La tendencia definitiva en belleza es cuidar el planeta
Ingredientes respetuosos con el medio ambiente, envases reciclados o reciclables y un compromiso para no realizar pruebas con animales. El sello Leaping Bunny, de Cruelty Free International (CFI), distingue a los productos de Garnier como la principal marca de belleza natural, y las redes reflejan cada vez más esta manera de entender el cuidado corporal. Este mes de noviembre, por la compra de cualquier producto Garnier, la firma dona un 1 euro a CFI.
La belleza es uno de los principales temas de las redes sociales. A diario, miles de personas comparten sus trucos y rutinas a través de TikTok, Instagram o Youtube, y son seguidos por millones de usuarios de todo el mundo. Ese escaparate inmenso en el que se convierte la pantalla del móvil nos muestra no solo productos y maneras de aplicarlos, sino también la importancia de que lo que consumimos para cuidar nuestro cuerpo sea cada vez más respetuoso con el planeta.
Esta importancia creciente de la belleza que piensa también en nuestro entorno incide especialmente en el público más joven. La llamada Generación Z, la principal consumidora de tendencias a través de redes, le otorga una gran importancia no solo a las propiedades de los productos que consume, sino también a cómo están elaborados. Una manera fiable de identificar a esos productos es el sello Leaping Bunny. La organización Cruelty Free International otorga este distintivo a aquellas marcas que acreditan no utilizar animales para realizar pruebas de ningún tipo. Garnier, que desde hace décadas ya había eliminado ese tipo de tests, cuenta con ese sello, como parte de una manera de entender la belleza que ha denominado Green Beauty.
Dentro de la filosofía Green Beauty, un compromiso con la sostenibilidad y la inclusión a nivel global, Garnier se ha propuesto implicarse en 6 de los 17 compromisos establecidos por Naciones Unidas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible mundiales. Con el lema “Green Beauty para todos nosotros”, trabaja para ofrecer una cosmética accesible a todo el mundo, a la vez que se guía por cinco compromisos fundamentales: ser más solidarios e inclusivos, desarrollar fórmulas respetuosas con el planeta, contar con el sello de Cruelty Free International, utilizar materiales reciclados y reciclables y apostar por energías renovables.
El sello Leaping Bunny es un paso más en la búsqueda de esa nueva manera de entender la belleza. Para obtenerlo, la marca ha acreditado que más de 500 de sus proveedores en todo el mundo, que le abastecen de más de 3.000 ingredientes diferentes, cumplen con los estrictos requisitos que plantea Cruelty Free International.
Los esfuerzos de Garnier también engloban los materiales con los que se realizan sus envases, de manera que sean reciclados o reciclables. En 2022, la marca consiguió ahorrar más de 15.000 toneladas de plástico virgen gracias al uso de plástico reciclado. El 83% del plástico PET que utiliza procede de materiales reciclados y el objetivo que se marca para 2030 es que todos sus envases estén fabricados con un 100% de plástico reciclado. De la misma forma, sus plantas y centros de distribución han reducido su consumo de agua en un 55% y sus emisiones de CO2 en un 82%, mientras que la meta para 2025 es que el 100% de sus centros industriales utilicen energías renovables.
Todas estas iniciativas, que ya forman parte del ADN de Garnier, conforman una nueva manera de entender la belleza y el cuidado, que no solo termina en el propio cuerpo sino que engloba a todo nuestro entorno. Una visión que cada vez está más difundida y apreciada por los consumidores de todo el mundo y que durante este mes de noviembre también cuenta con tintes solidarios: por la compra de cualquier producto Garnier, la marca donará un 1 euro a CFI.
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