5 momentos para recordar a la gran Amparo Baró

Comenzó con Adolfo Marsillach en escena cuando tenía 20 años y tras cinco décadas de carrera seguía diciendo en las entrevistas que "los actores no tenemos nada especial". Hoy nos hemos levantado con una noticia muy triste. Amparo Baró, una de las actrices más auténticas y queridas del panorama español, ha fallecido a los 77 años en Barcelona. Conocida por el gran público por su lado más televisivo como Sole en 7 vidas ("empecé pensando hacer 13 capítulos y acabamos rodando 204") o la gobernanta Jacinta en El Internado, Baró fue una fiera del teatro que se declaraba "absolutamente anárquica", fue educada en un colegio de monjas y mostró su lado más cómico en sus inolvidables monólogos en El Club de la Comedia. Debutó en las tablas con El burlador de Sevilla y convidado de piedra, y en 1957 se inició en el cine con Rapsodia de sangre, de Antonio Isasi-Isasmendi. Aunque no se prodigó en la gran pantalla, en 2007 obtuvo el Goya por su interpretación en Siete mesas de billar francés.

Antes de enumerar algunos de los inolvidables momentos que nos deja, recuperamos esta frase que dijo a El Mundo hace unos años: "Yo vuelvo la vista atrás muy pocas veces, porque me gusta vivir mucho el presente. Pero si rebobinase, seguiría diciendo: Qué suerte has tenido, Amparo". La suerte ha sido nuestra.

1. Odiaba las entrevistas

“Una entrevista es uno de los peores momentos por los que debe pasar un famoso en su vida. Yo no las soporto […] Lo más peligroso es hablar despacio porque te cortan la frase por cualquier sitio y te hunden. Contestas 'no paseo muy a menudo pero cuando lo hago me gusta hacerlo con mi perro' y acaban titulando: 'Amparo Baró: Me gusta hacerlo con mi perro'.

2. Repartía collejas a diestro y siniestro

Las collejas de Sole en 7 Vidas ( y las parodias correspondientes en Homo Zapping) pasarán a los anales de la televisión. Si queda alguna duda sobre si las daba o no de verdad, Emilio Aragón tiene la respuesta:

3. Tenía su propia teoría sobre los funcionarios

“He descubierto una raza superior, los funcionarios. No son igual que el resto de los humanos. El ser humano común desayuna una vez al día pero los funcionarios, vayas a la hora que vayas, siempre están desayunando. Creo que hacen guardia para que siempre haya alguno desayunando”.

4. No era muy fan de los concursos de belleza

“Siempre que empieza el concurso estás deseando apoyar a la Miss de tu ciudad pero en cuanto la ves dices: '¿Esta es la más guapa que tenemos en Cuenca?' [….] Y luego están las preguntas… si siempre son las mismas, ¿por qué no se las estudian?”

5. Lo suyo era ganar premios pero no recogerlos

Pocas veces vimos a Amparo Baró recogiendo un premio a pesar de que se cuentan por decenas, destacando el Goya a la mejor actriz de reparto por Siete mesas de billar francés, dos Fotogramas de Plata (mejor actriz de TV y de teatro), cuatro premios de la unión de actores, dos TP de Oro (uno de ellos lo recogieron Blanca Suárez y Elena Furiase, sus compañera de reparto El Internado), cuatro Premios de la Academia y un Premio Max de teatro, entre otros. En una entrevista reconocía que no solía ir por que le daba corte.

Hizo algunas excepciones con los galardones de teatro porque era realmente lo que le apasionaba hacer. Recogió el Premio Pepe Isbert en Albacete y se acercó a Mérida para recibir el Ceres a la mejor actriz por la interpretación del personaje de Violet Weston en la obra Agosto. La reina Letizia le entregó en 2013 la medalla de oro al mérito en las Bellas Artes.

Doña Letizia entregando a Baró la medalla de oro al mérito en las Bellas Artes.

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