La guerra de los museos contra la plataforma pornográfica Pornhub
La página líder en contenidos para adultos retira sus “recorridos interactivos” por cuadros con desnudos de las colecciones del Prado, el Louvre y los Uffizi tras desatar el escándalo en el mundo del arte
La posición del Museo del Prado fue categórica desde un primer momento: los recorridos virtuales que ofrecía la plataforma pornográfica Pornhub por cuadros con desnudos de varios museos eran “un ejercicio de cinismo”. “Decían que con la pandemia los museos se habían quedado vacíos y que lo que querían era animar a que la gente los visite”, explica un portavoz del Prado a este diario. “Pero era una iniciativa de marketing y comunicación, una manera de que se hablara de ellos”.
La página líder de contenidos para adultos en internet creó el pasado julio un paseo “erótico” por colecciones de seis de los museos más importantes del mundo: además del Prado, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery de Londres, la galería de los Uffizi de Florencia, el Louvre y el Orsay de París. La ocurrencia desató tal escándalo en el mundo del arte que Pornhub ha acabado por retirar los recorridos por las salas del Prado, los Uffizi y el Louvre, pero todavía tiene activos los otros tres, sin dar explicaciones de por qué ha quitado unos y mantenido los otros.
El portavoz del Prado asegura que el museo nunca prestó su consentimiento para que la plataforma pornográfica utilizara imágenes de cuadros de su colección, entre ellas La maja desnuda, de Goya, o Las tres gracias, de Rubens, y señala que, de hecho, se enteraron de la existencia de los polémicos recorridos a través de la prensa. En ese momento consultaron a su equipo legal sobre la posibilidad de plantear una demanda, pero los abogados señalaron la dificultad de ganar un caso así en los tribunales y la complicación de demostrar la autoría de las fotografías. El director del museo decidió entonces enviar una carta directamente a Pornhub en la que manifestaba la posición contraria del Prado hacia esta iniciativa e invitaba a la compañía a retirar el nombre y las imágenes del museo de esta campaña y de futuras similares. Enviaron la misiva a dos sedes de la compañía en Canadá y Luxemburgo, pero no tienen constancia de que les llegara porque no recibieron respuesta.
En el Prado se muestran “satisfechos” de que la plataforma pornográfica haya retirado las imágenes y de “haber defendido el valor del arte por encima de aprovechamientos cínicos y espurios”. Subrayan que su objetivo al enviar la carta fue “mantener la marca libre de compañeros de viaje no solicitados” y aclaran que “no se trata de un caso de mojigatería”, sino de evitar “un trato cínico y ventajista del patrimonio artístico universal” y que “se aprovechen de lo que es patrimonio de todos”. Creen que el objetivo de la compañía era obtener publicidad gratuita y atención.
Tal vez la carta del museo madrileño sí llegara, pues hace una semana la plataforma retiró el recorrido por los cuadros del Prado. También han desaparecido los del Louvre y los Ufizzi. La galería de Florencia, principal pinacoteca de Italia, había enviado un requerimiento legal en julio a Pornhub por usar sin permiso y con fines comerciales algunos de sus cuadros, entre ellos La Venus de Urbino, de Tiziano, y El nacimiento de Venus, de Botticelli, obra cumbre del Renacimiento florentino y uno de sus mayores tesoros (explicada en el portal pornográfico por la exactriz porno y expolítica italiana Ilona Staller Cicciolina). Los responsables de los Uffizi han declinado hacer declaraciones al respecto alegando a este diario, a través de un portavoz, que el museo quiere evitar dar publicidad a la iniciativa de la plataforma pornográfica.
Italia cuenta con una ley de 1993, actualizada en 2004 y 2014 en el Código de los Bienes Culturales, que permite el uso libre de la imagen de los cuadros si se hace a título privado o con fines científicos, educativos o informativos. En cambio, si su uso es con finalidades comerciales, debe ser aceptado y pagado.
La retirada del recorrido por el Louvre, que incluía obras como el Presunto retrato de Gabrielle d’Estrees y su hermana la duquesa de Villars, de autor desconocido, no deriva de una petición directa del museo parisino. Un representante, que ha rehusado también hacer declaraciones para no dar publicidad a Pornhub, ha subrayado a este diario que la pinacoteca nunca ha colaborado con la plataforma pornográfica pero que tampoco ha emprendido acciones legales ni se ha puesto en contacto con sus responsables.
Un conglomerado polémico
Los responsables de Pornhub se mantienen en silencio en esta polémica y no han querido responder a las preguntas de EL PAÍS. La empresa registra en promedio unos 130 millones de visitas diarias. Pertenece a MindGeek, un conglomerado de plataformas tecnológicas ―pornográficas en su mayoría, como YouPorn y RedTube― cuyo cuartel general está en la ciudad canadiense de Montreal, pero que aparece registrado en Luxemburgo por motivos fiscales. En mayo, la plataforma emprendió un proyecto para restaurar viejas películas eróticas por medio de la inteligencia artificial.
El choque con los museos es su más reciente polémica. A mediados de diciembre, la empresa tuvo que borrar dos tercios de los vídeos de su plataforma y cancelar la posibilidad de descargar imágenes no verificadas tras la publicación de un texto, el 4 de diciembre en The New York Times, donde se señalaba que la compañía alojaba vídeos de presunta explotación y agresión sexual y pornografía infantil, beneficiándose económicamente de dichos contenidos ilegales.
Además, varias mujeres que sostienen que Pornhub no eliminó imágenes donde ellas aparecían, a pesar de solicitarlo en distintos momentos, han presentado recursos millonarios contra la empresa en tribunales estadounidenses. Algunas de las demandantes eran menores de edad cuando esos contenidos fueron grabados. Un comité del Parlamento canadiense, encargado de investigar este tipo de abusos en este tipo de plataformas, ha llevado a cabo diversas audiencias en 2021 con víctimas, ejecutivos y expertos. En una de ellas participó Feras Antoon, consejero delegado y uno de los dueños de MindGeek.
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