli resumían un viaje por las cerámicas del mundo: Capodimonte, de Italia; Sèvres, de Francia; Wedgwood, de Inglaterra; y Meissen, de Alemania. 

08/ Con el tiempo justo. El desfile de Vionnet se hizo esperar. Exactamente, un día. Las dificultades técnicas –una partida de tejidos defectuosos terminó arruinando los diseños– obligaron a rehacer la mayor parte de los 15 vestidos de la colección en menos de… ¡48 horas!

09/ Vuelven los reyes. Todo empezó cuando Eric Tibusch avisó de que un tal C. M. había colaborado en su colección creando tres de los looks. Tras varias semanas de adivinanzas, llegó la confirmación: Claude Montana, el hombre que vistió a la mujer alfa en los años 80, volvía a la pasarela. El otro gran invitado de excepción fue Christian Lacroix. Él es el primer elegido por la firma Schiaparelli para diseñar su colección: cada temporada tendrá a un director creativo diferente.

10/ Materiales futuristas. Además de mostrar vaqueros y máscaras bañadas en pedrería –que hacían preguntarse cómo las modelos podían caminar–, Maison Martin Margiela trabajó junto a Swarovski para crear joyas elaboradas con crystalacite, un nuevo material que une cristal y resina blanca. La colaboración de Iris van Herpen, otro amante de la innovación, con el artista Jolan Van Der Wiel derivó en tejidos magnéticos.

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